Las XIII Jornadas Científicas de la Fundación Alicia Koplowitz reúnen en el Ilustre Colegio de Médicos de Madrid a “algunos de los mayores expertos” en la salud mental de los adolescentes, en palabras de la coordinadora científica de las mismas, la doctora María Concepción Guisasola. Expertos que, en varias mesas redondas y conferencias, están abordando todas las vertientes de este periodo vital, desde la perspectiva de la medicina, las ciencias sociales, la educación y la neurociencia.

Un 25% de la población mundial tiene en estos momentos entre 10 y 24 años, un periodo que es el de “mayor aprendizaje para la vida, una época difícil” en la que los seres humanos son propensos “a padecer desórdenes mentales como la ansiedad, la depresión, el abuso del alcohol y otras sustancias y trastornos de conducta alimentaria”, según señaló la coordinadora científica de las Jornadas en su discurso de apertura.

Durante la jornada inaugural se celebraron tres mesas redondas, la conferencia de becarios y una conferencia magistral. En la primera mesa, ‘Comprender la adolescencia’, intervinieron la doctora Susana Monereo, jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, y el doctor Javier Urra, presidente de honor de la Sociedad Española para el Estudio de la Violencia Filio-parental, que abordaron los cambios hormonales en la pubertad y los trastornos de conducta y transgresiones. Fueron moderados por la doctora Marta Rapado, neuropsicóloga del Servicio de Psiquiatría del Niño y del Adolescente del Hospital General Universitario Gregorio Marañón.

La doctora Monereo se centró en los cambios hormonales profundos que se producen en esta etapa de la vida y que “van a ser decisivos en la adquisición del cuerpo de adulto con caracteres sexuales, la fertilidad, la personalidad”. Resaltó que uno de los principales problemas es la definición de la edad en la que ocurren esos cambios y advirtió sobre dos alteraciones que se están detectando, la pubertad retrasada, “que afecta fundamentalmente a varones”, y la precoz, “que aparece principalmente en niñas”. Y dejó sobre la mesa una cuestión polémica que ha surgido en los últimos tiempos, como es el tratamiento de la disforia de género en niños en la pubertad, antes de que aparezcan los caracteres sexuales definitivos.

Su compañero de panel, el doctor Javier Urra, subrayó que “la sociedad se preocupa mucho por los adolescentes, pero realmente no se ocupa de ellos, no les da opciones, no les motiva, no les atiende”. En este sentido, incidió en el “enfrentamiento con el exterior” y los riesgos de adicciones que se producen en esta etapa de la vida. Como ejemplos, citó la ludopatía, el sexo sin amor, el coqueteo con las drogas, la pertenencia a grupos asociales o el inicio de los trastornos de alimentación y las conductas transgresoras. Como la violencia filio-parental, “esa patología del amor de quienes quieren quererse y no saben hacerlo”, los trastornos límite de personalidad, las depresiones, el déficit de atención con hiperactividad e, incluso, el suicidio. Pero, avisó que “nadie quiere abordar el tema del psicoticismo en niños o la psicopatía”. Y recomendó que “bien haremos en describir la realidad, afrontarla y, en ocasiones, prevenirla”.

En la segunda mesa, ‘La educación afectivo-sexual en el siglo XXI’, la profesora Verónica de Miguel Luken, del Departamento de Derecho del Estado y Sociología de la Universidad de Málaga, explicó la violencia de género en la adolescencia y la juventud, mientras que la doctora Rosa Calvo, jefe de Sección del Servicio de Psiquiatría y Psicología Clínica Infanto-Juvenil del Instituto de Neurociencias del Hospital Clínic de Barcelona, habló de la sexualidad en adolescentes con Trastornos del Espectro Autista. Actuó como moderadora Doña Patricia Escrivá Martínez, psicóloga clínica y especialista de la Unidad de Salud Sexual y Reproductiva del Hospital La Fe de Valencia.

