11-NASREEN MOHAMEDI - copiaEl Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía presenta la retrospectiva más completa que se ha realizado hasta la fecha de la creadora india Nasreen Mohamedi (1937- 1990), una de las primeras artistas que barajó los lenguajes de la abstracción moderna en Asia. Posteriormente, la muestra viajará a The Metropolitan Museum of Art de Nueva York. Se trata de una coproducción de ambos museos, en colaboración con el Kiran Nadar Museum of Art de Nueva Delhi.

A pesar de su destacada contribución y de estar entre los artistas de la India con más renombre internacional, el arte de Mohamedi aún no se ha exhibido nunca en su totalidad. En esta ocasión, 216 obras –en su mayoría dibujos en tinta y grafito, fotos, acuarelas así como un número reducido de óleos en lienzo y collages muestran la evolución de su obra desde finales de los años 50 hasta principios de los 80, haciendo especial hincapié en el trabajo desarrollado durante los años 70.

La exposición, cuyo título La espera forma parte de una vida intensa está tomado de los diarios de la artista, también es pionera en mostrar una revisión rigurosa de su trabajo fotográfico, así como sus diarios y anotaciones, inéditos hasta el momento. Para entender el arte de Mohamedi no basta con conocer a fondo su vocabulario formal. La artista nunca teorizó acerca de su obra ni hablaba de ella en detalle. A falta de escritos personales sobre sus obras, sus diarios y cuadernos de notas se han convertido en una fuente de información profundamente relevante.

02-NASREEN MOHAMEDISegún indica la comisaria de la exposición, Roobina Karode, en el catálogo editado para la ocasión, “en los últimos quince años, la práctica de Nasreen Mohamedi ha suscitado por fin una atención considerable dentro de India y a escala internacional, habiéndose mostrado en citas tan importantes como la Documenta 12, en 2007. Aunque fue una artista admirada en vida, siempre ha sido una figura enigmática y elusiva, una circunstancia que es en cierta medida el reflejo de una obra depurada que no se presta a una lectura convencional. En ausencia de un contenido evidente, de títulos para sus obras y de una imaginería explícita, su arte confunde al observador y se resiste a una interpretación definitiva”.

La obra de Mohamedi

Nasreen Mohamedi, pionera destacada del arte no figurativo y abstracto en la India y en el subcontinente asiático, ocupa en la actualidad un lugar específico en la historia de la modernidad india. Alejada de muchos de sus contemporáneos, que seguían apostando por un discurso artístico dominante que abordaba los problemas de la identidad y el nacionalismo en un estilo figurativo y narrativo, se desmarcó de esta tendencia para desarrollar una obra abstracta integrada por pinturas y dibujos de una nitidez radical.

La crítica de arte y comisaria india Geeta Kapur inscribe las características de su abstracción en dos constelaciones. La primera, formada por artistas de su ciudad, Bombay, que podrían entenderse como sus antecedentes abstractos: V. S. Gaitonde, su mentor en los tempranos años sesenta, y su amigo y colega Jeram Patel. La segunda, integrada por la tradición que ordena el canon abstracto moderno: Kazimir Malévich (a quien la artista, sostiene Kapur, admiraba), Paul Klee, Vasili Kandinsky o Henri Michaux.

La exposición

03-NASREEN MOHAMEDIA través de ocho salas, la exposición repasa la evolución artística de Mohamedi y permite reconocer las distintas etapas del camino que siguió hasta llegar a la abstracción. De esta manera, se pone de relieve la transición gradual desde las obras que aún conservan referencias al mundo natural a los dibujos en los que la línea y el espacio forman una abstracción geométrica, hasta llegar a la última fase (que abarca a grandes rasgos la última década de su vida), caracterizada por una economía de medios y una delicada representación de las líneas.

La muestra arranca con la década de los 50. Entre 1954 y 1957, en el contexto del fecundo ambiente de estudio de la Saint Martin’s School of Art de Londres, la artista experimentó con diferentes géneros y medios -dibujo, acuarela, aguada de tinta y óleo sobre lienzo-, siguiendo en todo momento un impulso que le acercaba a la abstracción. Estudió las formas de la naturaleza y aprendió a entender su configuración, su estructura interna y la interrelación de las distintas fuerzas, las cuales “tomaba del entorno exterior para trasladarlas a una necesidad interior”, según escribiría ella misma años después.

A su regreso a Bombay en 1958 y en una época en la que el medio artístico predominante en la India era el óleo sobre lienzo, Nasreen conoció a V. S. Gaitonde, uno de los artistas que en su juventud se habían rebelado contra la figuración de las generaciones anteriores y que se habían convertido en los pioneros del género abstracto en el arte indio moderno. Si bien Mohamedi pintó algunos lienzos, nunca llegó a desarrollar una verdadera pasión por esta técnica y se decantó por la transparencia de la acuarela y la tinta. La singular visión abstracta de Gaitonde y de Nasreen, alejados de las demás tendencias, no recibió la atención que merecía. Para Gaitonde, el color era la fuerza suprema que permitía alcanzar el milagro visual. Para Nasreen, lo indispensable era la línea gráfica.

