La obra establece una interactividad empática con el espectador. De una forma muy sutil parece aludir a la tradición del retrato barroco y a la cuestión del “trampantojo”. La mosca multiplicada se “paraliza” y retrata al espectador cuando éste, de forma casual, “posa”. Se trata de una obra de extraordinaria plasticidad y dinamismo que traza un vínculo entre lo orgánico y la construcción de la identidad.
Los artistas premiados tienen una trayectoria muy dilatada y de enorme repercusión. Sus trabajos se encuentran en importantes colecciones internacionales y han participado en los certámenes de new media de referencia, destacando la presencia de sus obras en el ZKM de Karlsruhe. Sin duda, esta obra, en la colección BEEP amplía el registro estético y refuerza la importancia de este proyecto.
Tras 11 años de desarrollo del Premio BEEP queda acreditada la pertinencia del proyecto de colección y la importancia de las obras que han sido adquiridas.
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