En España disfrutamos de muchos y muy buenos vinos y una de las zonas que destacan por la relación calidad y precio de su oferta vinícola es Navarra. En esta comunidad tiene su sede Bodegas A&B con sus marcas más reconocidas, Egomei, Camilo Castilla y el Brandy Peinado, este último elaborado en las bodegas manchegas de Tomelloso.
Como buenos vendedores de sus productos que en este momento ya han alcanzado el mercado chino, los responsables de la bodega no paran en barras a la hora de calificar sus caldos como un espacio de equilibrios imposibles, de fusiones perfectas, de armonías desconocidas, cuna de tiempos y dador de cuerpo y alma. En definitiva, un lugar donde lo humano acaricia lo divino.
De una forma más prosaica no exenta de pasión por su actividad, Eduardo Lavín, director general de la bodega y su director comercial, José María de Sas, desvelaron los secretos de esta casa casi bicentenaria a un grupo de periodista, sumilleres y enólogos en una jornada gastronómica de exaltación navarra, que tuvo lugar en una casa solariega de Madrid de antiguas raíces taurinas, a un tiro de piedra de la residencia de Francia, en un espacio mimetizado de sus raíces navarras.
Una veintena de periodistas especializados o amigos del buen yantar tuvimos ocasión de disfrutar no solo de una típica comida navarra y de unos extraordinarios caldos de Egomei o de Camilo Castilla, sino de una animada charla convertida en ocasiones en lección magistral sobre el mundo del vino, cuidado y cultivo de la viña, vendimia, producción, envejecimiento y, sobre todo, comercialización -éxito o ruina de un vino en la actualidad- a cargo de Eduardo Lavín, director general de la bodega y miembro de su núcleo familiar que defiende con tanta pasión sus elaboraciones frente a las presiones del mercado, que ha acuñado con humor navarro el lema: “en esta bodega hacemos el vino que queremos, y si no lo vendemos, nos lo bebemos”.
Un vino de autor con raíces navarras
A lo largo del almuerzo, entre verduritas, chistorra, pochas, solomillo a la riojana y pastel ruso fueron desfilando un blanco Rayo de Sol de Camilo Castilla, un moscatel de grano menudo que maridó perfectamente con un foie; un Egomei Carpess, crianza de 12 meses en barrica con aromas a vainilla y canela, sabroso en boca, potente de taninos maduros. A continuación, otro Egomei, vino de 14 meses en barrica de muy buen equilibrio, criado en roble francés, que resultó ser un vino fino y muy elegante, para terminar con EgomeiAlma de 18 meses en barrica de roble.
El “ruso”, típico postre de cocina navarro riojana fue acompañado de dos moscateles, uno tinto y otro blanco, Esencia y Capricho de Camilo Castilla, los dos de grano menudo y de extraordinario sabor. El brandy de Bodegas Peinado, de 10, 20 y 100 años, elaborados en Tomelloso, y que tienen fama de ser uno de los mejores de España -un gran desconocido para el gran público-, puso el punto y final al evento.
Bodegas en Alfaro y Corella
Las bodegas de A&B las encontramos en Alfaro y Corella, con viñedos plantados desde 1975, con uvas tempranillo y graciano. Estas tierras ofrecen el mejor carácter a sus caldos, vinos de pago elaborados con uvas curadas con especial atención. Una vez realizada la recogida y posterior selección de los racimos, el vino pasa a barricas de roble francés Allier, donde permanece el tiempo necesario hasta conseguir equilibrar la fruta con la complejidad deseada.
Tras la recolección, solo esta bodega trata a sus uvas por el proceso de lavado, para conseguir un vino más sano y más robusto. En la mesa de selección, se eliminan los racimos que no cumplen los parámetros de calidad exigidos para posteriormente trasladarse a los depósitos de fermentación controlada.
El resultado son estos dos vinos: Egomei y EgomeiAlma, que fusionan y exaltan con grandiosidad, la tradición con los matices más vanguardistas.
Egomei: Variedades 85% Tempranillo y 15% Graciano. Tinto. Vendimia manual, selección en mesa y traslado a depósitos para su fermentación. 14 meses en barrica de roble francés y 6 meses en botella. Crianza sobre sus lías finas.
Cata: Color cerezo intenso. Aroma mineral con matices de fruta negra y notas confitadas. Boca sabrosa, con taninos maduros. Buen equilibrio entre la fruta varietal y un excelente roble francés nuevo que le aporta finura y elegancia.
Egomeialma: variedades 75% Tempranillo y 25% Graciano. Tinto. Vendimia manual, selección en mesa, fermentación malo láctica en barricas de roble francés con una permanencia de 3 meses con sus lías finas. Crianza18 meses en barrica de roble francés y 6 meses en botella.
Cata: Color cereza picota. Aroma con notas tostadas de roble, chocolate y café, de una gran expresión frutal y mineral. Boca sabrosa, potente, con fondo de regaliz y frutos negros maduros, resultando un vino con persistencia, complejidad y elegancia.
150 años de Camilo Castilla
Mención especial merecen las bodegas Camilo Castilla construidas a mediados del XIX por las que han pasado varias generaciones de la misma familia desde que Camilo Castilla Arzuaga fundara en Corella estas emblemáticas bodegas que todavía hoy llevan su nombre y que a partir de 1987 y bajo la dirección de Ana Beltrán recupera la elaboración de vino secos, tinos y blancos de calidad. Corella ha estado siempre ligada al agua, al aceite y al vino, legado de un pasado como villa hispano romana. Una extensa tierra a 370 metros de altitud conocida como la “Andalucía navarra».
Homenaje a Goya
En 1856 Camilo Castilla encuentra en Corella las tierras idóneas para el cultivo de la variedad moscatel de grano menudo debido a unas condiciones climatológicas excepcionales y a las características arcillosas y calcáreas del terreno. Uvas con un alto grado de maduración riqueza en azucares, que es la base de los vinos dulces, envejecidos en cubas de roble y damajuanas hasta alcanzar su plenitud en un largo y lento proceso de afinamiento en botella. Entre las marcas que comercializa destaca la dedicada a Goya, con una botella estilizada de cuello largo.
Peinado, el Coñac de España
Y para finalizar Peinado, elaborado en la ciudad manchega de Tomelloso (Ciudad Real) en la que se comienza a destilar en el año 1820 vinos de la región para la obtención de aguardientes, en la bodega de Juan Antonio Peinado, con una pequeña alquitara con la que se consiguen excelentes calidades.
El origen de este Brandy son las mismas holandas que abastecieron durante el s. XIX a la región de Charente (Francia), para suplir la producción de sus vides atacadas por la filoxera. Esta circunstancia dio origen a la utilización de la denominación de «Coñac Español», durante una gran parte del siglo XX. Este coñac, ahora brandy, se sigue elaborando de forma casi artesanal, destacando la botella con añadas de 100 años, lo que hace de este producto del corazón de la Mancha un brandy excepcional.
Jesús F. Briceño
