Henry Matisse dijo que “algún día habrá una escuela que llevará el nombre de Iturrino, que futuras generaciones, cultivándola con amor, lo saquen del abandono en que hoy vive para iluminarlo con los resplandores del mérito y adornarlo con los laureles de la gloria”.
Francisco Iturrino (Santander, 1864- Cagnes-Sur-Mer, 1924) fue pintor, grabador y dibujante, uno de los grandes artistas cántabros de nuestra historia, pero hasta ahora un gran desconocido.
El MAS, Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria ha querido ahora colocarlo en el lugar que se merece con un homenaje, celebración que ha coincidido con la donación a este museo, por parte de la familia, de la obra “Retrato de Joaquina González”, óleo sobre lienzo de 96 x 68 cm, pintado por Iturrino a principios del siglo XX. Joaquina González era la madre del artista. En el mismo acto se presentó también el libro “Francisco Iturrino Memoria y Semblanza” escrito por Enrique López Viejo (in Memoriam).
Iturrino vivió la vanguardia de su tiempo in situ, primero en Bélgica y, después, en París, en donde expuso por vez primera con Picasso en 1901, cuando el malagueño era un desconocido. Iturrino asimiló las enseñanzas del impresionismo y del postimpresionismo de la mano de autores como Van Gogh, Cézanne o Gauguin. Muy integrado en el ambiente artístico del Paris de fin de siglo, su obra se expuso en la ciudad un buen número de veces y fue amigo de artistas como Van Dongen, Vlaminck, Derain o Matisse. Su pintura es fielmente fauvista, luminosa y vital. Entre sus temas más recurrentes encontramos grupos de desnudos femeninos, escenas de flamenco y los toros.
Compaginaba su residencia parisina con estancias en Salamanca, Córdoba, Madrid o Sevilla, hasta que la Primera Guerra Mundial lo aleja definitivamente de Paris. Sus últimos años los pasará en Cagnes-Sur-Mer dedicado al aguafuerte. En esta localidad francesa Iturrino vivió sus últimos años y hace unos meses se descubrió la sepultura de sus restos mortales, que durante años estuvo en el anonimato.
(Martín Gúrpide)
Imágenes:
Alberto Robles Iturrino y Laura Iturrino, nieto y bisnieta, del artista, con el cuadro donado al MAS.
El alcalde de Santander y el nieto del artista.