08-NASREEN MOHAMEDIA partir de las siguientes salas se establece un diálogo entre las obras de las décadas posteriores que explican la paulatina progresión del arte de Mohamedi. Para ella, los años 60 representaron etapa crucial, tanto a nivel personal como profesional. En las obras que creó entonces se pone de relieve la confusión mental que intentaba superar. Aunque pertenecen aparentemente a la tradición de la abstracción lírica, son las más inquietantes de toda su carrera. En los collages que creó en esta época insistía rotundamente en su aversión por la ornamentación y por la estética pomposa y representan una suave transición desde las acuarelas basadas en la naturaleza a un mundo sin referencias. Desechando el lienzo, los colores cálidos y al formato de grandes dimensiones, se entregó por completo a la delicadeza y a la fragilidad del papel, renunciando prácticamente a todo, menos a la línea.

En torno a 1969-1970, la enfermedad neuromuscular de Huntington que sufría la artista comenzó a mermar sus funciones motrices. Abandonó entonces las manchas tachistas y adoptó un procedimiento de trabajo asistido, utilizando instrumentos de dibujo de precisión que le condujeron a una geometría original de líneas precisas y pautadas.

La inclinación por las retículas y la geometría que mostró Mohamedi en los años 70 tenía numerosos antecedentes, desde el clasicismo griego hasta el influjo de los constructivistas rusos, Piet Mondrian o Kazimir Malévich, pasando por su entorno más cercano, como las tradiciones místicas orientales o las composiciones geométricas de la arquitectura de los templos, aspectos que pueden observarse en algunos de los trabajos presentes en la muestra.

Mohamedi no tardó demasiado en quebrar la monotonía de la retícula. A partir de 1975, desestabilizó la inserción estática de la retícula de todas las maneras que se pueden concebir: ensanchó y redujo el tamaño de los registros verticales y los espacios entre las líneas horizontales para crear nuevos elementos geométricos. Le impuso un movimiento dinámico introduciendo líneas divergentes imprevistas, perspectivas sesgadas, patrones capaces de crear ilusiones y una sensación dual de movimiento por medio de líneas diagonales.

09-NASREEN MOHAMEDISu interés por el espacio ordenado ortogonalmente se redujo a favor de un horizonte cambiante o una multiplicidad de horizontes que amplificaban una profundidad estratificada con ayuda de líneas entrecruzadas y espacios intersticiales. Al acentuar las diagonales en algunos lugares alteró el equilibrio de las horizontales para crear la experiencia de una retícula tridimensional, un campo espacial similar en cierto modo a los dibujos axonométricos de los arquitectos. Las líneas rectas e inclinadas formaban una serie interminable de laberintos, una densidad difícil de desentrañar a simple vista. Pero a pesar del orden matemático, en sus dibujos de los años 70 y 80 nada parece estático, frío o mecánico.

Al final de la exposición puede observarse como, ya en sus últimas obras, después de deshacerse de la retícula, se aprecian más espacios vacíos que llenos. Son obras que, a pocos años de su muerte, se caracterizan por una liviandad de la que la comisaria de la exposición asegura que “señala un ascenso espiritual desde el suelo, donde (Nasreen) se libera de la angustia de lo mundano para abrazar la visión pura”.

Paralelamente a toda esta obra, Mohamedi desarrolló también un trabajo fotográfico simultáneo, aunque nunca expuso sus fotografías en vida. En sus austeras imágenes no se dejaba llevar por la efusividad ni por la tentación de llenar el encuadre y reducía al mínimo los elementos innecesarios para forjar una imagen contemplativa. En sus fotografías -56 de ellas pueden verse a lo largo de toda la exposición- el mundo o la experiencia perceptible se exprimen para transformarse en una configuración abstracta de líneas, formas, texturas, patrones y luz.

Breve biografía

17-NASREEN MOHAMEDINacida en 1937 en Karachi (ciudad que diez años más tarde pasaría a formar parte de Pakistán), Nasreen Mohamedi vivió gran parte de su vida en India aunque su formación artística comenzó en Europa. Allí pasó por la Saint Martin’s School of Art de Londres (1954-1957), se unió al Bhulabhai Desai Institute (1959) en el que varios artistas tenían sus estudios, y asistió al Atelier de Monsieur Guillard en París (1961-1963). Desarrolló su actividad artística inicial en Bombay y luego, durante largo tiempo, en Baroda, donde trabajó como profesora en la Facultad de Bellas Artes de la M.S. University hasta su muerte. Falleció el 14 de mayo de 1990 a los 53 años de edad a consecuencia de la enfermedad de Huntington, que le había ido deteriorando gradualmente.

Catálogo

Con motivo de la exposición se edita un catálogo, tanto en castellano como inglés, con obras de la muestra y con textos de la comisaria, Roobina Karode, así como de otros autores como Geeta Kapur, Deepak Ananth y Andrea Giunta.

Nasreen Mohamedi. La espera forma parte de una vida intensa
FECHAS: 23 septiembre 2015 – 11 enero 2016
LUGAR Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Edificio Sabatini.
Planta 3ª
ORGANIZACIÓN: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía Museo Reina Sofía y Metropolitan Museum of Art, New York en colaboración con el Kiran Nadar Museum of Art de Nueva Delhi
COMISARIADO: Roobina Karode
COORDINACIÓN: Soledad Liaño
ITINERANCIA: The Metropolitan Museum of Art, Nueva York (18 marzo – 5 junio, 2016)
ACTIVIDADES RELACIONADAS: Encuentro en torno a Nasreen Mohamedi, con dos intervenciones y un debate posterior entre Roobina Karode y Geeta Kapur, en el Auditorio 200. Día 23 de septiembre, a las 19:00 h.