A pesar de su destacada contribución y de estar entre los artistas de la India con más renombre internacional, el arte de Mohamedi aún no se ha exhibido nunca en su totalidad. En esta ocasión, 216 obras –en su mayoría dibujos en tinta y grafito, fotos, acuarelas así como un número reducido de óleos en lienzo y collages muestran la evolución de su obra desde finales de los años 50 hasta principios de los 80, haciendo especial hincapié en el trabajo desarrollado durante los años 70.
La exposición, cuyo título La espera forma parte de una vida intensa está tomado de los diarios de la artista, también es pionera en mostrar una revisión rigurosa de su trabajo fotográfico, así como sus diarios y anotaciones, inéditos hasta el momento. Para entender el arte de Mohamedi no basta con conocer a fondo su vocabulario formal. La artista nunca teorizó acerca de su obra ni hablaba de ella en detalle. A falta de escritos personales sobre sus obras, sus diarios y cuadernos de notas se han convertido en una fuente de información profundamente relevante.
La obra de Mohamedi
Nasreen Mohamedi, pionera destacada del arte no figurativo y abstracto en la India y en el subcontinente asiático, ocupa en la actualidad un lugar específico en la historia de la modernidad india. Alejada de muchos de sus contemporáneos, que seguían apostando por un discurso artístico dominante que abordaba los problemas de la identidad y el nacionalismo en un estilo figurativo y narrativo, se desmarcó de esta tendencia para desarrollar una obra abstracta integrada por pinturas y dibujos de una nitidez radical.
La crítica de arte y comisaria india Geeta Kapur inscribe las características de su abstracción en dos constelaciones. La primera, formada por artistas de su ciudad, Bombay, que podrían entenderse como sus antecedentes abstractos: V. S. Gaitonde, su mentor en los tempranos años sesenta, y su amigo y colega Jeram Patel. La segunda, integrada por la tradición que ordena el canon abstracto moderno: Kazimir Malévich (a quien la artista, sostiene Kapur, admiraba), Paul Klee, Vasili Kandinsky o Henri Michaux.
La exposición
La muestra arranca con la década de los 50. Entre 1954 y 1957, en el contexto del fecundo ambiente de estudio de la Saint Martin’s School of Art de Londres, la artista experimentó con diferentes géneros y medios -dibujo, acuarela, aguada de tinta y óleo sobre lienzo-, siguiendo en todo momento un impulso que le acercaba a la abstracción. Estudió las formas de la naturaleza y aprendió a entender su configuración, su estructura interna y la interrelación de las distintas fuerzas, las cuales “tomaba del entorno exterior para trasladarlas a una necesidad interior”, según escribiría ella misma años después.
A su regreso a Bombay en 1958 y en una época en la que el medio artístico predominante en la India era el óleo sobre lienzo, Nasreen conoció a V. S. Gaitonde, uno de los artistas que en su juventud se habían rebelado contra la figuración de las generaciones anteriores y que se habían convertido en los pioneros del género abstracto en el arte indio moderno. Si bien Mohamedi pintó algunos lienzos, nunca llegó a desarrollar una verdadera pasión por esta técnica y se decantó por la transparencia de la acuarela y la tinta. La singular visión abstracta de Gaitonde y de Nasreen, alejados de las demás tendencias, no recibió la atención que merecía. Para Gaitonde, el color era la fuerza suprema que permitía alcanzar el milagro visual. Para Nasreen, lo indispensable era la línea gráfica.
En torno a 1969-1970, la enfermedad neuromuscular de Huntington que sufría la artista comenzó a mermar sus funciones motrices. Abandonó entonces las manchas tachistas y adoptó un procedimiento de trabajo asistido, utilizando instrumentos de dibujo de precisión que le condujeron a una geometría original de líneas precisas y pautadas.
La inclinación por las retículas y la geometría que mostró Mohamedi en los años 70 tenía numerosos antecedentes, desde el clasicismo griego hasta el influjo de los constructivistas rusos, Piet Mondrian o Kazimir Malévich, pasando por su entorno más cercano, como las tradiciones místicas orientales o las composiciones geométricas de la arquitectura de los templos, aspectos que pueden observarse en algunos de los trabajos presentes en la muestra.
Mohamedi no tardó demasiado en quebrar la monotonía de la retícula. A partir de 1975, desestabilizó la inserción estática de la retícula de todas las maneras que se pueden concebir: ensanchó y redujo el tamaño de los registros verticales y los espacios entre las líneas horizontales para crear nuevos elementos geométricos. Le impuso un movimiento dinámico introduciendo líneas divergentes imprevistas, perspectivas sesgadas, patrones capaces de crear ilusiones y una sensación dual de movimiento por medio de líneas diagonales.
Al final de la exposición puede observarse como, ya en sus últimas obras, después de deshacerse de la retícula, se aprecian más espacios vacíos que llenos. Son obras que, a pocos años de su muerte, se caracterizan por una liviandad de la que la comisaria de la exposición asegura que “señala un ascenso espiritual desde el suelo, donde (Nasreen) se libera de la angustia de lo mundano para abrazar la visión pura”.
Paralelamente a toda esta obra, Mohamedi desarrolló también un trabajo fotográfico simultáneo, aunque nunca expuso sus fotografías en vida. En sus austeras imágenes no se dejaba llevar por la efusividad ni por la tentación de llenar el encuadre y reducía al mínimo los elementos innecesarios para forjar una imagen contemplativa. En sus fotografías -56 de ellas pueden verse a lo largo de toda la exposición- el mundo o la experiencia perceptible se exprimen para transformarse en una configuración abstracta de líneas, formas, texturas, patrones y luz.
Breve biografía
Catálogo
Con motivo de la exposición se edita un catálogo, tanto en castellano como inglés, con obras de la muestra y con textos de la comisaria, Roobina Karode, así como de otros autores como Geeta Kapur, Deepak Ananth y Andrea Giunta.
Nasreen Mohamedi. La espera forma parte de una vida intensa
FECHAS: 23 septiembre 2015 – 11 enero 2016
LUGAR Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Edificio Sabatini.
Planta 3ª
ORGANIZACIÓN: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía Museo Reina Sofía y Metropolitan Museum of Art, New York en colaboración con el Kiran Nadar Museum of Art de Nueva Delhi
COMISARIADO: Roobina Karode
COORDINACIÓN: Soledad Liaño
ITINERANCIA: The Metropolitan Museum of Art, Nueva York (18 marzo – 5 junio, 2016)
ACTIVIDADES RELACIONADAS: Encuentro en torno a Nasreen Mohamedi, con dos intervenciones y un debate posterior entre Roobina Karode y Geeta Kapur, en el Auditorio 200. Día 23 de septiembre, a las 19:00 h.
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