El próximo 11 de diciembre, en el histórico Palacio Quintanar de Segovia, centro de innovación, cultura y diseño de la Consejería de , Cultura de la Junta de Castilla y León, se inaugurará la exposición «Made in Italy. 1950-70. Graphic design, creatività ed esperienza», organizada por el Palacio Quintanar con la colaboración del Instituto Italiano de Cultura de Madrid y AIAP (Associazione italiana design della comunicazione visiva). La muestra -más de 150 trabajos de destacados y reconocidos diseñadores gráficos italianos- se podrá visitar hasta el próximo 29 de febrero.
La exposición no pretende reflejar la totalidad del diseño gráfico italiano de los años 50-70, sino que busca una síntesis que permita localizar nuevas líneas de investigación histórica. Se trata de una importante ocasión de promoción cultural para Italia, un homenaje a los «maestros» del arte gráfico italiano y a sus creaciones que, además de comunicar, interpretar y traducir la realidad en formas visibles, han contribuido a constituir la identidad social, económica y cultural de la Italia del siglo pasado.
Se expondrán los trabajos de destacados y reconocidos diseñadores, como Franco Grignani, Bob Noorda, Giancarlo Iliprandi, Heinz Waibl, Silvio Coppola, Michele Provinciali, Max Huber o Massimo Vignelli, pero también es posible descubrir la obra de otros profesionales menos conocidos como Franco Bassi, Ilio Negri, Giulio Confalonieri, Mimmo Castellano, Mario Dagrada o Alfredo Mastellaro que también tuvieron un importante papel en la generación del fenómeno económico y social que fue el «Made in Italy» y que todavía no han sido suficientemente valorados. Destacan las composiciones pop diseñadas por Franco Maria Ricci por encargo de Scic, los potentes iconos multicolores de Giancarlo Iliprandi para Aflex, los bizarros anuncios de Michele Provinciali, las vibrantes composiciones de Mimmo Castellano en los aparatos de iluminación de Guzzini, los carteles de Franco Grigani para Alfieri & Lacroix o las portadas de un gran editor en búsqueda de un relanzamiento en el mercado que elaboró Mario Dagrada para Rizzoli.
Todas las obras, como perfecta síntesis de creatividad y maestría, inventiva y conocimientos prácticos, contribuyeron a difundir una cultura visual única y coherente con el espíritu de la época. No se trata de «expertos», sino más bien de «eclécticos» dedicados a prestar sus habilidades a distintos sectores de la producción industrial y cultural, como por ejemplo la producción de muebles, complementos para la decoración de interiores y de nuevos materiales para el hogar, entre otros. Crear imágenes únicas para comunicar ideas y nuevos productos fue el apasionante acierto del prodigio «Made in Italy», que tuvo lugar en el ámbito económico-empresarial de Italia en los años 50, 60 y 70.