Tras su refundación en 2016, el Festival Internacional de Arte Sacro de la Comunidad de Madrid se consolida en su 29º edición como algo más que un ciclo de conciertos, conformando un festival con un estilo absolutamente diferente. Un programa que explora los más diversos géneros musicales para adentrarse en el territorio fronterizo en el que la música indaga cuáles son los límites entre lo religioso, lo espiritual y lo transcendente. Esta es la seña de identidad de un festival que, en los últimos cuatro años, ha apostado por el talento y la innovación.
En la presentación del Festival Internacional de Arte Sacro, el consejero de Cultura, Turismo y Deportes, Jaime de los Santos, ha manifestado que “esta edición del Festival consolida un singular legado marcado por una programación que no deja fuera ningún estilo musical y que prueba que son muchos los caminos sonoros que pueden conectar a las personas con su parte más espiritual”.
Un Festival que es, en muchos sentidos un reflejo de lo que la Comunidad de Madrid representa: “Es un evento innovador, casi rompedor, pero fundado en una sólida tradición; no le tiene miedo a la diversidad; y se abre plenamente a los valores inmateriales de la transcendencia y la cultura al mismo tiempo que ejerce de dinamizador económico atrayendo a la capital visitantes interesados en sus originales propuestas”, ha señalado De los Santos en la presentación.
De los 60 conciertos incluidos en la programación del Festival, 40 son estrenos (30 estrenos absolutos, 3 estrenos en España y 7 estrenos en tiempos modernos). Además, 38 de esos 40 estrenos son encargos del festival, propuestas que durante meses han sido maduradas conjuntamente por la dirección del Festival y los músicos participantes y que reflejan el excelente momento que vive la creación musical en España.
Muchos conciertos están ligados a efemérides culturales que conectan con la búsqueda espiritual que es el motor conceptual del Festival de Arte Sacro. El bicentenario del nacimiento del poeta norteamericano Walt Whitman es el origen de Sobre las hojas de hierba, espectáculo diseñado por el pianista Alejandro Pelayo (Marlango) en el que participan los actores Irene Escolar y Juan Diego Botto. Dos figuras claves del jazz español, el pianista Moisés P. Sánchez y el contrabajista Pablo M. Caminero, presentan la pieza A la luna, que conmemora los 50 años del aterrizaje del Apolo XIII sobre el satélite.
El centenario del nacimiento de Chavela Vargas inspira Xavela Lux Aeterna, un espectáculo del cantante costarricense Dorian Wood. Otro músico inclasificable a quien el Festival homenajea este año es el británico Nick Drake al cumplirse 50 años de la publicación de su primer disco, Five Leaves Left. Cantata Levi, la nueva obra del compositor madrileño Jorge Grundman conmemora el centenario del nacimiento del escritor italiano Primo Levi, famoso por su Trilogía de Auschwitch, en la que narra su experiencia de preso en este campo de exterminio nazi.
Año Lorca y conciertos en el Museo del Prado
Pero si un nombre brilla con luz propia en el campo de los aniversarios es el del poeta Federico García Lorca. El Año Lorca, organizado por la Comunidad de Madrid, conmemora la llegada a la capital del poeta granadino, al que el Festival rinde homenaje con todo un ciclo de conciertos, Juego y teoría del duende, que nos permitirá asistir a la magia del flamenco, música que Lorca amaba casi por encima de todo, en todo su esplendor.
El ciclo reúne bajo sus alas nombres como los de María Berasarte y Pepe Rivero, Paco Ibáñez y Soleá Morente, María José Llergo, el Trío Arbós y Rafael de Utrera, Rosa Torres-Pardo y María Toledo. Otro gran nombre flamenco que brilla con luz propia en el festival es el de Rocío Márquez, que presenta en Madrid su nuevo trabajo, Visto en El jueves.
Los grandes nombres del festival tienen que ver también con el jazz y con la música independiente. Maria Rodés regresa al Festival con un proyecto en el que se adentra en el territorio simbólico de las brujas. Dos grandes del jazz poco habituales en el circuito madrileño, Ernesto Aurignac y Daahoud Salim, presentan nuevos trabajos y Jorge Pardo pone en escena un espectáculo singular en el que el jazz dialoga con la música de Bach. Por su parte, los estadounidenses Dálava y el canadiense Jeremy Dutcher (Polaris Music Prize 2018), presentan sus propuestas absolutamente inclasificables.
La programación más clásica supone la mitad de los conciertos previstos y volverá a abarrotar un año más las iglesias de la capital. El Festival reúne a grandes talentos españoles, tanto jóvenes como consagrados, en propuestas en las que destacará el protagonismo de la música barroca y de la mujer, pues el Festival recupera obras de las compositoras María Luisa de Borbón y Barbara Strozzi, de quien se cumplen 400 años de su nacimiento.
A los clavecinistas Ignacio Prego o Diego Ares se suman las voces de las consagradas María Espada y Alicia Amo junto a promesas como Lucía Cahiuela y Aurora Peña. Estarán también algunas de las mejores formaciones del momento como Concerto 1700, L’Apothéose, Nereydas, La Tempestad o Forma Antiqva.
Una de las nuevas propuestas de esta edición tiene un carácter completamente extraordinario, ya que es la primera vez que se va a realizar un Ciclo de Conciertos en el Museo Nacional del Prado. Una verdadera labor de comisariado musical ha permitido diseñar 12 intervenciones musicales que, agrupadas en cuatro trilogías, se celebrarán a puerta cerrada cuatro sábados por la noche en diferentes salas del museo. Cada una de estas intervenciones está directamente conectada con las temáticas de las salas y con algunos de los cuadros presentes, por lo que la experiencia será completamente mágica e irrepetible, en este año de conmemoración del Bicentenario del Museo.
Imagen:El Consejero de Cultura, Turismo y Deportes de la Comunidad de Madrid, Jaime de los Santos, junto al director del Festival Internacional de Arte Sacro, Pepe Mompeán, y algunos de los artistas participantes en su XXIX Edición.