El Corral de Comedias continúa con su iniciativa de poner en escena cuestiones sociales y temas de relevancia actual, en la voz y presencia de los propios ciudadanos a través de experiencias de teatro comunitario.
Tras sus tres ediciones previas: Quijotadas (trabajo con inmigrantes africanos sobre la figura de Don Quijote de La Mancha), Mujeres ejemplares o el coloquio de las perras (trabajo con mujeres alfabetizadas en edad adulta en torno a las novelas ejemplares) y Viejos soldados, hidalgos y pobres ( taller con parados de larga duración en torno a la vida de Cervantes), en la presente temporada será el creador y performer Jaime Vallaure, miembro del reconocido equipo Los Torreznos, quién llevará a cabo un proyecto con participación de cuatro arquitectos (Tono Arean, Paloma Domíngez Liñán, Luis Gonzalez y Luis Amalia Rodrigues Carnero) en torno al fenómeno de la burbuja inmobiliaria que podrá verse en el Corral los días 15 y 16 de enero.
Este taller de pensamiento comunitario surge de la idea de acercarse a otro tipo de colectivos con una visibilidad más compleja: los profesionales en paro de larga duración. Entre ellos el sector de los arquitectos se lleva la medalla. De un contexto de crecimiento desmedido abruptamente surge un desierto laboral. Esta situación afecta hoy en día a tres generaciones completas.
El eje central del taller ha sido intentar entender la idea de crecimiento económico y lo que implica en nuestra proyección de futuro. Poder analizar ese crecimiento desde una perspectiva no económica. Intentar entender qué provoca, hacia dónde nos lleva y si es posible reconducirlo. En palabras del propio Vallarure, “¿qué implica esta idea de progreso en la que estamos instalados?, ¿Podemos disociarla de nuestro futuro?, ¿Es una insensatez, un suicidio, proponer un futuro sin crecimiento?, ¿A dónde lleva la idea de crecimiento sostenible?, ¿Quién la sostiene?… “.
El colofón final al taller que se ha ido desarrollando a lo largo de los últimos dos meses será la puesta en escena, los días 15 y 16, de una pieza a medio camino entre lo “teatral contemporáneo” y lo “performativo”. “La idea consiste en proyectar un futuro lleno de edificación asequible envuelto en una promesa envenenada de falso poder adquisitivo. Concebir la construcción como una operación de cirugía plástica donde todo el trabajo se concentre exclusivamente en la superficie. De vez en cuando, ocasionalmente, mantener en pie fachadas como pancartas que nos recuerden al oído nuestro profundo vacío.”, explica el artista asturiano.