Allí, donde antaño sonaron los versos de los poetas y hoy retumba el silencio. En ese lugar protegido como Patrimonio de la Humanidad y uno de los mejores vestigios del buen hacer de los romanos en su amplio Imperio.
Y es que, solo por eso, la Semana Santa de Mérida es una de las más impactantes de España y del mundo, una celebración que es Fiesta de Interés Turístico Nacional desde 2010 y aspira a ser declarada de Interés Internacional en los próximos meses. Una celebración que tiene como punto de referencia la solemne procesión y Vía Crucis con la imagen del Santísimo Cristo de la O en la noche del Jueves al Viernes Santo y que se realiza dentro del recinto del Anfiteatro Romano, el mejor ejemplo de este estilo en la ciudad, aunque no el único. Los monumentos romanos de Mérida se convierten en uno de los mayores atractivos durante las procesiones de Semana Santa. La llegada de los distintos pasos a la Plaza de España y la salida, así como la entrada de los mismos en sus templos, constituyen también algunos de los momentos más destacados de la Semana Santa emeritense, junto al pregón del costalero o el concurso de saetas.
Arco de Trajano, el Puente Romano, el Templo de Diana o la Alcazaba árabe
Nueve Hermandades realizan sus Estaciones de Penitencia desde el Domingo de Ramos hasta el de Resurrección. En conjunto, se saca a la calle más de 30 pasos, con tallas e imágenes de valor histórico-artístico indudable, obras maestras salidas de las manos de imagineros de gran renombre.
La Semana Santa es una de las fiestas más profundas y arraigadas que se celebran en España. Esta conmemoración cuenta con siglos de historia y tradición, y en ella se recuerda la pasión y muerte de Jesucristo. Las calles de la mayoría de ciudades y pueblos de España se convierten en escenarios de fervor y devoción religiosa, en los que se entremezclan el duelo y el recogimiento al recordar la muerte de Cristo, con la música, el arte, el colorido y la magia de las procesiones, desfiles solemnes en los que numerosas personas acompañan a las imágenes religiosas.
Desde el Ayuntamiento de Mérida y la Junta de Extremadura y con la colaboración de la Junta de Cofradías se está trabajando para conseguir que la Semana Santa sea declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional antes del próximo año, para ello se están intensificando las acciones, tales como el documental Hosanna, que se presentará en octubre, un proyecto audiovisual que nace para promocionar el atractivo turístico de la ciudad en el que se muestran los momentos más característicos y emblemáticos no solo de las procesiones, ya que también se exhibirá el conjunto monumental para aportar un punto de vista distinto, con el fin de aumentar los visitantes sean o no creyentes.
En esta línea, un grupo de periodistas procedentes de medios nacionales e internacionales –coordinados por la agencia especializada Open Comunicación– visitará Mérida esta Semana Santa, con especial seguimiento del Vía Crucis, para poder incluir los reportajes que realicen en el expediente. Por su parte, la Junta de Cofradías y el consistorio ya están trabajando para poner en marcha a partir del próximo año recreaciones teatrales de la pasión en los monumentos.
Arte e historia
La historia aún hoy rezuma en cada una de las piedras que sustentan grandes referentes artísticos de distintas épocas, de la Roma más gloriosa, del visigodo más atractivo y del presente más vivo y dinámico. Mérida atrapa de inmediato. Muestra ese halo que sólo poseen las grandes damas, erguidas frente a quienes se acercan atraídos por su prestancia, su elegancia innata y su belleza. Mérida, siempre rica, este año ostenta la Capitalidad Iberoamericana de la Cultura Gastronómica, lo que añade aún más atractivos a los ya innatos: historia, arquitectura y música, convirtiéndola en el destino turístico de primer orden que es.
La unión entre Extremadura y América está sellada desde hace siglos gracias a la presencia de muchos descubridores y aventureros que se lanzaron al Nuevo Mundo en los siglos XV y XVI: Francisco de Orellana, descubridor del Amazonas; Hernán Cortés, conquistador del imperio azteca y descubridor de la Baja California; Vasco Núñez de Balboa, que avistó las tierras de Panamá; Pedro de Valdivia, fundador de Santiago de Nueva Extremadura (Santiago de Chile), y Francisco Pizarro, conquistador de Perú, entre otros. Una historia viva que hoy puede conocerse a través de la Ruta de los Descubridores, un itinerario que nos lleva del Real Monasterio de Guadalupe al casco antiguo de Cáceres y a recorrer las calles de Trujillo, por ejemplo.
En esta capitalidad se han volcado todos, Administración y empresas privadas, para conseguir que la cultura gastronómica de la región llegue a la gente y para que los nexos de unión con la cultura iberoamericana se mantengan vivos. Y todos esperan que esta distinción le dé a la ciudad la dimensión internacional que merece.
