La semana de subastas de arte contemporáneo de Londres se ha cerrado con “sólidos resultados”, según cifras de Sotheby´s, citadas por The Art Market, y las nubes negras del efecto Brexit parecen alejarse momentáneamente del mercado del arte. (más información…)
Sotheby´s realizó ventas a la semana siguiente del Brexit por 43 millones de libras (50,6 millones de euros), con un 87% de obras vendidas. Entre las más destacadas se llevaron a cabo ventas millonarias de artistas como Keith Haring, Adrian Ghenie, Neo Rauch y David LaChapelle . La estrella de la noche fue, Shift , de Jenny Saville comprada por el millonario chino, Liu Yiqian, por 6 millones de libras (7,07 millones de euros) en dura puja con el galerista Larry Gagosian.
Los paisajes del cuerpo de Jenny Saville
Jenny Saville (Cambridge, 1970) es una pintora inglesa, miembro del grupo Young British Artists. Es conocida principalmente por sus monumentales cuadros de desnudo femenino. Actualmente vive y trabaja entre Londres y Palermo.
Saville Estudió en la Glasgow School of Art (1988-1992), y se le concedió una beca de seis meses para la Universidad de Cincinnati, acabando su formación en la Slade School Of Fine Art (1992-1993). Al finalizar sus estudios, su obra interesó al coleccionista Charles Saatchi, quien compró su obra completa para los próximos dos años.
Saville ha desarrollado su carrera dentro de la tradicional técnica de la pintura al óleo, en un estilo figurativo heredero de la Nueva figuración de los años 1950 y 1960, con influencia de Rubens y Lucian Freud. Desde su debut en 1992, su temática se ha centrado en el cuerpo de la mujer, en pinturas a gran escala, con figuras vistas desde perspectivas poco usuales, donde los cuerpos semejan montañas de carne que parecen llenar todo el espacio, con predilección por mostrar las zonas genitales, o por imperfecciones y heridas de la piel, con colores brillantes, intensos, dispuestos por manchas, predominando los tonos rojos y marrones.
Generalmente son cuerpos obesos —frecuentemente se autorretrata a sí misma—, donde la carne forma pliegues y arrugas, con unas formas monumentales que parecen la visión que un niño tiene de un adulto. Inspirada por Courbet y Velázquez, pinta a la mujer real, de hoy día, sin ningún tipo de idealización, sin buscar la belleza, sólo la veracidad, realizando —como ella misma denomina— «paisajes del cuerpo».