República Dominicana es uno de los destinos paradisíacos más valorados del mundo. Sus playas, el clima caribeño difícil de comparar, la gastronomía y la cultura han convertido al país con capital en Santo Domingo en una apuesta segura para el viajero. Con motivo de la celebración del Día Nacional del Merengue, este 26 de noviembre, el pueblo dominicano se vuelca para mostrarle al mundo el orgullo de que, a mediados del siglo XIX, naciera este ritmo exportador de la marca República Dominicana a todo el mundo.

En sus calles sigue sonando merengue, un baile con sangre dominicana que representa mejor que cualquier otro símbolo el espíritu de sus gentes. Alegría, colorido y diversión que invitan al turista a quedarse a probar sus encantos, a bailar agarrado y a dejar que el ritmo de la güira y la tambora invada sus caderas. El merengue fue inscrito el 30 de noviembre de 2016 en la lista representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco.

A ritmo de merengue

El merengue impregna la vida en cada esquina de República Dominicana. Esta música presenta un ritmo rápido en compás de dos por cuatro. Sus melodías son alegres y combinan la percusión de la tambora y la güira con la velocidad musical que permite el acordeón y con el sonido de los instrumentos de viento metal encargados de las notas más agudas.

En sus orígenes, se tocaba con instrumentos de cuerda, un hecho que impedía la democratización del género en la cultura popular y, a nivel nacional, en la clase media dominicana. Con la introducción de los acordeones dentro del género, los campesinos comenzaron a tocar merengue con mayor facilidad, imponiendo la cultura popular a las clases más altas y generando una identidad que desde entonces hasta nuestros días no se ha perdido.

En cuanto al baile, son Luis Alberti y Antonio Moreli los que ensalzan esta danza en el salón, lejos de los comercios y bares. Alberti trae el saxofón en los años 50, aportando ritmos clásicos del jazz, y generando un éxito que llega hasta nuestros días. El merengue se baila agarrado, una característica que lo convierte en uno de los bailes latinos más sencillos de aprender, aunque con una técnica y una tradición muy marcada en sus movimientos.

A día de hoy, el artista Juan Luis Guerra es sin duda el mayor exponente internacional del merengue y una de las figuras que han contribuido decisivamente a su divulgación. Los dominicanos se sienten muy orgullosos de este músico nacido en Santo Domingo.

La mayoría de hoteles dominicanos ofrecen a sus alojados clases de merengue y fiestas y eventos para practicar y comprobar la mejoría en el movimiento. Para muchos, incluso, es uno de los retos de visitar República Dominicana: aprender a bailar merengue.

Si hay una provincia que ha potenciado a nivel turístico esta danza autóctona esa es Puerto Plata. Su Anfiteatro la Puntilla ha recibido a los grandes cantantes del merengue dominicano, como Sergio Vargas, Jhony Ventura o Wilfrido Vargas.

República Dominicana

La República Dominicana está formada por 32 provincias que ocupan una superficie total de 48.760 kilómetros cuadrados y una población de más de diez millones de habitantes. Limita al norte con el Océano Atlántico, al sur con el Mar Caribe, al este con el Canal de la Mona, que lo separa de Puerto Rico, y al oeste con la República de Haití. República Dominicana es en la actualidad uno de los países con mayores atractivos turísticos, que hacen que cada año sea visitada por millones de personas. Entre los lugares más famosos se encuentran Bávaro-Punta Cana, Santo Domingo, Boca Chica, Juan Dolio, Bayahibe, Puerto Plata, Sosúa, Cabarete, Samana, Las Terrenas, Las Galeras, Jarabacoa y Constanza.