OT2302 Imagen 2016+BIDIEl Ayuntamiento de Madrid ha convocado el XI Certamen de Pintura Rápida al Aire Libre Escuela de Vallecas, que tendrá lugar el domingo, 24 de abril de 2016 en el distrito de Villa de Vallecas.

Más de diez años en los que este certamen ha sido una referencia en el panorama de concursos madrileños y un homenaje a los pintores de la Escuela de Vallecas. Especial mención hace la convocatoria de este año del maestro Cirilo Martínez Novillo, que compartió con los organizadores los inicios de este certamen y no lo abandonó hasta su fallecimiento.

Como en todas las ediciones la inscripción se realizará el mismo día del certamen en el C.C. Francisco Fatou (C/ Manuel Vélez, 10) y contará con 4 premios:

Premio Escuela de Vallecas, dotado con 1.800,00 €.
Premio Martínez Novillo, dotado con 1.000,00 €.
Premio Cerro Testigo al mejor artista local: 400,00 €.
Premio Especial Juvenil, dotado con 200,00 €.

Escuela de Vallecas

Se conoce como primera Escuela de Vallecas a la «troupe» surrealista concebida por el escultor Alberto y el pintor Benjamín Palencia en 1927, cuando se plantearon la renovación del arte español, a imagen y semejanza de los movimientos vanguardistas que venían estremeciendo Europa desde hacía un cuarto de siglo. Ambos artistas, que habían participado en la primera exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos de 1925, compartieron inicialmente su pasión por un mismo escenario…

Los paseos «iniciáticos» por el extrarradio del Madrid y el Toledo de los años treinta del siglo XX, sintetizados nominalmente por el entorno del pueblo de Vallecas, se convirtieron en el ceremonial de una poética que, propagándose como un incendio estético-ideológico, se extendería desde la meseta castellana a paisajes tan lejanos y en cierto modo afines, como Siberia, Patagonia o México.

Un humilde mojón en lo alto del Cerro Testigo se convirtió en zénit de la poética que allí nació y se materializó: dos de sus caras las cubren Benjamín Palencia y Alberto con sus respectivos idearios, la tercera se la dedican a Picasso, y en la cuarta inscriben los nombres de Eisenstein, El Greco, Zurbarán, Cervantes, Velázquez y otros admirados inmortales. Un manifiesto plástico castellano, que venía a resumir la consigna «¡Vivan los campos libres de España!». El paisaje elemental y descarnado como objetivo único. El ojo surrealista como punto común de enfoque.

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