La exposición, que cubre los más de cuarenta y cinco años de la carrera de Anthony Hernandez y está compuesta por 114 fotografías, puede visitarse hasta el 12 de mayo en la sala situada en Bárbara de Braganza, 13 (Madrid).
Fundación MAPFRE ha presentado en Madrid, la primera exposición en España de Anthony Hernandez (Los Ángeles, 1947), que realiza un amplio recorrido por la dilatada y prolífica carrera del fotógrafo y celebra su personal estilo de fotografía de calle y su significativa evolución a lo largo del tiempo.
Anthony Hernandez nació y se crió en Los Ángeles. Desconocedor inicialmente de las tradiciones formales del medio fotográfico y con una formación esencialmente autodidacta, desarrolló su particular forma de entender la fotografía de calle, estrechamente vinculada a las peculiaridades de su ciudad natal, a sus escenarios desolados y sus crecientes extensiones de asfalto y cemento.
A lo largo de su carrera, Hernandez ha pasado con destreza del blanco y negro al color, de las cámaras de 35 mm a las de gran formato y de la figura humana al paisaje y a la abstracción de los detalles, dando lugar a una obra inusualmente variada que permanece unida por su arrebatadora belleza formal y por un sutil compromiso con temas sociales contemporáneos.
Esta retrospectiva, que cubre los más de cuarenta y cinco años de la carrera de Anthony Hernandez, está compuesta por 114 fotografías articuladas en secciones temáticas, que siguen además una secuencia cronológica, aunque con determinadas excepciones que ponen de manifiesto cómo determinados motivos visuales recurrentes atraviesan distintas series a lo largo del tiempo.
El recorrido de la exposición comienza con la sección Fotógrafo de calle, en la que se pueden observar sus primeros trabajos en las calles del centro de Los Angeles, realizados con una Nikon de 35mm. Con estos primeros trabajos, se entronca con la tradición americana de la fotografía de calle, liderada por figuras como Robert Frank, Garry Winogrand y Lee Friedlander, cuya obra, en ese momento, él apenas conocía.
En 1984, Hernandez hace su primera incursión en el color. Estas fotografías, que se agrupan en la serie Rodeo Drive, suponen un punto de inflexión en su carrera al abandonar el blanco y negro definitivamente y por ser la última serie en la que incluye la figura humana.
Continúa la muestra con La ciudad como tema, en la que se destaca la originalidad de la fotografía de calle de Hernandez, imágenes en las que trata la ciudad no solo como un escenario sino como un tema en sí mismo. En esta sección encontramos cuatros series realizadas entre 1978 y 1982, Paisajes automovilísticos, Zonas de transporte público, Cotos públicos de pesca y Zonas de uso público. Instantáneas que no solo captan las cualidades visuales del sur de California, sino que también recogen la diferencia de clases que configuran una realidad social.
Sigue el recorrido con Ausencia y presencia, sección que recoge las series Campos de tiro y Paisajes para los sin techo, fotografías en las que la figura humana se percibe solo a través de los rastros que deja a su paso y con la sección Ruinas urbanas, centrada en la exploración que realiza sobre temas visuales interconectados a los que ha vuelto repetidamente desde finales de los años noventa: paredes de ladrillo, vallas, ventanas y huecos de diversos tamaños y formas. Estas obras nos acercan a un Hernandez más conceptual conectado en muchas ocasiones con el arte contemporáneo, haciendo composiciones que muestran la profunda influencia que ha ejercido en su práctica fotográfica el minimalismo y el movimiento Light and Space.
Las series Todo y Forever se agrupan en la sección Señales y huellas, imágenes que suponen el regreso de Hernandez, por un lado a los márgenes del río en los que jugó de pequeño y en los que ahora solo ha encontrado un vertedero y un mundo ajeno en sí mismo y por otro a los asentamientos de personas sin hogar, fotografiando lo que los individuos que habitaban en esos lugares podían ver desde sus improvisadas camas.
En Descartes se agrupan las imágenes tomadas entre el año 2012 y 2015, realizadas en comunidades del desierto al este de Los Ángeles durante la peor etapa de la última crisis económica y la ola de desahucios. El fotógrafo combina en ellas paisajes, naturalezas muertas, interiores y algún retrato.
La exposición se cierra con Imágenes filtradas, fotografías que corresponden a su serie más reciente. El fotógrafo regresa a Los Ángeles y enfoca su cámara en los paneles de metal perforado de las paradas de autobús. A diferencia de su serie Zonas de transporte público, en la que la ciudad parecía expandirse indefinidamente, en Imágenes filtradas el espacio queda aplanado y comprimido. Asimismo, la vorágine de detalles que aparecían en aquellas fotografías de paradas de autobús en blanco y negro también ha desaparecido, quedando sustituida aquí por formas suavizadas y simplificadas, y manchas de vívidos colores.
La muestra ha sido organizada por el Museum of Modern Art de San Francisco (SFMOMA), institución con la que Fundación MAPFRE colabora desde el año 2015, cuando presentó en su sede de Madrid la muestra Garry Winogrand. Actualmente, la exposición Brassaï de Fundación MAPFRE se muestra en las salas del SFMOMA, donde podrá visitarse hasta el 17 de febrero de 2019.
En la rueda de prensa han participado la comisaria de la muestra, Erin O´Toole, la directora de Cultura de Fundación MAPFRE, Nadia Arroyo, y el propio Anthony Hernandez.