Caravaggio y los pintores del norte llegan al Museo Thyssen-Bornemisza en Madrid

Del 21 de junio al 18 de septiembre de 2016, el Museo Thyssen-Bornemisza presenta Caravaggio y los pintores del norte, una exposición sobre la figura de Michelangelo Merisi Caravaggio (Milan, 1571 – Porto Ercole, 1610) y su influencia entre los pintores del norte de Europa que, fascinados por su pintura, difundieron su estilo. Comisariada por Gert Jan van der Sman, profesor de la Universidad de Leiden y miembro del Istituto Univesitario Olandese di Storia dell´Arte de Florencia, la muestra pone de relieve el legado del artista y la diversidad de las reacciones motivadas por su obra.

En las salas se exhiben cincuenta y tres cuadros, doce de ellos del maestro lombardo, procedentes de colecciones privadas, museos e instituciones como el Metropolitan Museum de Nueva York, la Galleria degli Uffizi de Florencia, el Museo del Ermitage de San Petersburgo, el Rijksmuseum de Ámsterdam o la iglesia de San Pietro in Montorio en Roma.

La exposición se abre con obras llenas de luz, sombras, y una paleta llena de color. Según se avanza en el recorrido se va transformando en oscuridad cerrando el círculo cromático con la última obra del pintor «El martirio de santa Úrsula» de 1610 (cat. 46), en el que Caravaggio se autorretrata sujetando una lanza en el momento en el que el rey de los hunos hiere con su flecha a la Santa. Pintado pocas semanas antes de su muerte, este cuadro constituye un punto culminante de la última parte del recorrido de la exposición.

El recorrido abarca el curso de la carrera de Caravaggio, desde el periodo romano hasta las emotivas pinturas oscuras de sus últimos años, junto a una selección de obras de sus más destacados seguidores en Holanda -Dirk van Baburen, Gerrit van Honthorst o Hendrick Ter Brugghen-, Flandes -Nicolas Régnier o Louis Finson- y Francia -Simon Vouet, Claude Vignon o Valentin de Boulogne, entre otros.

Entre 1600 y 1630, se establecieron en Roma más de dos mil artistas de los cuales una tercera parte eran extranjeros que convirtieron la Ciudad Eterna en un crisol artístico.

Los pintores del norte de Europa estaban dispuestos, en igual e incluso mayor medida que los italianos, a seguir el estilo de Caravaggio, impulsados principalmente por dos motivos: la menor importancia del componente clásico en la tradición pictórica del norte y la facilidad para aplicar el estilo de Merisi fuera del contexto tradicional de un taller o una academia de dibujo.

En los Países Bajos y las regiones germánicas trabajar del natural, basándose en los motivos visibles a nuestro alrededor, era una costumbre muy arraigada. Esto establecía un vínculo con la forma de trabajar de Merisi, cuyo origen lombardo le predisponía a pintar ad vivum, un método que los pintores de formación clásica consideraban inadecuado porque suponía un obstáculo para alcanzar la perfección en el arte.

Por otro lado, la mayoría de los artistas holandeses, flamencos o franceses que se establecían en Roma habían recibido una formación básica en dibujo y pintura en su país de origen y estaban especialmente interesados en captar y asimilar rápidamente nuevas ideas.

El arte de Caravaggio era atractivo para ellos, además de por la posibilidad de trabajar del natural, por el destacado uso de la luz, las sombras y el color. Los forasteros podían incorporar este estilo al suyo propio sin tener que ceñirse al corsé de un programa de estudios.

Caravaggio y los pintores del norte traslada al visitante a la época de Michelangelo Merisi y a las décadas que siguieron a su muerte, cuando su fama aún estaba en su punto más alto, un periodo especialmente rico en hitos pictóricos.

La exposición se abre con dos salas dedicadas a las obras que el pintor realizó durante sus años en Roma, en las que se pone de manifiesto su polifacética carrera. En las siguientes, se presentan cuadros de artistas del otro lado de los Alpes que contemplaron con sus propios ojos la obra de Caravaggio.

El resultado de sus impresiones se muestra desde una perspectiva lo más amplia posible, pues cada uno aportaba su propio bagaje y, además, buscaba nuevos modos de expresión, tanto en el arte religioso como en el profano. Las dos últimas salas están dedicadas a la producción de Caravaggio y sus seguidores extranjeros en Nápoles y el sur de Italia.

Datos de interés:
Caravaggio y los pintores del norte
Museo Thyssen-Bornemisza (Paseo del Prado, 8 – 28014, Madrid.)
Fechas: del 21 de junio al 18 de septiembre de 2016
Horario: de martes a viernes y domingos, de 10 a 19 horas; sábados, de 10 a 21.
Del 1 de Julio al 4 de septiembre: de martes a sábados, de 10 a 22 horas; domingos de 10 a 19. Último pase una hora antes del cierre.
Entrada única: Colección permanente y exposiciones temporales.
Precio entrada general: 12 €

Garantía del Estado de más de trescientos millones de euros para la exposición de Caravaggio

Redacción

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