Categorías: Libros

Premios anuales de la Asociación de Librerías de Madrid

La Biblioteca Regional Joaquín Leguina volvió a ser el escenario de la ceremonia de entrega del Premio ‘Libro del Año’ que en sus diferentes categorías concede la Asociación de Librerías de Madrid desde hace 18 años.

Las obras ganadoras de la presente edición han sido: Mejor la ausencia, de Edurne Portela, Mejor Libro de Ficción; La niña más pequeña de toda la escuela, de Justin Roberts y Christian Robinson, Mejor Álbum Ilustrado; Transición, de Santos Juliá, Mejor Libro de Ensayo; Lo que más me gusta son los monstruos, de Emile Ferris, Mejor Cómic; y Las órdenes, de Pilar Adón, Mejor Libro de Poesía.

El ‘Premio Leyenda’, galardón que reconoce la labor de una persona o institución que se haya destacado por su apoyo a los libros, a las librerías y a los libreros, ha recaído este año en Carlos Pascual del Pino, librero y editor de Marcial Pons.

El productor teatral Aitor Tejada, que obró como maestro de ceremonias, inauguró el acto pronunciando palabras de agradecimiento a los presentes en nombre de la presidenta de la Asociación de Librerías de Madrid, Reyes Díaz-Iglesias. «Estos premios hacen visibles a las librerías ante la sociedad y son ocasión de reivindicar este oficio y mostrar a las librerías como lugares en los que impera otro tempo, lugares donde estrechar lazos cómplices con las lectoras y los lectores, con las gentes del libro y con las buenas lecturas», dijo. Recordó, asimismo, que estos galardones no están dotados económicamente, pero premian a los ganadores con una estatuilla diseñada en el taller de Pep Carrió.

Un ensayo con mayúsculas

Como miembro del jurado del premio en la categoría de ensayo, Enrique Pascual, de la librería Marcial Pons, entregó el galardón al historiador Santos Juliá, autor de Transición, editado por Galaxia Gutenberg. «Nos hemos decantado por lo que consideramos un ensayo con mayúsculas”, afirmó. «Serán las generaciones futuras, menos afectadas por estos acontecimientos, las que, a buen seguro, sabrán valorar la trascendencia que tiene este libro», concluyó.

Santos Juliá, profundamente emocionado, confesó ante el auditorio que este premio le había hecho revivir sus primeros encuentros con los libros y las librerías a finales de los años 40. Pensar que yo alguna vez podría llegar a escribir uno y que los libreros me concedieran un premio, es mucho más emocionante para mí de lo que puedo expresar», manifestó. Concluyó diciendo que deseaba una larga vida para las librerías, los libreros y las libreras porque «la vida no se puede entender sin libros y el libro permanecerá con nosotros siempre».

Obra maestra en cómic

Lo que más me gusta son los monstruos, de Emile Ferris, editada por Reservoir Books ha sido merecedora del Premio Libro del Año en la categoría de cómic que también ha cosechado tres premios Eisner, la máxima distinción en el género. «Estamos ante un formato único porque combina perfectamente lo visual de la pintura con la narrativa escrita. Es una obra ecléctica que combina factores muy interesantes, dijo Marugán,

Jaume Bofill, editor de Reservoir Books, intervino agradeciendo el gesto al tiempo que manifestó compartir la opinión de Marugán al decir que se trata de una obra maestra. «El resultado ha sido magnífico y la acogida que ha tenido el libro por parte de los libreros ha sido espectacular desde el primer día», aseguró.

El Premio Libro del Año en la categoría de álbum ilustrado se ha convocado por décima vez. El premio ha recaído en un libro que trata el tema del acoso escolar titulado La niña más pequeña de toda la escuela, de Justin Roberts y Christian Robinson, editado por Alba. «Reivindica la fuerza que da la unión y lo relevante que es la actitud para poder cambiar las cosas», destacó Zaida Pérez, de la librería Liberespacio y miembro del jurado. En nombre de los autores recogió el premio Idoia Moll, editora de Alba.

Un poemario agitador de certezas

En calidad de miembro del jurado del Premio Libro del Año en la categoría de poesía en su segunda edición, Pablo Bonet, de la librería Muga, tras leer unos fragmentos del poemario ganador, Las órdenes, de Pilar Adón, editada por La Bella Varsovia, se refirió a la obra diciendo que «son los poemas de una mujer rebelde con el destino y con la sociedad que reproduce el papel eterno de la condición femenina respecto al cuidado hacia los demás. Un conjunto de poemas valientes, de lucidez descarnada que remueve la conciencia, que te obligan a meditar y que, desde su perfecto equilibrio, consigue que todos comprendamos desde la belleza y el dolor, desde la reflexión y el sentimiento, una historia de hijas y madres. Una genealogía de las mujeres a través de los ojos de una autora que escribe un poemario rotundo e inolvidable que agita nuestras certezas desde la dialéctica entre el deseo y la obligación».

Para Pilar Adón «este es el premio con mayúsculas» manifestándose profundamente emocionada ante la generosidad de los libreros. Para ella las librerías son lugares en los que se siente segura y protegida, como si fuera su hogar. Confesó que le ocurre lo mismo que a Holly Golightly, protagonista de Desayuno con diamantes, con Tiffany; en su caso las joyas son los libros. «Por eso es una maravilla que seáis los libreros los que habéis premiado un libro como Las órdenes porque le estáis ofreciendo el amparo que dan vuestras librerías y esa protección tan deseada».

