El Museo Reina Sofía ha preparado una programación cinematográfica para 2019 que consolida y reafirma las líneas desarrolladas en los últimos años: el cine como otra forma de mirar y de confrontar la experiencia ante el mundo, las derivas y mutaciones del audiovisual contemporáneo y la relación entre las vanguardias artísticas y la práctica fílmica. El programa de cine está comisariado por Chema González, jefe de actividades culturales y audiovisuales del Museo Reina Sofía.
El año cinematográfico comienza mañana jueves con una nueva propuesta de Intervalos, la serie de proyecciones y presentaciones de filmes recientes que, carentes de distribución comercial, delinean el estado múltiple del cine contemporáneo. Este intervalo está dedicado a la película Ainhoa, yo no soy esa, de Carolina Astudillo, uno de los ensayos documentales protagonistas del 2018. La película entreteje una narración privada y personal de los sujetos y momentos de la década de 1990 en España, en conexión con el mismo periodo chileno, a través de la historia de tres mujeres: Ainhoa Mata, la malograda protagonista; Carolina Astudillo, la directora; e Isabel Cadenas Cañón, la amiga escritora. Se proyectará los días 24 y 26 y enero a las 19.00 horas, con presencia de la directora. El programa intervalos continuará a lo largo del año con películas y la presencia de Yervant Gianikian, Filipa César, Sergei Loznitsa y Manthia Diawara, entre otros.
A finales de este mes arranca uno de los principales ciclo de este año: Ismo, Ismo, Ismo: cine experimental en América Latina. Desde el 30 de enero y hasta el 13 de marzo, se mostrará la diversidad del cine experimental en América Latina, producido en el cruce entre radicalismo político, artes plásticas, fotografía, antropología, documental experimental, performances vanguardistas y la revisión crítica del Tercer Cine. A lo largo de 13 sesiones temáticas, más la introducción panorámica de los comisarios, Jesse Lerner y Luciano Piazza, el ciclo ofrece un amplio glosario para aproximarse a la producción audiovisual a contracorriente en América Latina.
A mediados del mes de marzo, y coincidiendo con la exhibición en el Museo de su último trabajo titulada Personalien, le llega el turno al cineasta Albert Serra, con el ciclo Yo también. Deseo y delito. Cartas blancas a Albert Serra, que tendrá lugar hasta el 12 de abril, y en el que a través de cinco películas seleccionadas por el director se ofrecerá una visión particular del cine, tal y como lo entiende el creador de títulos como Historia de la meva mort, El cant dels Ocells y Honor de cavalleria, entre otros. El ciclo presentará películas de João Pedro Rodrigues, Ulrich Seidl, Hans-Jürgen Syberberg, Carolee Schneemann, Paul Morrissey, Shūji Terayama y Kōji Wakamatsu.
El mes de mayo brindará la oportunidad de descubrir la obra de la artista francesa, originaria de Guadalupe, Sarah Maldoror que no solo fue directora asistente de filmes como La batalla de Argel (Gillo Pontecorvo, 1962) o Festival Panafricano de Argel (William Klein, 1969), sino que fue autora de una serie de películas sobre la liberación africana, que entrecruzan la crítica colonial con el rol emancipado de la mujer, como Sambizanga (1972) o Monagambée (1968). El ciclo contará con presencia de Sarah Maldoror y varias películas recuperadas y estrenadas por vez primera. Coproducido por el Museo Reina Sofía y Documentamadrid.
Un mes después, en junio, nos acercaremos a un aspecto poco conocido en la carrera de Renau: su producción cinematográfica. El Museo Reina Sofía presenta la primera retrospectiva cinematográfica de Josep Renau que, además de permitirnos profundizar en esta faceta de un artista histórico, nos permite entender mejor qué sucedió con la obra de tantos artistas de vanguardia españoles durante el exilio. Renau dirigió películas y nunca vio la realización cinematográfica como algo ajeno a él. De hecho, la dirección fue tan importante para la vida de Renau, que prácticamente constituyó su única ocupación durante los 4 primeros años de estancia en Berlín. Comisariada por Luis E. Parés y Chema González.
El cine de verano, celebrado en la terraza del Museo que sirve como mirador al barrio histórico de Lavapiés, estará dedicado a explorar los imaginarios urbanos de resistencia a la especulación y la construcción vecinal de las ciudades, en un ciclo que, con el título Vida y muerte de las ciudades, homenajea a la urbanista Jane Jacobs y revisa las formas de construir y sobrevivir de las ciudades frente al urbanismo del beneficio y del capital.
El mes de octubre estará dedicado íntegramente a la cineasta Chantal Akerman (1950-2015), en una amplia retrospectiva coproducida por Museo Reina Sofía y Filmoteca española, en la que se presentará en profundidad el trabajo de una de las cineastas contemporáneas más relevantes de nuestro tiempo. A través de películas que alternan la contención, el orden y la simetría por un lado, y la obsesión, la explosividad y la falta de control por el otro, la cineasta belga ha explorado sus conexiones con la identidad feminina. El interés de Chantal Akerman por lo cotidiano se extiende desde el cine neorrealista de posguerra hasta la reescritura feminista de la historia de la mujer en los años setenta, si bien su cine añade los experimentos de las neovanguardias sobre el tiempo y la duración.
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