Los importantes grabados flamencos del siglo XVII, conservados en la Biblioteca Nacional de España, se muestran por primera vez en su conjunto en la exposición Rubens, Van Dyck y la Edad de Oro del grabado flamenco, que se abre al público el 6 de noviembre, en la sala Recoletos de la BNE.
Se podrán contemplar también cuatro pinturas cedidas para la exposición por el Museo del Prado, relacionadas con los grabados, y que son La Piedad y Retrato de María Ruthven, de Van Dyck, La Sagrada Familia con Santa Ana, de Rubens, y La Cocina de David Teniers. En total, 180 obras.
En el arte flamenco de esta época hay dos figuras indiscutibles, Peter Paul Rubens y Anton van Dyck, y a ellos se dedican las dos primeras secciones de la exposición: Rubens y los mejores grabadores de sus obras, y Van Dyck, seguidor de Rubens y extraordinario retratista.
Del primero, solamente se conocen dos grabados atribuidos a él, pero supervisó totalmente la labor de un grupo de los mejores grabadores de la época: Galle, Vorsterman, Bolswert, Pontius… para que reprodujeran sus pinturas, cuyas estampas se encargó de publicar el mismo Rubens. Posteriormente, otros grandes grabadores siguieron reproduciendo muchas de sus composiciones. “Van Dyck sí realizó algunos magníficos grabados y empezó algunos al aguafuerte, que terminaron otros grabadores al buril. Fue un extraordinario retratista que, en su obra La Iconografía, creó numerosos modelos de retratos que tuvieron una enorme influencia en toda Europa”, señala Concha Huidobro, comisaria de la exposición.
Otro aspecto importante del arte flamenco fue la fuerza que tomaron dos géneros artísticos que habían empezado a crearse de manera independiente en el siglo XVI: el paisaje y las escenas de costumbres, o escenas de género, que en el XVII se desarrollan en su plenitud. Por eso, la tercera sección se dedica a Los nuevos géneros artísticos: Paisajes y escenas de costumbres.
Los paisajes los crean artistas de gran calidad, como Paul Brill, Nicolas de Bruyn, Lucas van Uden… o los reproducen grabadores como Galle, los Sadeler o Bolswert, según las creaciones de Rubens y Jan Brueghel, entre otros. Estos paisajes muestran el entorno en el que se desarrollaba la vida de los belgas en el siglo XVII. Las escenas de género están representadas por artistas de la talla de Jacob Jordaens, David Teniers, Adriaen Brouwer o Frans Wyngaerde, mostrando la vida cotidiana del Flandes de la época.
“Parte muy importante del grabado flamenco del siglo XVII – destaca Huidobro -, son los libros ilustrados, de los que la BNE conserva un extraordinario conjunto. Se encuadran en la sección: Rubens y las artes del libro, porque este artista fue el principal autor de portadas e ilustraciones para dichos volúmenes. Están publicados por la imprenta Plantiniana y otras de Bélgica, y varios de ellos tienen relación con la Corona española, como el famosísimo Pompa introitus, que narra la entrada del
Cardenal Infante, Fernando de Austria, en Amberes”.
Por último, la sección: Rubens, Van Dyck y el grabado europeo de su época, da a conocer el contexto artístico europeo en el que se desarrollaba el grabado flamenco y las influencias de éste sobre el resto de los países, y viceversa, y se incluyen obras de los mejores grabadores de Europa, como fueron Rembrandt, Callot, Reni… Este apartado se cierra con el grabado en España, donde trabajaron varios artistas flamencos y donde destacan las estampas de José de Ribera, uno de los grandes pintores del Barroco español.
Información práctica
Del 6 de noviembre de 2015 al 7 de febrero de 2016
De martes a sábado de 10 a 20 h. Domingos y festivos de 10 a 14 h.
Último pase media hora antes del cierre.
Sala Recoletos de la Biblioteca Nacional de España.