Santa María de Vallbona de les Monges es un monasterio cisterciense situado en el municipio de Vallbona de les Monges en la comarca del Urgell (Lleida). Se trata del único monasterio femenino de la Ruta del Císter y el único que ha conservado ininterrumpidamente la comunidad durante más de 850 años, salvo, claro está, los tiempos de guerra.
El de Vallbona es un monasterio precioso de dimensiones reducidas y dotado de una belleza singular, es el exponente más claro del papel de la mujer en la época medieval. En su historia encontramos un abaciologio lleno de hijas de la nobleza catalana. Del monasterio, destacamos los dos cimborrios góticos, el mayor de los cuales reposa todo el peso sobre la nave de la iglesia. Uno de los rasgos más importantes del monasterio es que los visitantes que lo soliciten pueden pasar unos días difrutando del monasterio y su entorno en su cuidada hospedería. Fue declarado monumento histórico-artístico en 1931 y como, todos, sufrió los avatares de la desamortización en el siglo XIX.
La iglesia constituye un claro ejemplo de transición románico-gótica. La planta de cruz latina consta de una sola nave y tres ábsides rectangulares con ornamentación escultórica. Cada una de las galerías del claustro es de un estilo diferente por motivos presupuestarios, ya vigentes en la época medieval: árabe, románico y gótico. La sala capitular (siglo XIV) acoge una imagen de Nuestra Señora de la Misericordia (siglo XV). Vallbona de les Monges es un un espacio único donde el paso de las horas se puede compartir con la comunidad religiosa femenina.
Un monasterio con mil años de vida
El monasterio de Santa María de Vallbona es el cenobio cisterciense femenino más importante de Cataluña. Tiene sus orígenes en unas agrupaciones mixtas de ermitaños, que después se convertirían en cenobitas, organizados en forma de comunidad doble, quienes viven bajo el báculo pastoral de su fundador, Ramón de Vallbona, y observan la Regla de San Benito. La noticia más antigua llegada hasta nosotros data del año 1153. En el 1175 los hombres se trasladaron al Montsant y la comunidad, ya exclusivamente femenina, se incorpora a la reforma cisterciense y tiene por abadesa a Oria Ramírez, llegada del monasterio de Tulebras (Navarra).
El monasterio de Vallbona hospedó repetidamente a los reyes Alfonso el Casto, Jaime el Conquistador y Alfonso el Sabio, con sus respectivas esposas y cortes, y fue motivo de inspiración para los trovadores de la época.
Entre los monasterios filiales se cuentan, entre otros, San Hilario, en Lérida, Bonrepós en Morera del Montsant, Saidia, en Valencia y Valldonzella, en Barcelona. Toda esta floración conventual constituye una prueba de la fuerza expansiva de la espiritualidad de aquellas monjas que por diversas razones abandonaban la vida cortesana. Vallbona siempre estuvo considerado como una escuela de perfección en la vida monástica, un foco de vida contemplativa y un centro de cultura, trabajo y oración.
Desde el siglo XIII, Vallbona tiene escuela monacal y existen pruebas de la existencia de un scriptorium, donde algunas monjas se dedicaban a copiar y ornamentar los códices. En sus aulas se impartía gramática, liturgia, caligrafía, miniatura y música.
La Virgen del coro preside la iglesia
Presidida por la Virgen del coro, una imagen esbelta de piedra policromada, obra de Guillem Seguer (s. XIV), la iglesia es un ejemplar fielmente representativo del estilo de transición que la Orden difundió en todas sus construcciones. Tiene la planta de cruz latina, muy marcada, propia del románico, con una sola nave y los tres ábsides cuadrados. La cubierta de crucería ojival, fue construida probablemente a principios del siglo XIV, en sustitución de la bóveda románica.
La puerta principal (s. XIII) está decorada con uno de los primeros relieves de Santa María que aparecen en un tímpano en Cataluña. El cimborio-campanario, en forma de linterna de ocho caras, además de poseer una extraordinaria belleza, es una de las obras más audaces de la arquitectura medieval, puesto que se apoya totalmente sobre unas bóvedas que carecen de contrafuertes.
El interior del templo sorprende por su simplicidad y por el admirable juego de luces. En el lado derecho del altar, vemos el sarcófago sencillo y liso, de la reina Violant de Hungría, esposa de Jaime I el Conquistador, quien quiso ser enterrada allí, sin ningún ornamento; justo enfrente, al otro lado, se halla la tumba de la princesa Sancha de Aragón, hija de ambos.
A la derecha del coro, junto a la reja, se encuentra la capilla del Corpus Christi, con unos admirables relieves, atribuidos a la mejor escuela del gótico. De este altar provienen los dos impresionantes antipendios (velo o tapiz de tela preciosa que tapa los soportes y la parte delantera de algunos altares entre la mesa y el suelo) -de mediados del siglo XIV-, de tema eucarístico, que actualmente se conservan en el Museo Nacional de Arte de Cataluña.