La profesora Verónica de Miguel puso sobre la mesa la V Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2015 del CIS, de la que destacó que las mujeres jóvenes sufren menos violencia sexual o económica, pero más psicológica que las mayores, el 32,3% frente a un 24,6%. “Casi una de cada cinco mujeres jóvenes manifiesta haber sufrido violencia de control de su pareja actual”, añadió. Al mismo tiempo, las mujeres jóvenes se ven más afectadas por la reincidencia de sufrir violencia de género por parte de más parejas. Pero como aspecto positivo subrayó que éstas acaban con la relación de violencia con más frecuencia que las mayores (77,7% frente a 66,4%). Y también que las que poseen mayor nivel académico tienen menor probabilidad de haber sido víctimas de violencia de género.

Quienes asumen más riesgo de convertirse en víctimas de la coacción y el abuso sexual son los adolescentes con Trastorno del Espectro Autista (TEA), según la doctora Rosa Calvo. “También puede ser frecuente que no adviertan lo inadecuado de su comportamiento sexual, llegando a realizar requerimientos insistentes o tocamientos inapropiados”, apuntó. Precisamente, la sexualidad es algo que preocupa a los padres, pero que tienen dificultades para abordar, “por ello expresan la necesidad de apoyo para educar a los adolescentes autistas sobre el funcionamiento psicosexual”. En este sentido, abogó por poner en marcha programas de intervención sobre sexualidad específicos para adolescentes con TEA. La doctora Calvo mostró también las conclusiones de las investigaciones más recientes sobre sexualidad en autismo, así como los resultados de distintos programas de intervención, deteniéndose especialmente en el estudio piloto desarrollado en el centro donde ella trabaja y basado en un protocolo de intervención psicosexual holandés.

La mañana de la primera jornada se cerró con la conferencia magistral dictada por Sarah-Jayne Blakemore, profesora de Neurociencia Cognitiva del UCL Institute of Cognitive Neuroscience de Londres, sobre ‘La adolescencia como un período sensible del desarrollo social del cerebro’. En ella se puso de manifiesto que los comportamientos aparentemente irracionales que caracterizan a la adolescencia se pueden interpretar como “adaptativos y racionales si se considera que uno de los objetivos clave del desarrollo de este periodo de la vida es madurar y convertirse en un adulto independiente en el contexto de un mundo social que es inestable y cambiante”. Otro aspecto que acentuó la conferenciante es el hecho de que “las áreas del cerebro social se reorganizan durante la segunda década de la vida, lo que podría reflejar un periodo sensible para adaptarse al entorno social”.

Ya por la tarde, la conferencia de becarios sobre ‘Disregulación emocional y trauma en adolescentes’, a cargo de la doctora Laia Villalta, puso de relieve que “existen pocos datos sobre las consecuencias a corto y medio plazo de la agresión sexual en jóvenes”, a pesar de que supone una experiencia traumática grave. Utilizó datos de un estudio que está siguiendo a adolescentes víctimas de agresión sexual atendidas por clínicas londinenses para demostrar que “hasta un 80% de las víctimas presenta algún tipo de trastorno psiquiátrico y más de la mitad varios trastornos co-mórbidos”. Otro de los datos obtenidos por el estudio es que un 88% de los adolescentes muestra síntomas de disregulación emocional tras un trauma sexual, “siendo la prevalencia de Trastorno por Estrés Postraumático Complejo de hasta un 40%”. También refleja experiencias de revictimización en los cuatro meses posteriores a una agresión sexual.

El panel que cerró la primera jornada versó sobre ‘El sistema de recompensa y conductas de riesgo’. El doctor Josep Matali, jefe de la sección de Psicología y de Consultas Externas del servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Sant Joan de Déu y coordinador de la Unidad de Conductas Adictivas del Adolescente, analizó las patologías de los adolescentes relacionadas con las nuevas tecnologías, que “han aumentado considerablemente en los últimos años”, mientras que la doctora Dolores Mosquera Barral, directora y psicóloga del Instituto de Investigación y Tratamiento del Trauma y los Trastornos de la Personalidad de La Coruña, habló de conductas autolesivas. Ambos estuvieron moderados por el doctor Hilario Blasco Fontecilla, jefe del Grupo de Investigación Traslacional en Salud Mental IDIPHIM-Segovia de Arana- del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid.

