El nombre de César González-Pola está inevitablemente vinculado a la escuela paisajística ovetense. Pintor y autor del escudo oficial de Oviedo, sus trabajos reflejan la magnificencia de los entornos de Asturias, Cantabria o Ibiza en lo que él llamaba «bocetos de sensaciones, fantásticas visiones de naturaleza». Aunque de bocetos estas pinturas no tienen mucho, son obras de perfecto detalle, color y luz. Ahora, una de ellas tendrá un lugar privilegiado en el Centro Asturiano de Madrid, gracias a la donación de su hijo Arturo. Un cuadro que, además de reflejar su estilo y maestría, sirvió de modelo para muchos de sus incontables alumnos.
Con motivo de la entrega de la pintura, el próximo 16 de junio a las 20 horas se celebrará un acto abierto en homenaje al pintor y a su recorrido en el salón de actos del Centro Asturiano de Madrid (Calle Farmacia número 2).