Chus Visor, Jorge Herralde, Beatriz de Moura y Jesús Munárriz dejaron sus legados en la Caja de las Letras. La Caja de las Letras del Instituto Cervantes atesora los legados depositados por cuatro editores de referencia en el último medio siglo: Jesús García Sánchez (Visor), Jorge Herralde (Anagrama), Beatriz de Moura (Tusquets) y Jesús Munárriz (Hiperión). El director del Cervantes, Luis García Montero, destacó la importancia del trabajo editorial que han llevado a cabo en todos estos años, desde antes incluso del comienzo de la Transición democrática.
García Montero, poeta y catedrático, dijo que con este homenaje el Instituto Cervantes manifiesta su reconocimiento a estas grandes editoriales como uno de los pilares de nuestra cultura. Igualmente manifestó el compromiso de la institución con la industria cultural y con la edición de libros en español, tanto en poesía (Visor e Hiperión) como en narrativa (Anagrama y Tusquets). Y recordó que España será el país invitado en 2021 a la Feria Internacional del Libro de Fráncfort, la mayor cita editorial del mundo.
El acto contó con la presencia de los exdirectores del Cervantes Nicolás Sánchez-Albornoz y Fernando R. Lafuente; la directora de la Biblioteca Nacional, Ana Santos; los catedráticos Francisco Rico y Jordi Gracia; el presidente de la Federación de Gremios de Editores, Antonio María Ávila, y el escritor y periodista Juan Cruz, entre otros.
Jesús García Sánchez, más conocido como Chus Visor, dejó en la caja número 1206 cuatro de los libros más significativos de los 1.500 editados por Visor, desde el primero hasta el más reciente, pasando por los números 500 y 1.000. También cedió el bolígrafo que utiliza habitualmente, las gafas («se me ha olvidado el tabaco», bromeó), el manuscrito de Mario Benedetti Vivir adrede con correcciones del propio poeta uruguayo, y una carta. Todo ello permanecerá guardado en la antigua cámara acorazada de la sede central del Cervantes hasta enero de 2039.
El editor y fundador de Anagrama Jorge Herralde legó, en una carpeta de la editorial, un ejemplar de Los tupamaros (1970), el primero de los varios libros que le secuestraron, así como una carta manuscrita que podrá leerse cuando se abra la caja de seguridad número 1205, el 4 de febrero de 2044.
Libros, catálogos, fotos, una pipa
Beatriz de Moura depositó múltiples objetos: varios libros editados por Tusquets (de Leonardo Padura, Octavio Paz, Jorge Semprún…), el catálogo del 40.º aniversario de la editorial, una foto suya (1996) con el recién fallecido Antonio López Lamadrid, una pipa y reposapipa que perteneció al escritor francés de novela negra Georges Simenon, una hucha en la que ha ido guardando monedas desde 1969, un diploma, una estatuilla…
La editora rememoró su amplia trayectoria vinculada al libro: su entrada en Lumen en 1964, la fundación de Tusquets en 1969, su venta a Planeta en 2012… Los numerosos objetos, testigos de esos de 55 años «cargados de memoria», quedan desde hoy guardados en la caja número 1222 sin fecha de apertura.
Por el contrario Jesús Munárriz, creador de Hiperión en 1976, no quiso desvelar qué dejaba guardado dentro de una primorosa caja roja con lazo negro, cual si fuera un regalo. El contenido de su legado no se conocerá hasta el 23 de julio de 2040, fecha en la que el «traductor, editor, tal vez poeta» (así reza la placa de la caja de seguridad número 1207) cumplirá cien años. Así, apostilló, se mantiene «el suspense, o la suspensión, como decía Cervantes».
El homenaje del Instituto Cervantes a los cuatro grandes editores se celebra mientras la vecina Biblioteca Nacional expone «Los papeles del cambio. Revolución, edición literaria y democracia 1968-1988». Su comisario, el catedrático de Literatura Española de la Universidad de Barcelona Jordi Gracia, destacó en la Caja de las Letras el paralelismo y la «sintonía total» entre ambos eventos, así como la importancia de las editoriales en el éxito de la cultura democrática.