Diego Rivera en París
Rivera se instaló en la capital francesa en 1912, con su esposa la pintora rusa Angelina Beloff (1879-1969), después de una breve estancia en Madrid y de haber viajado por París, Londres y diversas ciudades belgas. La pareja se alojó en el barrio bohemio de Montparnasse donde entablaron relación con Picasso, Braque, Delaunay, Mondrian, Modigliani y Chagall, así como con varios integrantes del movimiento futurista italiano. Coincidieron también con artistas mexicanos como Zárraga, Montenegro y Best Maugard, quien había llegado a París con el objetivo de copiar piezas arqueológicas prehispánicas por encargo de la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes mexicana.
El retrato de Adolfo Best Maugard (1913)
El monumental retrato pintado por Rivera, expuesto en el Salón de los Independientes de 1913 con el título Joven en el balcón, es un buen ejemplo de las influencias que las vanguardias ejercieron en el artista mexicano. Apreciamos en él un reflejo de los experimentos que por entonces realizaba Delaunay: abandono del cubismo y de las formas geométricas en favor de un estilo más colorista, luminoso y abstracto. Pero, sobre todo, en esta maravillosa pintura se percibe la influencia del movimiento futurista fundado por Marinetti, cuyo manifiesto se redactó en 1909.
La elegante figura de Best Maugard, retratado como un dandi, se contrapone al paisaje urbano de la Estación de Montparnasse, confundiéndose el vapor de la locomotora con el humo de las chimeneas de las fábricas. Siguiendo los postulados futuristas, Rivera representa, mediante la multiplicación de líneas y formas geométricas, la velocidad, la tecnología, el mundo moderno que va dejando atrás el pasado.
Una noria gigante, cuyo eje coincide con la mano enguantada, centra la composición. Se trata de la noria construida para la Exposición Universal de 1900 que se instaló en el Campo de Marte, junto a la Galería de Máquinas. Con sus 100 metros de diámetro, 400 toneladas de peso y 40 barquillas con capacidad para 1.200 personas, fue la más grande del mundo hasta finales del siglo XX y un referente de la modernidad.
Best Maugard abandonó París a los pocos meses de que se pintara este retrato para regresar a un México en plena revolución. Rivera permaneció allí unos años más; su llegada a México en 1921 coincidió con la renovación de la pintura mural impulsada por José Vasconcelos, primer Secretario de Instrucción Pública. Por esas fechas, Best Maugard trabajaba activamente en las Escuelas de Pintura al Aire Libre, ideando coreografías, dirigiendo películas y publicando su conocido Método de dibujo (1923), que influyó en varias generaciones de artistas mexicanos.
Del 16/03/2017 al 18/06/2017
Sala de Arte Invitado del Museo Lázaro Galdiano
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