Amauta fue, sin duda, una de las revistas más influyentes del siglo XX. Fundada en Perú y dirigida por José Carlos Mariátegui (Moquegua, Perú, 1894 – Lima, Perú, 1930), la publicación fue concebida como una plataforma para los debates centrales de la modernidad. A diferencia de otras revistas de vanguardia, no fue la expresión de un grupo ni buscó imponer un único programa estético o político, sino más bien convertirse en un medio de exploración de los movimientos que pudieran transformar la sociedad. “Crear un Perú nuevo dentro del mundo nuevo”, fue uno de sus objetivos declarados. Por lo mismo, no se limitó a los debates locales –aunque su repercusión en diversas regiones del Perú fue importante– sino que emprendió un diálogo con movimientos americanos y europeos. Una gran red de agentes y corresponsales en América Latina y Europa contribuyó a nutrir a la revista –que tuvo una tirada de entre tres y cuatro mil ejemplares– y a definir su impacto internacional. Esa perspectiva amplia es la que hace posible que una exposición en principio limitada a una revista pueda convertirse en una verdadera radiografía de las vanguardias en América Latina.
De la misma forma, todavía hoy el grupo de pintores indigenistas liderado por José Sabogal es visto desde la perspectiva que impusieron los modernistas de los años treinta y cuarenta, quienes calificaron a estos artistas como tradicionalistas, excluyéndolos de su particular narrativa histórica de la modernidad. La exposición no sólo recupera el indigenismo para el campo de la vanguardia, sino que, de forma más amplia, aplica la mirada plural de Amauta para repensar el arte de América Latina de este período.
Con más de 250 obras, esta muestra, que cuenta con la inestimable colaboración del Archivo de José Carlos Mariátegui, no sólo reúne obras que fueron reproducidas en Amauta, sino que comprende una selección algo más amplia, inspirada en los debates que se dieron en las páginas de la revista. La mayoría de estas obras son contemporáneas a la publicación y abarcan diversos medios y formatos, desde pintura, dibujo, escultura y fotografía, hasta piezas de arte popular y documentación. Se incluyen trabajos de artistas como Ramón Alva de la Canal, Camilo Blas, Norah Borges, Martín Chambi, Julia Codesido, Elena Izcue, Carlos Mérida, César Moro, Emilio
Pettoruti, Diego Rivera, José Sabogal, Tina Modotti y Alejandro Xul Solar, entre otros.
Hacia la fundación de Amauta
Una segunda sala recrea el ambiente artístico de América Latina en la primera mitad de los años veinte. En esta época, según la comisaria Natalia Majluf “se produce un acercamiento a las vanguardias y a los artistas que estuvieron en Europa o que desde Latinoamérica se acercan a las vanguardias. Forman parte de un circuito cosmopolita que integra a los artistas a través de viajes o revistas y se pone un énfasis especial en la relación entre el arte y la literatura”. Se pueden ver obras de Carlos Quízpez Asín junto a revistas y materiales documentales donde colaboran figuras como Victoria Ocampo, Norah Borges o Alberto Hidalgo, uno de los pioneros en la literatura de vanguardia.
Tras un primer intento fallido con la revista Vanguardia, en septiembre de 1926 nace Amauta. Desde su propio título, que evocaba la figura del maestro o sabio indígena, la revista “anunciaba la transformación de su proyecto editorial, que pasó de ser vehículo para la divulgación del arte y la literatura internacional a convertirse en un órgano para la definición de un nuevo programa con una perspectiva regional, indigenista y con una clara vocación política”, explica Majluf.
Vanguardias: diálogo entre tradición y modernidad
Otro de los movimientos de vanguardia que mayor alcance tuvo en la región fue el futurismo, con obras generalmente relacionadas a una perspectiva cosmopolita, a la experimentación formal, a las imágenes de la tecnología y al dinamismo de la vida urbana.
