Su historia no es muy conocida, aunque en esta parte del este de Eslovaquia su nombre figura por todas partes y algunos de sus retratos adornan calles, hoteles y balnearios. Sobre todo balnearios, ya que esta es una zona termal que en su día fue considerada la mejor de Europa y allí Isabella y su marido, Jan Zamoyski, de origen polaco, crearon un conjunto de sanatorios y estaciones termales que todavía ahora se encuentran entre las mejores de Europa.
Una de las mas famosas y poderosas familias de Polonia
Jan Kanty conde Zamoyski nació en Stara Lubovla (ahora Eslovaquia). Era hijo de Andres Zamoyski y María Carolina Borbón, princesa del Reino de las dos Sicilias. La familia de Zamoyski partenecía a una de las mas famosas y poderosas familias de Polonia. Tenía enormes propiedades rurales, muchas influencias políticas y significativas relaciones familiares. El 9 de marzo de 1929 en Madrid se casó con su prima, la Infanta española Isabel Alfonsa María Borbón, en el lugar que había nacido, el Palacio Real de Madrid. Los entonces reyes de España fueron sus padrinos.
Paraíso termal e invernal
Como sus vecinos de República Checa y Hungría, en esta zona de Eslovaquia abundan las aguas termales. Con poco más de 30.000 habitantes y a orillas del río Vah, se encuentra la ciudad balneario más importante de Eslovaquia, Piestany. Famosa por sus fuentes termales y sus barros medicinales, esta ciudad es conocida desde antaño por las propiedades curativas de sus aguas. Los editores de Lonely Planet incluyeron este lugar entre los 20 mejores balnearios en Europa. No hay que olvidar que el genial compositor Beethoven pasó por Piestany para probar sus efectos allá por el año 1801. A finales del siglo XIX y gracias al buen hacer del empresario Alexander Winter, Piestany se convirtió en una ciudad-balneario de fama internacional muy visitada por toda la aristocracia mundial. Hoy en día los lugares más recomendables de Piestany son el espectacular Hotel Thermia Palace, un establecimiento de cinco estrellas ubicado en un edificio de principios del siglo XX, y los baños de Napoleón, cuyo origen data del siglo XIX.
Un plan para invierno o para verano
Es posible alojarse en el observatorio, una experiencia única. Vale la pena llegar a Zdiar, un pequeño pueblo de montaña repleto de casas rurales con encanto, donde los dueños se encargan de que la estancia sea perfecta a base de buen trato y excelente comida nutritiva (sopas, mucha carne, guisos calóricos o quesos ahumados) para excursionistas en verano y esquiadores en invierno. Para los no tan activos, una posibilidad y una experiencia sensacional es el descenso de los rápidos del río Dunajec en balsas de madera que fueron utilizadas para el transporte de troncos hasta el Vístula, en medio del maravilloso escenario natural del Parque Nacional de Pieniny. La ruta de 9 kilómetros de longitud conduce de Cervený Klástor, donde está el célebre monasterio rojo de Cervený Klástor, del siglo XIV por los cartujos, hasta el pueblo de Lesnica.
Ciudades con encanto y ambiente
Desde su posición dominante, el emblemático castillo de Bratislava fue la sede del reino húngaro. Hoy alberga el Museo Histórico y su famosa Venus de Moravany, una estatuilla de marfil tallada hace 25.000 años, así como el Museo de la Música. Las vistas desde las torres y terraza son inmejorables. A sus pies está la catedral de San Martín donde fueron coronados una veintena de reyes húngaros con la corona de San Esteban, entre ellos, la célebre María Teresa. Hay que visitar la popular iglesia de Santa Isabel o iglesia azul, consagrada a la santa y princesa húngara, un sorprendente santuario de estilo Secesión construido en la década de 1910. Tiene preciosos mosaicos, en particular en la portada, con escenas de un milagro de la santa. También merece la pena la Galería Nacional Eslovaca, un palacio del s. XVIII y un edificio de aires soviéticos, donde se muestran las colecciones del mayor museo de Eslovaquia que abarcan un periodo de cinco siglos de producción artística europea.
Un país de quesos
Según el buscador de vuelos www.jetcost.es hay varios vuelos directos a Bratislava desde Madrid, Málaga y Palma. También hay otras combinaciones cómodas para viajar a otras partes del país, ya que la capital eslovaca está muy cerca de Viena y Budapest. A esta última ciudad hay frecuentes vuelos desde varias ciudades españolas con la compañía de bajo coste Wizz Air (www.wizzair.com).
Texto: Enrique Sancho
Fotos: Enrique Sancho y Turismo de Eslovaquia
Más información:
Embajada de Eslovaquia
Tel.: 91 590 38 61/ 67
www.slovakia.travel
El Museo Nacional del Prado ha recibido en depósito dos lienzos cuatrocentistas dedicados a la…
Dos libros de bolsillo sobre Wassily Kandinsky "Los años de Múnich" y "Forma, composición y…
El artista Pedro Torres, nacido en Brasil (Gloria de Dourados, Mato Grosso, 1982) y afincado…
Feriarte 2024 vuelve a consolidarte como el encuentro de referencia para los amantes del arte…
Bajo el título Make America Weird Again, el autor de cómics, Daniel Clowes, dialogará en…
La exposición ‘Nuestra Señora de las Mercedes. Una historia común’ continúa en Chile su itinerancia.…