El libro-catálogo «Carlos III Majestad y Ornato»ofrece una revisión del arte que se realizaba en la corte durante su reinado. En ella se pone de relieve la importancia que le dio el monarca a las artes decorativas en la ornamentación de los Sitios Reales y que se ve reflejada en el desarrollo de las Reales Fábricas.

Para conmemorar los trescientos años transcurridos desde el nacimiento del rey Carlos III (1716-1788), Patrimonio Nacional ha organizado en el Palacio Real de Madrid una muestra dedicada especialmente al estudio del arte cortesano creado bajo su directo mecenazgo.

El catálogo recoge la renovación completa de todos los Sitios Reales llevada a cabo por Carlos III, con una estudiada selección de imágenes y con textos a cargo de Pilar Benito García, Javier Jordán de Urríes y de la Colina, y de José Luis Sancho, que permiten hacer un recorrido por las más selectas obras de arte, conocer las pinturas murales que decoraban las bóvedas de los palacios reales, las que ornaban el conjunto del Real Dormitorio, las más delicadas piezas elaboradas por los talleres reales de ebanistería, bronce y bordados. Obras artísticas, que servían para la vida cotidiana del rey y su familia y que estaban pensadas tanto para fines funcionales, como ornamentales y representativos.

Las pinturas, las porcelanas, en general todos los detalles brillaban por su calidad, su magnificencia y suntuosidad, su tono cosmopolita constituían toda una declaración de poder. Expresaban no sólo la majestad del rey, sino la de la vasta monarquía simbolizaba en su persona. En sus palacios –tanto el de Madrid como el de los cuatro sitios reales donde la corte pasaba cada estación del año- se expresaba esta alianza entre el poder y la ilustración mediante todas las bellas artes: la pintura con figuras como Giambattista Tiepolo, el ya mencionado Mengs y todos sus discípulos españoles, entre ellos el incipiente genio de Francisco de Goya; las artes decorativas merced a las Reales Fábricas de tapices, de porcelana y piedras duras, de cristales y de relojes, y a los talleres dirigidos por diseñadores como Mattia Gasparini.

Carlos III, Soberano ilustrado y, como tal, mecenas de las artes, el monarca constituye el referente más indiscutible en la fértil relación que han mantenido la Corona y la Cultura en España durante la Edad Moderna. Su gobierno, además de las grandes obras públicas que promovió, supuso la intervención estatal en aspectos estéticos a una escala amplia y variada. Pero sin duda donde con más claridad se perciben tales innovaciones es en el propio entorno del monarca, en el arte cortesano creado bajo su directo mecenazgo. (más información…)

Datos de interés:
Carlos III. Majestad y Ornato
Autor: Benito García, Pilar; Jordán de Urríes y de la Colina y Sancho, José Luis
Edición:2016
ISBN:978-84-7120-521-6
Nipo: 006-13-017-2
Precio:35.00 €

Imagen de portada:
Carlos III, rey de España y de las Indias. Anton Raphael Mengs, 1765. Óleo sobre lienzo, 283 × 170 cm. Copenhague, Statens Museum for Kunst.

El monarca español está representado de cuerpo entero, sobre un estrado con alfombra, vistiendo armadura completa —salvo manoplas y grebas—, manto de terciopelo rojo y armiños, con broche de diamantes, y «debajo de dosel ó pavellon magnifico, con todos los ornatos y atributos de la Ma-gestad Española», como explicaba José Nicolás de Azara en la «Lista de las pinturas de Mengs». Tras él, se sitúan un sillón a modo de trono, con copete de corona real sostenida por putti, sus armas reales bordadas, cortina y columna, y a un lado la consola de talla dorada en la que descansan una celada y, sobre un almohadón de terciopelo rojo con borlas y agremán de hilo de plata sobredorada, la corona y cetro reales. De intensos ojos azules, el monarca lleva peluca corta blanca y su lazo negro, cuello envuelto en lienzo fino y encaje en las mangas largas, con el brazo izquierdo en jarra, y el derecho apoyado en una bengala de mando. En el pecho luce la insignia del Toisón de Oro colgada de una cinta roja al cuello, y en el torso cruzadas las bandas de muaré rojo de la Orden de San Gennaro y azul celeste del Saint-Esprit, y sus respectivas cruces enjoyadas, como bordadas en hilo de plata, están sobre el manto. Completan la indumentaria la faja carmesí y las botas con espuelas.

Para la representación de la armadura, sabemos que el 3 de octubre de 1765 se escribió a la Real Armería para que facilitasen una a Mengs, que sería escogida por el propio pintor, «pues le ha de servir para hacer un retrato de S. M.» 3. Sin embargo, no representa una concreta de las allí conser-vadas, sino que emplea la tipología de una armadura de seguir la guerra a pie decorada con bandas grabadas y doradas, como casi todas las de Carlos V, Felipe II y Felipe III, sin que por los detalles pueda establecerse una identificación positiva con una de ellas 4. Al cinto lleva un espadín, con su empuñadura de diamantes, semejante al del retrato del príncipe de Asturias, también de Mengs, enviado a Parma ese mismo año.

La iconografía de don Carlos con armadura venía ya de Italia, como duque soberano de Parma y rey de Nápoles y de Sicilia, con los retratos de Giovanni Maria delle Piane, il Molinaretto (1660-1745) y Giuseppe Bonito (1707-1789).

Según Azara, el retrato de Mengs se «expuso al público en la Casa de la Villa un día de función», que por las fechas podría tratarse de la que tuvo lugar en la tarde del lunes 30 de diciembre de 1765 en la Real Casa de la Panadería con motivo de las celebraciones madrileñas del «Matrimonio de los Príncipes nuestros Señores».

Fuente: Javier Jordán de Urríes y de la Colina en Carlos III. Ornato en los Escenarios del Rey Ilustrado.