Ocho artistas de tres nacionalidades diferentes (cinco españoles, dos portugueses y una ucraniana) serán los beneficiarios de la XXVI edición de las Becas Internacionales de Artes Plásticas de la Fundación Botín. Los nuevos becarios de este programa de ayudas expondrán sus proyectos artísticos en la muestra Itinerarios XXVI, cuya celebración está prevista para el primer trimestre de 2020.
Los creadores seleccionados han sido Olga Balema (Lviv, Ucrania, 1984), Eli Cortiñas (Las Palmas de Gran Canaria, 1976), June Crespo (Pamplona, 1982), Mario Espliego (Guadalajara, 1983), Antonio Hervas (Barcelona, 1981), Salomé Lamas (Lisboa, Portugal, 1987), Anna Moreno (Sant Feliu de Llobregat, Barcelona, 1984) y Bruno Pacheco (Lisboa, Portugal, 1974).
Fernanda Fragateiro, Stefanie Hessler, Javier Hontoria y Asier Mendizabal han sido los integrantes del jurado encargado de valorar las 592 solicitudes recibidas, procedentes de 52 países diferentes. Una cifra que constata el carácter internacional de estas ayudas destinadas tanto a la formación como al desarrollo de proyectos personales y de investigación, cuyo ámbito de interés sea la creación artística (no trabajos teóricos). Además de las 317 propuestas de España, destacan las 35 provenientes de México, las 31 de Argentina, las 22 de Brasil o las 20 de Colombia.
Desde su puesta en marcha en 1994, 192 artistas han recibido una de estas Becas que actúan como elemento dinamizador del arte emergente y representan un apoyo de gran valor para aquellos artistas que quieren desarrollar un proyecto de investigación artística. La beca se completa con la exposición Itinerarios, en la que los artistas muestran los trabajos realizados durante la beca, así como con la edición de un catálogo que la acompaña y cuyo objetivo es proporcionar mayor visibilidad a los artistas y a sus proyectos.
Cada una de estas becas, con una duración prevista de 9 meses, comprende una dotación económica de 23.000 euros y un seguro de viajes y accidente en caso de precisar desplazamiento a un país distinto al de residencia. Una vez finalizada la ayuda, la Fundación Botín continúa al lado de los artistas realizando un seguimiento cercano de su trabajo e incorporando, llegado el caso, alguna de sus obras a la colección de la Fundación a través de la compra.