El próximo domingo 29 de noviembre de 2015, la Plaza de España de Consuegra acogerá la Primera Jornada de las Cebolletas, “Calsots de la Mancha”. Desde las 12.00 hasta las 19.00 horas el público podrá degustar uno de los productos de la huerta más tradicionales de la ciudad de Consuegra. Desde hace generaciones las huertas consaburenses han producido cebolletas, en principio el destino de estas, por su fina textura, era ante todo las ensaladas, si bien su uso cambia cuando restaurantes de cocina catalana piden que se trasforme la cebolleta en calsot.
Calsot viene del catalán y no indica una variedad de cebolleta más bien explica la acción de cubrir con tierra el plantón de cebolleta. El cultivo de la cebolleta es muy largo y laborioso, se requiere un año y cuatro meses para obtenerla. El primer paso consiste en plantar el “cebollino”, que es la planta madre de la cebolleta. Del cebollino nace una cebolla que los rigores del verano manchego secan. Una vez seca la cebolla se extrae de la tierra y se vuelve a replantar y de esta cebolla se obtienen los calsots.
Es una planta muy exigente y que requiere grandes cuidados por parte de los hortelanos, del mismo modo agota el suelo donde está plantada y la tierra debe de descansar durante siete años para poder volver a plantar cebolletas.
Las cebolletas se comercializan de dos maneras, limpia y con tierra, en función de las demandas del mercado y del grupo de consumidores a los que va dirigida. En restaurantes suele ser limpia y para parrilladas camperas se prefiere con tierra.
El próximo domingo 29 de noviembre se podrá degustar las cebolletas directamente de la huerta al plato, habrá un mercado hortelano con productos de temporada, restaurantes de consuegra elaboraran salsa romesco para las cebolletas y judías blancas, el vino de las cooperativas consaburenses, el queso, aceite de oliva virgen extra y el azafrán de la ciudad complementan este mercado de sabores de alimentos típicos de invierno y de productos de la despensa consaburense. A estas actividades se le une la visita al Molino de Viento “Rucio”, único molino de viento que trabaja, de forma artesanal, 300 días al año.
Para las familias será un buen lugar para que los más pequeños de la casa se aproximen a los hábitos de comida saludable y descubran que los productos de la huerta son un alimento sano y sabroso.
Complementado el ambiente lúdico habrá actividades para los más pequeños de la casa.
