“Arte y mito. Los dioses del Prado” es una exposición inédita organizada por el Museo Nacional del Prado y la Obra Social ”la Caixa” que ofrece una amplia mirada sobre la mitología clásica y su representación a través de pinturas, esculturas y objetos fechados entre los años centrales del siglo I a. C. y finales del siglo XVIII y que podrá visitarse desde el 28 de noviembre y hasta el próximo 31 de marzo de 2019 en CaixaForum Sevilla.

Se trata de una propuesta diacrónica, articulada en ocho secciones de carácter temático, que ofrece simultáneamente diferentes representaciones de dioses o distintas interpretaciones de un episodio mitológico para apreciar la riqueza iconográfica, geográfica y cronológica de las colecciones del Museo del Prado a través de 50 obras de autores esenciales de la historia del arte como Rubens, Ribera o Zurbarán, entre muchos otros.

El director adjunto de Conservación e Investigación del Museo Nacional del Prado, Andrés Úbeda de los Cobos; el director de CaixaForum Sevilla, Moisés Roiz; y el jefe de Contenidos Didácticos del Museo Nacional del Prado y comisario de la exposición, Fernando Pérez Suescun, han presentado en CaixaForum Sevilla “Arte y mito. Los dioses del Prado”. Organizada conjuntamente por el Museo Nacional del Prado y la Obra Social ”la Caixa”, la muestra “Arte y mito. Los dioses del Prado”, comisariada por Fernando Pérez Suescun, ofrece una amplia mirada sobre la mitología clásica y su representación a lo largo de la historia del arte. Lo hace a través de pinturas, esculturas y objetos fechados entre el siglo I a. C. y finales del siglo XVIII, de artistas de la talla de Francisco de Zurbarán, José de Ribera, Pedro Pablo Rubens, Michel-Ange Houasse, Francesco Albani, Corrado Giaquinto y Leone Leoni, entre otros.

La muestra presenta una nueva forma de dar a conocer la mitología clásica combinando las extraordinarias obras de arte del Museo Nacional del Prado con la danza contemporánea. Una forma de desarrollar plásticamente algunos de los mitos a partir de un montaje audiovisual con las coreografías de Toni Mira, Premio Nacional de Danza 2010, en el que las imágenes de las esculturas y pinturas cobran vida.

La mitología como fuente de inspiración
Los mitos son relatos que recogen historias de dioses y semidioses y su relación con los hombres. De ahí que se hallen presentes en todas las culturas y sociedades transmitían de forma oral, modificándose paulatinamente con nuevos añadidos y diferentes versiones. En el caso de los mitos griegos, los primeros testimonios escritos no se remontan más allá del siglo VIII a. C.

Los protagonistas de esos mitos eran los dioses del Olimpo, que no sólo regían el destino de los hombres, sino que bajaban a la Tierra e interactuaban con ellos, adoptando en ocasiones una apariencia humana que los hacía más cercanos. Sus historias también servían para explicar todo tipo de fenómenos de la naturaleza o del universo que les rodeaba. Surgieron así infinidad de divinidades que personificaban montañas, fuentes, ríos, mares, vientos, constelaciones…, también todo tipo de árboles y de especies animales que convivían con los hombres.

A lo largo de la historia, la mitología clásica ha sido una constante fuente de inspiración para numerosos artistas, y esas fabulosas narraciones quedaron recogidas en cerámicas, bloques de mármol, medallas, tablas y lienzos como los que forman parte de esta exposición. La muestra está compuesta exclusivamente por obras del Museo del Prado, fechadas entre los años centrales del siglo I a. C. y finales del siglo XVIII, y ofrece una amplia mirada sobre la mitología grecorromana y su representación por parte de artistas de la talla de Francisco de Zurbarán, José de Ribera, Pedro Pablo Rubens, Michel-Ange Houasse, Francesco Albani, Corrado Giaquinto o Leone Leoni, entre otros.

Los mitos son relatos maravillosos situados fuera del tiempo histórico y protagonizados por personajes de carácter divino o heroico. La mitología, por su parte, es el conjunto de mitos y, al mismo tiempo, su estudio.

