Una exposición retrospectiva de Fernando Bellver, Premio Nacional de Gráfica 2008, que se presenta como un viaje multidisciplinar en el que el creador es el primer pasajero. Dividida en nueve áreas y formada por más de 80 obras, la exposición nos ofrece un recorrido por los últimos treinta años de trabajo del artista, un viaje a su universo particular en el que no se plantea tanto la búsqueda de lo nuevo como la intensificación del sentimiento de estar vivo, aunque sea pasajeramente, inventándose para ello todas las existencias, con sus correspondientes máscaras, que él pudiera imaginar.
Bellver, rechaza la fábula de la creatividad del artista e ironiza sobre el mito del artista creador, lo que le sirve para conformar su propia leyenda, su propio personaje. Defiende que el arte es algo sin trascendencia, una burla capaz de alejarnos de la seriedad de la vida. Su obra, realizada con una destreza técnica deslumbrante, muy en especial en sus grabados, se construye a partir de lo que han creado otros, reciclándolo, mezclándolo y enfrentándolo.
En la exposición se ven 22 de sus extraordinarios aguafuertes, además de óleos, esculturas, cajas de luz o lentegrafías. En todas ellas, la realidad se comporta como una ficción y a la inversa, son un guiño a las idas y venidas de los grandes pensadores dadaístas que, durante la Primera Guerra Mundial, quisieron acabar con cualquier sistema lleno de coherencia y sentido. En esta exposición se encuentra un homenaje a los principios en que se basó Cabaré Voltaire, donde la apología de la confusión es utilizada por Bellver como un síntoma de un proceso que hoy en día es difícil de interpretar y enjuiciar.
Bellver. Vida pasajera, comisariada por Felipe Hernández Cava, permanecerá abierta al público en La Principal de Tabacalera hasta el 28 de agosto de 2016.