En la senda del perdón

El jurado del Premio Libro del Año decidió conceder el galardón en la categoría de ficción a la obra Mejor la ausencia, de Edurne Portela, editada por Galaxia Gutenberg. “La autora ha conseguido hacer trascender lo privado e íntimo de la violencia intrafamiliar para sutilmente, y sin grandes hitos ni episodios dramáticos, establecer la relación directa con la violencia y la situación política, social y cultural de este, nuestro país, en un momento de la historia de España que dejó marcada a una generación y tocada y hundida a otras tantas”, según reza el acta leída por Miren Elorduy, de la librería Mujeres y Compañía. “Del libro de Edurne aprendemos que el olvido no es una opción, que la reparación tampoco lo es, sino una obligación que tenemos para las futuras generaciones, es un deber político, cultural y es lo único que nos puede colocar en la senda del perdón”, añadió.

Tras sus palabras de agradecimiento por el reconocimiento recibido, Edurne Portela destacó el papel que desempeñan las librerías como lugar de encuentro fortuito con libros y con personas, la relación, a veces de décadas, que se establece entre lectores y lectoras con libreros y libreras, las presentaciones y demás actividades… “os debemos a vosotros todas esas cosas que crean sentido de comunidad”.

También se mostró agradecida con su editor, Joan Tarrida, “quien suspiró cuando le dije que la novela no tenía casi nada de autobiográfico”.

A continuación Reyes Díaz-Iglesias, presidenta de la Asociación de Librerías de Madrid, tomó la palabra felicitando a los premiados y agradeciendo su presencia a todos los asistentes, a los colegas del mundo del libro, así como a todas las personalidades que se había dado cita en esta ceremonia de entrega: Álvaro Ballarín, Viceconsejero de Cultura, Turismo y Deportes de la Comunidad de Madrid; Isabel Moyano, Subdirectora General del Libro de la Comunidad de Madrid; Pedro Valverde, Jefe de la Unidad del Libro y la Lectura en la Comunidad de Madrid; María José Lorenzo, Vicerrectora de la UNED de Formación Permanente. En último lugar se refirió a Eulalia Iglesias, Directora de la Biblioteca Regional, por acoger un año más el acto.

“Necesitamos seguir siendo optimistas”, comenzó diciendo la presidenta de los libreros y las libreras de Madrid. “Sólo así podremos contagiar a nuestros lectores y a los que siempre nos apoyan para que sigan viniendo a las librerías”. Reivindicó también que se hable de libros, que estos se vendan en librerías, “respetemos el precio fijo y la frágil cadena del libro”, prosiguió. “Sólo si se respeta la cadena se conseguirá que los lectores nos conozcan y no sea en ocasiones tan difícil la supervivencia de las librerías”.

Díaz-Iglesias concluyó con el anuncio de que en enero dará comienzo el primer Curso de Experto en Gestión de Librerías que se pone en marcha desde la Asociación de Librerías de Madrid gracias al apoyo de la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid y de la UNED. “Queremos que sea el cimiento de una formación continua y de la calidad para los futuros profesionales de las librerías”.

Presentó a continuación a Carlos Pascual del Pino, ganador por unanimidad del Premio Leyenda, en reconocimiento por toda una vida por y para los libros desde que a mediados de los 60 entrara a formar parte de la Librería Marcial Pons. “Allí han tenido cabida los proyectos editoriales y de distribución, consiguiendo de manera admirable, pero con enorme esfuerzo, integrar la cadena de valor del libro en una misma estructura empresarial”, explicó. Asimismo, señaló “la generosidad con la que Carlos se ha implicado en las tareas asociativas de nuestro sector, asumiendo la responsabilidad de presidir el Gremio de Madrid durante cuatro años y también la Confederación de Asociaciones de Libreros de España (CEGAL)”.

Agradecimiento, honor y comunidad

Por su parte Carlos Pascual confesó sentirse verdaderamente abrumado por las muestras de simpatía y de agradecimiento recibidas. Tras un jocoso preámbulo dijo que en realidad sólo quería pronunciar tres palabras: agradecimiento, honor y comunidad.

“Agradecimiento a todos los libreros por su ejemplo constante. Honor, porque es un verdadero privilegio compartir este premio leyenda con las distinguidas y admiradas personalidades que me han precedido recibiéndolo. Y comunidad, porque en este territorio del libro conozco a mucha gente admirable, verdaderamente comprometida con su trabajo que son un ejemplo permanente y machacón ante una sociedad un tanto descreída con la cultura”.

Carlos Pascual finalizó su intervención con el recuerdo a quien le marcó la línea a seguir, Marcial Pons, fallecido en 2007, y a los miembros más allegados de su familia.

El acto de entrega finalizó con las palabras del Viceconsejero de Cultura, Turismo y Deportes de la Comunidad de Madrid, Álvaro Ballarín. Orgulloso pronunciaba la frase “En Madrid leer nos diferencia” que a modo de eslogan resume los datos positivos en cuanto a índice de lectura que arrojan los ocho años en que se ha desarrollado el Plan de Fomento de la Lectura (2010-2018) y que ha hecho posible, según Ballarín, que “nuestra Comunidad esté 14 puntos por encima de la media nacional”.

Las novelas finalistas han sido las siguientes: La nueva ilustración radical, de Marina Garcés, en la categoría de ensayo; El dolor de los demás, de Miguel Ángel Hernández, en la categoría ficción; Monstress, de Marjorie Liu y Sana Takeda, en la categoría de cómic; Duermevela, de Juan Muñoz Tébar y Ramón París, en la categoría de álbum ilustrado; y Lo seco, de Isabel Bono, en la categoría de poesía.

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