El doctor Matali trató de dar respuesta a cuestiones cómo si esa adicción a las nuevas tecnologías es simplemente un cambio social o, por el contrario, responde a un trastorno mental; si realmente existe la adicción a los videojuegos; qué lleva a un adolescente a abusar de las nuevas tecnologías; si hay que incorporar la visión de género en su conceptualización; cómo se deben tratar y quién debe realizar el tratamiento, entre otras cuestiones.

La doctora Dolores Mosquera señaló que, “de todas las situaciones complejas que nos podemos encontrar en la terapia, las autolesiones, el suicidio y los comportamientos autodestructivos son probablemente los aspectos que presentan el mayor reto relacional para el terapeuta. Un paciente que busca ayuda desesperadamente y a la vez se autolesiona es el ejemplo perfecto de una paradoja terapéutica”. También dejó claro que no es lo mismo suicidio que autolesión, pues “mucha gente que se autolesiona no quiere morir, de hecho, esta conducta a veces les ayuda a tolerar su sufrimiento y les mantiene con vida”. Al mismo tiempo, abogó por “abordar la conducta autolesiva de manera global para entender las diferentes motivaciones ocultas detrás del mismo síntoma o de presentaciones similares”.

Mañana el doctor José Antonio Marina pondrá el punto final a la edición de este año con una conferencia sobre ‘El talento de los adolescentes. La segunda edad de oro del aprendizaje’. Previamente, Doña Alicia Koplowitz, presidenta de la Fundación, hará entrega de las Ayudas a Proyectos de Investigación 2018. También se celebrarán dos mesas redondas, una sobre ‘Trastornos de conducta alimentaria’ y otra sobre ‘Transición a la edad adulta’.

La Fundación Alicia Koplowitz y la Asociación de Científicos en Salud Mental del Niño y el Adolescente – Fundación Alicia Koplowitz decidieron, hace tres años, dedicar las Jornadas Científicas a abordar la salud mental en los distintos estadios del ciclo vital del niño y del adolescente desde el punto de vista del desarrollo: infancia (0-5 años), niñez (6-12 años) y adolescencia (13-17). En 2016, las jornadas se centraron en Psiquiatría perinatal y de la Primera Infancia, en 2017 en la Psiquiatría de la Niñez, y en 2018 se pone fin al ciclo abordando la Psiquiatría del Adolescente.

La Fundación nace de la fusión de dos instituciones

Creada y presidida por Alicia Koplowitz, la Fundación nace de la fusión de dos instituciones. Por un lado, la Fundación Vida y Esperanza que desde 1994 trabaja en la promoción y mejora de la atención a colectivos con necesidades específicas, fundamentalmente la infancia y la adolescencia. La segunda, constituida en diciembre de 2003, bajo la denominación de Fundación Alicia Koplowitz para apoyar la atención a la salud mental de la infancia y la adolescencia en España, a través de programas de formación e investigación en el campo de la Psiquiatría del Niño y Adolescente. En 2005 y dada la complementariedad de sus fines, ambas fundaciones deciden fusionarse en la nueva y definitiva Fundación Alicia Koplowitz, una entidad sin ánimo de lucro, que nace como expresión de su compromiso social con el fomento y la defensa de las ciencias y la investigación científica, así como la asistencia social a menores en situación de desarraigo.

Desde la Fundación Alicia Koplowitz, se desarrollan proyectos en los ámbitos científico y social. En su área social, acoge a los niños en los hogares, donde conviven con otros niños con situaciones similares ayudados por cuidadores, educadores, psicólogos y voluntarios con el fin de conseguir la reintegración familiar y social. Desde 2012 además, ha creado tres centros de intervención social dirigidos a adolescentes mayores de 18 años, que al cumplir la mayoría de edad pierden la protección institucional y carecen de medios para lograr su independencia laboral y personal.

En su área científica desarrolla el ‘Programa de apoyo a la salud mental del niño y el adolescente’ a través de la concesión de becas de formación avanzada durante 2 años en centros internacionales de excelencia en psiquiatría del niño y el adolescente y neuropediatría, becas de estancias cortas de formación e investigación, ayudas a proyectos de investigación de dos años de duración, y la celebración todos los años de las Jornadas Científicas.