El CSIC participa en un proyecto europeo contra el fraude del aceite de oliva.
El objetivo es detectar los fraudes más comunes en el sector del aceite de oliva y verificar su calidad, así como crear una red de información fiable y preservar la imagen del producto a escala global.
Este proyecto desarrollará métodos analíticos basados en nuevos marcadores que permitirán detectar los procesos de desodorización del aceite; descubrir las mezclas ilegales entre aceite de oliva y otro tipo de aceites vegetales, y controlar la calidad.
El Instituto de la Grasa, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha conseguido junto a un consorcio en el que están presentes 20 instituciones de 15 países la concesión de 606.000 euros por parte de la Unión Europea para su proyecto OLEUM, que generará soluciones analíticas innovadoras, más eficaces y armonizadas para detectar y combatir los fraudes más comunes y emergentes y para verificar la calidad de los aceites de oliva. Esta cuantía ha sido concedida a través de la convocatoria Horizonte 2020, en relación a la crisis alimentaria, el fraude en la cadena alimentaria y el control de los alimentos sometidos a actividades fraudulentas. El presupuesto total del proyecto es de 5 millones de euros.
En este consorcio participan numerosos expertos químicos que componen los grupos de expertos de los organismos reguladores del aceite de oliva, es decir, la UE y el Consejo Oleícola Internacional. Un total de 8 de estos expertos participan en el consorcio. El Instituto de la Grasa aporta dos grupos de investigación, uno liderado por el investigador Wenceslao Moreda y otro por el Dr. Diego Luis García; en total seis investigadores. Cada grupo va a recibir aproximadamente 300.000 € de presupuesto en un proyecto tan específico y con tanta trascendencia como la autenticidad del aceite de oliva.
“Este proyecto va a definir las estrategias futuras en las que se basarán los métodos analíticos para garantizar la calidad y pureza de este producto clave en el sector agrícola y con un peso tan importante en la economía del país, asegurando que los consumidores obtengan los beneficios para su salud por los que es tan apreciado”, señala Moreda. “La participación de nuestro instituto no solo da continuidad a una larga trayectoria en la investigación sobre aceite de oliva, de la que es pionero, sino que da continuidad a los trabajos iniciados por científicos que participan en el proyecto Recupera2020 sobre la calidad del aceite de oliva”, añade Moreda.
En el marco de OLEUM se prevén actividades de transferencia de conocimiento, entre ellas la creación de una base de datos que contemple todos los resultados generados por la investigación del proyecto y la puesta en marcha de la Red OLEUM, una red para todos los actores del sector que permita maximizar el impacto de las conclusiones del proyecto.