En mayo de 1972 tuvo lugar un simposio en Santiago de Chile propiciado por Unesco que reunió a doce conservadores de grandes museos latinoamericanos. Los reunidos concluyeron que los profesionales del museo no podían seguir viviendo encerrados con sus tesoros en el corazón de ciudades subdesarrolladas: el museo debía conquistar los barrios olvidados.
«Considerando que la humanidad vive actualmente un periodo de profunda crisis (…) el museo es una institución al servicio de la sociedad de la que forma parte integrante y posee en sí mismo los elementos que le permiten participar en la formación de la conciencia de las comunidades a las que sirve, vinculando el pasado con el presente y provocando cambios en el interior de su respectiva realidad nacional».
Cuarenta años después, el terreno iberoamericano sigue siendo un campo expandido para la ciencia museológica, y un referente por su dinamismo, la calidad de los estudios que realizan sus profesionales, su capacidad para adaptarse a los cambios en la sociedad y su labor en la construcción de su identidad.
En la línea de aquellas aspiraciones, el Observatorio Iberoamericano de Museos se reúne estos días en Valladolid, en la sede del Museo Nacional de Escultura, enmarcado dentro del Programa Intergubernamental de Ibermuseos (http://www.ibermuseus.org/es/), cuya misión es proponer políticas públicas para el desarrollo social, cultural y económico de Iberoamérica.
En este III Encuentro desarrollado en el Museo Nacional de Escultura, representantes de 11 de los 12 países que actualmente forman parte del Programa Ibermuseos (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, España y México) profundizarán en la creación del Registro de Museos Iberoamericanos, entendido como la base para la futura Red Iberoamericana de Museos, y presentarán los materiales del Proyecto de Estudios de Público de Museos en Iberoamérica. Finalmente, la comisión planificará la próxima reunión del Consejo Intergubernamental de Ibermuseos, que se regresará a Chile en 2016.