Durante la 77ª reunión del Consejo de Patrimonio Histórico celebrada en Madrid se ha acordado la inclusión en la Lista Indicativa de Patrimonio Mundial de la UNESCO de las siguientes propuestas: Risco Caído y los espacios sagrados de montaña de Gran Canaria (Islas Canarias), El Turó de la Seu Vella de Lleida. Paisaje de la memoria, hito monumental y vacío urbano (Cataluña), La Rábida y lugares colombinos (Andalucía), y el Palacio de los Duques del Infantado (Castilla La Mancha).
El Consejo de Patrimonio Histórico es órgano de coordinación entre el Estado y las CCAA, presidido por el director general de Bellas Artes y Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas, Miguel Ángel Recio.
El primer paso para la declaración de un bien como Patrimonio Mundial que debe llevar a cabo un país, siguiendo las indicaciones de la Convención de París, es la realización de un inventario, denominado Lista Indicativa. Esta Lista es de suma importancia, ya que, si un bien no figura en la misma al menos con un año de antelación, el país no podrá elevar al Comité una propuesta de candidatura de dicho bien. Además, las Listas Indicativas de todos los Estados Parte son una herramienta de planificación ya que nos ayudan a prever el futuro de la Lista de Patrimonio Mundial y a conseguir que ésta, siguiendo los principios de la Estrategia Global, sea más representativa y equilibrada.
Risco Caído y los espacios sagrados de montaña de Gran Canaria
Conjunto de sitios Arqueológicos situados al noroeste montañoso de la isla de Gran Canaria, de marcado carácter arque-astronómico, que testimonian la cúspide de una cultura insular desaparecida que, en situación de aislamiento, fue capaz de desarrollar una cosmovisión única en su género y un sistema de excepcionales asentamientos trogloditas integrados inteligentemente en el medio y en el territorio.
Se trata de un patrimonio excepcional que expresa un proceso único e irrepetible en la evolución insular, asociado a la astronomía cultural y sus paisajes.
El Turó de la Seu Vella de Lleida
La candidatura del El Turó se compone de tres elementos arquitectónicos, la Seu Vella de Lleida, el castillo del Rey o Suda y el conjunto de fortificaciones. Los tres elementos, considerados parte del patrimonio urbano del paisaje, se ubican en una colina con tres escalones diferenciados, señalándose que la Seu Vella es el elemento que reúne en su construcción las condiciones de Patrimonio Monumental de Valor Universal. La Seu está constituida por la antigua iglesia, claustro gótico trapezoidal, el edificio de la Canónica y una torre-campanario octogonal.
El valor universal excepcional del Turó radica en su dimensión simbólica, al tratarse del icono leridano y de su representación ante el mundo, de valor cultural indiscutible y “faro terrestre” como metafóricamente se le denomina.
Monasterio de Santa María de La Rábida y Lugares Colombinos
La propuesta del Monasterio de Santa María de La Rábida y Lugares Colombinos incluye 14 bienes culturales pertenecientes a cuatro municipios de la provincia de Huelva, que componen, en su conjunto, un «bien en serie» de los definidos en el párrafo 138 de las Directrices Prácticas para la aplicación de la Convención del Patrimonio Mundial. Testimonia el lugar donde se inició la primera expedición que encabeza la Era de los Grandes Descubrimientos marítimos que habrían de cimentar el mundo moderno.
La propuesta se estructura alrededor una figura de extraordinaria significación universal, Cristóbal Colón, representada en la serie por los sitios o monumentos seleccionados, algunos de los cuales fueron testigos de la presencia del Almirante y sus compañeros.
Palacio de los Duques del Infantado (Guadalajara)
El palacio renacentista de los Duques del Infantado, situado en el centro histórico de Guadalajara, es una expresión original del lenguaje artístico del siglo XVI que permite conocer el papel del mecenazgo de la nobleza en la arquitectura mundial y poner en valor obras que son el crisol de corrientes estéticas de culturas enfrentadas, además de constituir un ejemplo de edificio civil que supuso una renovación de las ideas estéticas.
Se trata de una obra de madurez de Juan Guas, un palacio señorial innovador y un modelo germinal de la arquitectura peninsular y ultramarina del siglo XVI que ayudó a la creación de los estilos plateresco y manuelino. La combinación de elementos góticos, orientales y renacentistas sirvieron para configurar un modelo de palacio nobiliario con influencias italianas y que, sin duda, influyó en la arquitectura peninsular y americana del siglo XVI, especialmente en lo referente a la fachada retablo y a las galerías de ventanales.