El depósito, que ha pasado a formar parte de los fondos del Museo, está compuesto por 392 piezas de 89 artistas, la mayoría de ellos españoles -pero también artistas del ámbito internacional, especialmente estadounidense- y pertenecientes a diferentes generaciones, cuyas prácticas abarcan diversas disciplinas de la creación artística actual. Aunque predomina la pintura y el dibujo, figuran también esculturas, fotografías, grabados, obras audiovisuales e instalaciones.
La primera de las dos exposiciones, Punto de encuentro, muestra ahora un conjunto heterogéneo de obras de artistas españoles de tres generaciones que permiten esbozar algunos de los caminos del arte en nuestro país durante las décadas en que la galería permaneció activa.
El título de la exposición remite, por un lado, a la concepción de la galería como espacio necesario de encuentro entre el artista y el público; por otro, al propio nexo implícito en las obras seleccionadas: la investigación en torno a formulaciones espaciales y geométricas. Con autores consagrados como Pablo Palazuelo y Antoni Tàpies, se propone un recorrido de artistas vinculados a la trayectoria de la galerista entre los que se encuentran también Soledad Sevilla, Ángeles Marco, Txomin Badiola, Pello Irazu,
Sergio Prego, Jon Mikel Euba, Ana Laura Aláez, Guillermo Pérez Villalta, Perejaume, Juan Uslé, Adriá Julià, Jerónimo Elespe e Iñigo Manglano-Ovalle.
La segunda muestra, Cuestiones personales, abrirá sus puertas el 19 de diciembre de 2017 -hasta el 5 marzo de 2018-, y centrará sus contenidos en la recuperación del lenguaje figurativo y las metamorfosis de la representación en las últimas décadas del siglo XX con una selección de obras de Luis Gordillo, Alfonso Fraile, Juan Ugalde, Jorge Galindo, Manuel Ocampo, David Salle, Tony Oursler, Ross Bleckner, Eric Fischl, George Condo, Broto, Barceló o Schnabel, entre otros.
Punto de Encuentro: Un espacio de construcción y geometría
La exposición Punto de encuentro aborda las formulaciones espaciales, geométricas y de construcción desde diferentes ópticas a través de 58 obras de 15 artistas, todos ellos españoles y todos representados por la Galería de Soledad Lorenzo.
La muestra arranca con la presencia, en las dos primeras salas de la exposición, de dos líneas del arte español tradicionalmente concebidas como opuestas pero que en el contexto de la Colección Soledad Lorenzo crean un interesante diálogo: la del trabajo en torno a la materia de Antoni Tàpies y la de la construcción de un lenguaje universal a través de la geometría por parte de Pablo Palazuelo.
Junto a ella aparece también Ángeles Marco –una de las partícipes en la renovación de la escultura española-, que incide en la contestación de los principios tradicionales de la escultura y se adentra en la instalación, donde se pueden rastrear las influencias del constructivismo.
El siguiente ámbito está ocupado por el Grupo Vasco, surgido en un contexto, los años ochenta, en el que frente al neoexpresionismo hegemónico aparece una cierta tendencia artística que reivindica el racionalismo como parte de una tradición local.
El camino de Badiola e Irazu fue continuado por una generación más joven de creadores vascos: Sergio Prego, Jon Mikel Euba y Ana Laura Aláez, quienes abordaron desde distintos medios el concepto de la percepción por parte del espectador. El contrapunto a esta preeminencia de la abstracción lo ofrecen a continuación otros dos artistas de generaciones muy diferentes, con obras que destilan ciertos intereses comunes en relación con el análisis del espacio, sea éste físico o simbólico, como en el caso de Guillermo Pérez Villalta y Jerónimo Elespe. En la obra de ambos se aprecia un intercambio continuo de referencias clásicas y contemporáneas.
Con las obras de Íñigo Manglano-Ovalle y Perejaume, la exposición introduce de nuevo un elemento relacionado con lo constructivo desde el punto de vista de la escenificación, respectivamente, en la obra de naturaleza arquitectónica y el paisaje.
Por último, la exposición muestra una cierta internacionalización del arte español a través de los creadores Juan Uslé y Adrià Julià. Uslé, definidor de una geometría atemperada en la que, a pesar de las dimensiones reducidas de algunos de sus cuadros, sigue presente la monumentalidad de algunos de los pintores de la generación anterior, y Julià, con el que se indica la apuesta de Soledad Lorenzo hacia nuevos medios como la fotografía y el vídeo y a aspectos más relacionados con el arte conceptual.
Soledad Lorenzo, arte del coleccionismo
La relevancia de la galería vino marcada por un criterio coherente, dentro del cambiante panorama del sistema del arte de esas décadas, en la elección de artistas y propuestas creativas de diversas generaciones y latitudes. En primer lugar puso el acento en pintores españoles, algunos consagrados, otros al inicio de su carrera, a los que apoyó firmemente y cuya expansión fomentó mediante la participación sistemática en ferias internacionales.
Colección Soledad Lorenzo: Punto de encuentro
FECHAS: 26 septiembre 2017 – 27 noviembre 2017
ORGANIZACIÓN: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
LUGAR: Edificio Sabatini. 4ª planta
COMISARIOS: Manuel Borja-Villel y Salvador Nadales
COORDINACIÓN: Natalia Jiménez
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