unnamed (1)Edvard Munch no sería Edvard Munch sin su alma noruega, pero tampoco Noruega sería plenamente Noruega sin la figura de Edvard Munch. A pesar de que residió principalmente en Francia y Alemania entre 1889 y 1909, el artista se mantuvo siempre estrechamente vinculado a su tierra natal. Su arte surge de un tenso diálogo interno con la naturaleza, y el misterioso paisaje noruego aparece de manera recurrente como fondo en obras dedicadas a la melancolía, el aislamiento o la pasión.

El Cuaderno de viaje. Noruega y Edvard Munch, escrito por Paloma Alarcó y Clara Marcellán, con fotografías de Gisela Fernández-Pretel, es una publicación editada con motivo de la exposición Edvard Munch. Arquetipos por el Museo Thyssen con la colaboración con la Real Embajada de Noruega en España y Visit Norway, que recorre los lugares del fiordo de Oslo en los que residió el pintor y que inspiraron muchas de sus obras.

El itinerario comienza en Oslo, la capital del país, donde el artista vivió tanto su infancia y juventud como las últimas tres décadas de su vida. La antigua Kristiania fue escenario de algunas pinturas míticas y, además, en los museos de la ciudad se concentra la mayor parte de su extensa producción. La «ruta Munch» continúa a lo largo del Oslofjord (el fiordo de Oslo) recorriendo los pueblos de casas blancas, los bosques oscuros o sus sinuosas costas, en donde, a pesar del paulatino crecimiento demográfico y la desarrollada industrialización, podemos todavía experimentar hoy el excitante vértigo de sentirnos más cerca de la verdad de su obra.

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