El Claustro y la sala capitular
El claustro tiene forma trapezoidal. Es una curiosa y variada representación de los estilos que prevalecieron durante las primeras cuatro centurias del cenobio. El ala del mediodía muestra la más severa austeridad cisterciense y fue edificada a finales del siglo XII. La mayor parte de los capiteles son lisos. El ala oriental ofrece ya todo el esplendor del románico, aunque también dentro de un marco de sencillez (s. XIII). El ala Norte es un magnífico ejemplar del estilo ojival (s. XIV) y por último el ala de poniente (s. XV), es una construcción neorrománica, con elementos renacentistas.
La sala capitular (s. XIV) impresiona por su desnudez. Destaca la finura y belleza de su portalada. Preside dicha sala la imagen de la Virgen de la Misericordia, de alabastro policromado, atribuida a Pere Joan (s. XV), el famoso escultor de la fachada del Palacio de la Generalidad de Barcelona.
La moderna Capilla de la Virgen del Claustro (1895), custodia una magnífica escultura venerada bajo esta advocación. Probablemente, fue la primera imagen de Santa María (s. XII) que presidió el templo durante el período románico. El archivo es muy rico en documentos y es de relevante interés para la historiografía comarcal y nacional.
Es deseo de la comunidad que pronto pueda abrirse al público el Museo Monástico, que albergará diversos objetos de culto (s.XVIII-XX), muebles (s. XVII-XX) y también una interesante farmacia antigua con piezas de gran valor. El cenobio de Santa María de Vallbona fue declarado monumento histórico artístico por decreto del 3 de junio de 1931.
Vallbona sigue siendo un monasterio vivo con una comunidad religiosa que desde hace más de 850 años da vida a las viejas piedras y hace compatible el rezo y la meditación con otras ocupaciones como la artesanía y la agricultura.
Las características esenciales del Císter son la vida en comunidad, el silencio, el trabajo, la simplicidad. Y todo, vivido siguiendo los pasos de los primeros cistercienses, que vivían en armonía con los ciclos de la natura y han inspirado la conversión ecológica de la comunidad. Las monjas de Vallbona siguen la Regla de san Benito y su vida fundamentalmente se basa en la plegaria litúrgica, la contemplación o «Lectio divina» y el trabajo. En definitiva, el “ora et labora” de la regla de San Benito.
Una hospedería abierta a la meditación
La acogida monástica es un aspecto importante de la vida del monasterio. Ya san Benito, en el siglo VI, decía que «los huéspedes nunca faltan en el monasterio» y que «todos los que se presentan deben ser acogidos como Cristo». Esta vieja tradición que el monje tenga siempre el corazón, la puerta abierta a aquellos hermanos que llamen, en Vallbona se ha observado siempre, aun en las épocas en que la clausura era más severa, la acogida ha sido a lo largo de los tiempos algo muy querido por la comunidad.
Actualmente las monjas cuidan de una hospedería en un ambiente es sencillo y austero, con comidas en común y cocina casera hecha con productos del huerto del Monasterio. Los huéspedes pueden participar en la Eucaristía y la oración litúrgica de la comunidad y conversar sobre temas espirituales o personales con las monjas.
La hospedería consta de 20 habitaciones individuales o dobles, una capilla, 2 salas, el Refugio Sant Bernat para grupos de jóvenes (24 plazas). Las reservas se pueden hacer de lunes a viernes de 10h a 12h (Tel.: 973 33 02 66 / 618.876.004) o través del email: hostatgeria@monestirvallbona.cat
Conversión ecológica
Fiel a la tradición de la orden, las monjas han recuperado desde 2008 cerca de 4000 m2 de tierras de cultivo de hortalizas, frutales y cereal y unos 200 m2 para flor ornamental. Han plantado almendros y olivos, así como manzanos y perales de diferentes clases, cerezas, melocotoneros y ciruelos y han reconstruido parte de los antiguos muros de piedra. Con la ayuda de un grupo de voluntarios las monjas de Vallbuena han ido aprovechando bancales de los antiguos huertos del monasterio y han recuperado viejas recetas de conservas naturales que venden en la tienda del monasterio o distribuyen a otros lugares.
Otras de las novedades del convento es que las monjas se han implicado en un proceso de ‘conversión ecológica’ que se traduce en la elaboración de productos naturales sin fertilizantes ni pesticidas artificiales, utilizan energías renovables al 100 por 100, así como técnicas de ahorro y recuperación del agua. En definitiva, una experiencia digna de ser vivida en cualquier época del año en esta nueva etapa de la Ruta del Císter.
INFORMACIÓN PRÁCTICA
Entrada + visita
01/11 – 28/02: De martes a sábado, de 10.30 a 13.30 h y de 16.30 a 17.30 h
Domingos, de 12 a 13.30 h y de 16.30 a 17.30 h
01/03 – 31/10: De martes a sábado, de 10.30 a 13.30 h y de 16.30 a 18.30 h
Domingos y festivos, de 12 a 13.30 h y de 16.30 a 18.30 h
Información y reservas: Tel: 973 33 02 66
E-mail: vallbona@monestirvallbona.cat – www.monestirvallbona.cat
Consultar horarios de agosto, puentes festivos y navidades: www.monestirvallbona.cat
Oficina de gestión de La Ruta del Cister
C. Sant Josep, 18
43400 Montblanc
Teléfono: 977 86 12 32
www.larutadelcister.info
info@larutadelcister.info