El Museo Arqueológico Nacional muestra en su Vitrina CERO parte del tesoro de época romana que escondía miles de monedas en una vasija.

Tras su restauración y análisis exhaustivos, este importante tesoro estará expuesto de forma excepcional en la Vitrina CERO durante los meses de octubre, noviembre y diciembre de 2018.

Oculto o perdido hacia el año 270, este “tesoro” es uno de los más llamativos testimonios arqueológicos de la inseguridad que sufría el Imperio romano en aquellos años. Su desconocido poseedor lo escondió y nunca pudo recuperarlo. Esta olla de bronce llena de monedas romanas del siglo III no vio la luz hasta que, en 1937, se halló de forma casual junto al camino viejo que une las poblaciones de Valsadornín y Gramedo.

La vasija con 8000 monedas amalgamadas en su interior y 2421 monedas sueltas se asignó al Museo de Palencia. El recipiente, roto pero aún lleno de monedas adheridas, se depositó en el Museo Arqueológico Nacional y ha sido recientemente restaurado en el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE).

El tesoro de Valsadornín traza un mapa del poder en su tiempo. Hay monedas a nombre de 18 emperadores, emperatrices y sus herederos. Pone cara a la inestabilidad política del Imperio, con dirigentes efímeros y “usurpadores” que se suceden y superponen en Roma, en la Galia y en Oriente.

Las monedas más antiguas se sitúan hacia 240 y las más modernas son de 269. La mayoría fueron acuñadas en Roma y pertenecen al reinado de Galieno, que gobernó con su padre desde 253 y en solitario entre 260 y 268.

Entre 2016 y 2018 el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) abordó la restauración de la vasija y su contenido, conservando el aspecto más aproximado al hallazgo original e interviniendo individualmente sólo un pequeño número de monedas desprendidas del bloque. También fueron realizadas diversas pruebas de imagen y composición metálica: radiografías, microanálisis mediante microscopía electrónica de barrido (SEM) y espectrometría de dispersión de energías de rayos X (EDX).

Los datos aún están siendo analizados, pero resultan muy interesantes para confirmar, o descartar, hipótesis sobre las técnicas romanas de fabricación de moneda o la variación del contenido real en plata de los antoninianos.

Tras la exposición el conjunto volverá al Museo de Palencia, a cuya colección pertenece.