El turista que llega a Mérida ya sabe que no puede dejar la ciudad sin recorrer su Teatro Romano, que desde su inauguración entre los años 16 y 15 a. C. ha sabido mantenerse como eje cultural indiscutible y que sigue recibiendo cada año a 6.000 espectadores que comparten cada una de las obras del Festival de Teatro Clásico de Mérida, que este año llega a su 62ª edición.
También el Anfiteatro Romano, al lado del Teatro, que tiene capacidad para 15.000 espectadores y que, a buen seguro, disfrutaban en sus inicios de los juegos de gladiadores y las luchas entre animales salvajes. Uniendo las dos orillas del Guadiana se levanta el Puente Romano, también de la época de Augusto. Consta de 60 arcos de medio punto, 792 metros de longitud y 12 metros de altura, y es una de las piezas clave para entender el papel tan decisivo que Mérida ha jugado en distintos momentos de la historia. Al igual que el Acueducto de los Milagros, del que aún se conservan 800 metros y que recibe ese nombre porque los emeritenses creen que es un auténtico milagro que esta construcción se haya conservado como lo ha hecho.
El visitante también merece conocer los restos visigodos e islámicos que recorren la ciudad: la iglesia barroca de Santa Clara, la basílica de Santa Eulalia, la Alcazaba construida en el año 835 siguiendo los deseos de Abderramán II, o el oratorio dedicado a Santa Eulalia, mártir emeritense, conocido popularmente como Hornito.
Gastronomía de altura
Los días de pasión durante la Semana Santa y las visitas turísticas por el corazón artístico de Mérida, no están reñidos –todo lo contrario– con el placer de la gastronomía, con los buenos productos de la tierra y con las elaboraciones tradicionales o de nuevo diseño.
Una parte importante de los ingredientes que hoy consideramos nuestros nos llegaron desde América gracias, por ejemplo, a los viajes realizados por los navegantes extremeños. Productos como el tomate, eje hoy de la agricultura extremeña, la patata o el pimiento. La gastronomía extremeña se da la mano con la iberoamericana en base a productos de primera calidad que, en manos expertas, tomarán texturas y sabores únicos para celebrar esta capitalidad.
Una cocina en la que se mezclan, con esmero, las influencias judías, árabes y cristianas. En estos meses, es posible, por ejemplo, disfrutar de unas tapas de jamón ibérico, de excelentes quesos o creaciones innovadoras con carnes de calidad, al lado de un templo romano que tiene más de 2.000 años de historia, y poder, a continuación, presenciar el paso de una solemne procesión o, en otros momentos, una de las obras programadas en el Teatro Clásico de la ciudad.
Los productos extremeños tienen una calidad contrastada que facilita que los cocineros puedan extraer lo mejor de cada uno de ellos para elaborar manjares clásicos o renovados, sabrosos en definitiva. La región cuenta con un total de diez
¿A un bocado de queso de Ibores, de la Serena o de torta del Casar, acompañado de un blanco o un tinto de Ribera del Guadiana? ¿O a unas sabrosas picotas del Jerte, o un postre elaborado con miel de Ibores? Estos son sólo algunos ejemplos de los sabores que son irrenunciables, pero la pericia de los cocineros extremeños ha conseguido elaborar platos novedosos con los productos que serán los protagonistas de las jornadas gastronómicas que se suceden a lo largo del año en Mérida.
En los días de Semana Santa hay dos celebraciones especiales: la 6ª Torrijada Popular que organiza la Cadena COPE Mérida, un acto gastronómico y lúdico que pretende completar la oferta de actividades en torno a la Semana Santa de Mérida. El Domingo de Ramos, 20 de marzo, a partir de las 17:45 de la tarde, se repartirán de forma gratuita en la Plaza de España, más de 2.500 torrijas, el postre típico de estas fechas.
Con esta iniciativa, se trata también de contribuir al mantenimiento de los conventos de clausura que, en su mayoría, se sustentan de la venta de dulces artesanos, por lo que el certamen es un medio de ingreso y una ayuda para sostener el patrimonio y el modo de vida monacal.
Texto: Enrique Sancho
Fotos: Turismo de Extremadura
Más información:
www.semanasantademerida.org
www.turismomerida.org
http://meridacapitalgastronomica.es
El Bosco y los monstruos de la melancolía de Luis Peñalver Alhambra, editado por Casimiro…
El Consejo de Ministros ha aprobado, a propuesta del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, el…
Organizada por IFEMA MADRID, la Feria Internacional de Arte Contemporáneo, ARCO, celebra su 44ª edición…
El Consejo de Ministros ha aprobado, a propuesta del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, el…
El director del Museo Reina Sofía, Manuel Segade, junto al director del Deichtorhallen de Hamburgo,…
El Museo Nacional del Prado reúne por primera vez el gran conjunto de obras que…