La Oficina de Turismo de Castilla-La Mancha en Madrid ha sido el enclave elegido para la presentación y cata de los vinos de autor de Bodegas Cartema. Carmelo Hernández, representante de la bodega, ha participado en un encuentro con periodistas donde ha dado a conocer las características de los vinos que la bodega elabora bajo el paraguas de la Denominación de Origen Protegida Méntrida. El evento organizado por la bodega toledana ha contado con la colaboración de Quesos Dehesa de Majazul, del empresario Eduardo Alonso de Castañeda.
Un viñedo entre encinas centenarias
Enclavado en los Montes de Alamín y bajo la figura imponente de la Sierra de Gredos, el viñedo de Bodegas Cartema se localiza en una zona caracterizada por la presencia de encinas milenarias, imagen de marca adoptada por la bodega. Teniendo como prioridad el respeto hacia estos árboles, en 2004 comenzó el acondicionamiento de la zona para la explotación vitícola. Al inicio parecía una zona inhóspita para la viña, ha comentado Hernández. Sin embargo, el suelo fértil, la suave pendiente y el excelente cuidado en su vinificación han permitido el éxito de una bodega de autor que, año tras año, continúa expandiendo su oferta más allá de la provincia de Toledo. “Nuestra producción sigue siendo limitada porque después de más de una década el enfoque de Bodegas Cartema sigue siendo la calidad por encima de la cantidad”, apunta el representante de la bodega. Hernández agrega que los resultados alcanzados son también producto del buen trabajo realizado por el enólogo Daniel Orusco.
El clima de Santa Cruz del Retamar es el idóneo para la maduración de la uva. Entre finales del mes de agosto y septiembre se da un contraste de temperatura –frío por la noche y calor por el día– que es muy propicio para la correcta maduración polifenólica. Los racimos se cortan manualmente con tijeras, realizando en la propia cepa una primera selección. La recogida a primera hora de la mañana permite que las uvas lleguen a la bodega a una temperatura de unos 20°C.
Los vinos de Bodegas Cartema
Tras la presentación, los periodistas invitados han podido degustar los vinos de Bodegas Cartema en una cata personalmente dirigida por Hernández. En concreto, se ha catado una selección de las últimas añadas de la bodega manchega, que se relacionan a continuación:
Cartema Blanco 2015
Premiado con la Medalla de Plata en los Premios Vinduero-Vindouro 2018, este vino blanco de la bodega toledana está elaborado con dos variedades, la Sauvignon Blanc y la Moscatel Petit Grains. La crianza de 14 meses en barricas de roble francés le otorga un carácter sinulgar.
A la vista es de color amarillo dorado, brillante y con buena limpidez. Es un vino complejo en el que destaca el aroma de las frutas blancas con tonos amoscatelados y especiados, integrados con notas balsámicas. En boca se presenta amplio, graso, floral y frutal, sabroso con medio cuerpo, especiado y balsámico, presentando un postgusto largo y equilibrado.
Cartema Rosado 2017
Elaborado mediante un sangrado directo y sin maceración de uvas de las variedades Tempranillo, Syrah y Cabernet Sauvignon, Cartema Rosado 2017 es el primer rosado de Cartema.
Destaca por sus notas delicadas de flores mezcladas con aromas de fruta roja, como fresa y cereza, con buena intensidad. Su temperatura de consumo ideal oscila entre los 6-8 oC. En boca destaca por su amplitud, sedosidad y volumen, con un buen equilibrio de acidez, y un final largo y armónico.
Cartema Tinto Crianza 2015
Tras 14 meses reposando en barricas de roble francés y americano, este Crianza 2015 fue embotellado en 2017. El ensamblaje de las variedades Tempranillo, Syrah y Cabernet Sauvignon da como resultado un vino rojo cereza brillante con media capa y buena limpidez, notas de fruta roja madura y ligeros toques de madera. En boca se muestra sabroso con medio cuerpo, especiado y balsámico, con un postgusto agradable, largo y persistente.
Cartema Garnacha Centenaria 2016
Ideal para su producción en las tierras toledanas de clima seco y cálido, la uva garnacha es protagonista en la selección de vinos de Carmelo Hernández con el monovarietal Cartema Garnacha Centenaria. Este vino se elaboró con uvas procedentes de vides centenarias, optando por una crianza de cuatro meses en roble francés.
De color rojo picota intenso de capa alta con aromas de frutos rojos maduros ligeramente compotados, este vino resulta en boca fresco, redondo e intenso, con buena estructura y un final largo y equilibrado.