Gracias a los mitos, griegos y romanos pudieron ofrecer una interpretación sobre el origen del mundo y sobre diversos fenómenos de la naturaleza o del universo. Surgieron así infinidad de divinidades que personificaban montañas, fuentes, ríos, mares, vientos, constelaciones…, pero también todo tipo de árboles y especies animales. Dioses y semidioses —siempre con apariencia humana, salvo en el caso de los monstruos— dejaron junto a los héroes una huella perenne en el curso del mundo como protagonistas de sucesos ejemplares, en los que el componente simbólico es esencial.

En un primer momento los mitos fueron narraciones no escritas, que se iban transmitiendo de forma oral y modificándose paulatinamente con nuevos añadidos. Homero y Hesíodo, en el siglo VIII a. C., fueron los primeros en poner por escrito esas historias, dando nombres a los dioses y señalando sus particularidades. Pero no podríamos conocer y entender los mitos clásicos sin las aportaciones de otros autores posteriores, tanto griegos como romanos. Cabe destacar, entre otros, a Apolodoro, Luciano de Samósata, Diodoro de Sicilia, Filóstrato, Virgilio y, especialmente, a Ovidio, autor de las Metamorfosis, que constituyen un auténtico manual de mitología grecorromana.

El acercamiento a los mitos clásicos tiene un importante obstáculo: la terminología. Algunos dioses son conocidos por sus nombres griegos pero otros son más reconocibles por sus nombres romanos. A lo largo de la exposición aparecen las dos opciones, dependiendo del éxito de una determinada versión de un mito o de los títulos de las obras expuestas, todas ellas procedentes de las colecciones del Museo del Prado.

Metamorfosis es sinónimo de transformación, de engaño y de falsas apariencias. Los principales dioses grecorromanos tenían una extraordinaria capacidad para alterar su aspecto físico y adquirir una nueva identidad. De ese modo conseguían sus objetivos, relacionados en la mayor parte de las ocasiones con el placer carnal.

Aunque su hermano Posidón no le fue a la zaga —transformándose en caballo y en carnero para unirse a Deméter y Teófane, respectivamente— fue Zeus quien más a menudo usó esa argucia para satisfacer sus instintos más básicos, y a él se dedica esta sección casi de manera exclusiva.

El principal recurso usado por Zeus fue adoptar una apariencia animal. Así, metamorfoseándose en águila, su animal emblemático, raptó al joven pastor Ganimedes para llevárselo al Olimpo como su amante y copero de los dioses. Convertido en cisne, Zeus sedujo a la reina Leda, con quien engendró a Helena y Pólux, y transformado en toro raptó a la princesa Europa. Pero también adoptó la apariencia de su hija Ártemis para seducir a la ninfa Calisto y tomó el aspecto del rey Anfitrión para mantener relaciones con su esposa Alcmena, fruto de las cuales nació Heracles. En otras ocasiones, Zeus adquirió la forma de fenómenos atmosféricos para lograr sus conquistas, y se transfiguró en nube gris para tomar a la joven doncella Ío, o en lluvia dorada para poseer a Dánae, quien daría a luz a Perseo, uno de los grandes héroes griegos.

A menudo la metamorfosis era una solución para evitar el acoso de un dios y a ella recurrieron diversas ninfas, como Dafne, transformada en laurel para escapar de Apolo, o Siringa, convertida en unas cañas para evitar la persecución del dios Pan.

Junto a dioses y semidioses, los héroes jugaron un papel fundamental en los mitos clásicos. Podían ser hijos de un dios y una mortal, o de una diosa y un mortal; pero también había héroes que eran hijos de dos simples mortales, historias que en la exposición se van desvelando a través de obras maestras.

Imágenes:
-Apolo persiguiendo a Dafne Theodoor van Thulden Óleo sobre lienzo 1636-38 © Museo Nacional del Prado.
-La caída de Faetón Jan Carel van Eyck Óleo sobre lienzo 1636-38 © Museo Nacional del Prado.
-Medusa Anónimo Mármol siglos XVII-XVIII © Museo Nacional del Prado.