Las páginas de Amauta dan cuenta de ese tenso diálogo entre tradición y modernidad. La recuperación y puesta en valor de las artes tradicionales y populares fue uno de los aportes perdurables de los artistas de los años veinte. Desde inicios de la década, México tendría un lugar clave en el proceso que conduciría a artistas como Gerardo Murillo (Dr. Atl), Roberto Montenegro y otros a la compilación de las primeras publicaciones, exposiciones y colecciones dedicadas al arte “popular”. Es el caso también del trabajo de Lola Cueto que incorpora el arte y la artesanía popular a través del diseño y elaboración de tapicerías.
El ejemplo mexicano trascendió fronteras. José Sabogal, quien había viajado a México en 1922, emprendería un trabajo similar con el arte tradicional de los mates burilados de la Sierra Central.
exposición.
Las nuevas pedagogías estarían también dirigidas a crear un nuevo ciudadano, identificado con formas estéticas “nacionales”. Sería la propuesta del método de dibujo de Martín Noel en Argentina, de Adolfo Best Maugard en México y de Elena Izcue en el Perú. De diversas formas, estas pedagogías alternativas estuvieron alineadas no sólo con el compromiso social de Amauta, sino con su clara posición anti-imperialista.
Compromiso político
Pero Mariátegui no encontró contradicción entre las convicciones políticas y el pluralismo estético. Publicó en Amauta la obra de artistas tan distantes entre sí como Agustín Lazo y Diego Rivera, Carlos Quízpez Asín y José Sabogal, Adolfo Bellocq y Emilio Pettoruti. Cuando sus colegas cuestionaron la apertura de Amauta y exigieron que restringiera su línea editorial, Mariátegui comentó irónicamente sobre el “terror supersticioso e inquisitorial a toda idea más o menos alógena” que conducía a algunas personas a imaginar “que una revista de doctrina y polémica debe expurgar su material”. “La demagogia es el peor enemigo de la revolución, lo mismo en la política que en la literatura”, sentenciaría Mariátegui en su discusión del populismo, para afirmar que “sobre la mesa de trabajo del crítico revolucionario, independientemente de toda consideración jerárquica, un libro de Joyce será en todo instante un documento más valioso que el de cualquier neoZola.” Para Majluf “Amauta siempre tuvo una mirada abierta. Su compromiso político no implicó ningún tipo de dogmatismo”.
Mariátegui mantuvo una posición abierta sobre los términos en que era posible definir un “arte político”. El abanico de posibilidades fue amplio. Defendió el indigenismo por su aporte a la vindicación y visibilización de un grupo social relegado y oprimido, incluso cuando la pintura indigenista llegara a asumir sólo excepcionalmente un abierto tono de denuncia. También abrió las páginas de Amauta a las obras del grupo de pintores, escultores y grabadores argentinos que hoy se conocen como los “Artistas del pueblo”, formado por José Arato, Adolfo Bellocq, Guillermo Facio Hebequer, Abraham Vigo y el escultor Agustín Riganelli, por su compromiso político y por su cercanía a revistas como La Campana de Palo y Claridad, que estuvieron entre los principales foros de la izquierda en la Argentina de los años veinte, como se puede apreciar en el primer espacio de la última sala de la muestra.
El indigenismo como vanguardia
En sus Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana, Mariátegui analizó desde una perspectiva marxista el “problema del indio” como un asunto económico y social, como una consecuencia del “problema de la tierra”. Amauta intentaría dar voz a los reclamos de la población indígena a través del boletín titulado El Proceso del Gamonalismo.
Catálogo
ACTIVIDADES RELACIONADAS
Programa
• Martes, 19 de febrero – 19:00 h / Edificio Sabatini, Planta 3
Indigenismo 1. Redes de vanguardia. Amauta y América Latina
Recorrido por la exposición a cargo de Natalia Majluf y Beverly Adams
• Jueves, 21 de febrero – 19:00 h / Edificio Nouvel, Auditorio 200
Indigenismo 1. Mariátegui y las vanguardias desde el sur
Mesa redonda con la participación de Martín Bergel, Natalia Majluf, Renato González
Mello. Modera Ana Longoni
• Miércoles, 3 de abril – 19:00 h / Edificio Sabatini, Auditorio
Indigenismos 2. El retorno de lo indígena en las décadas de 1970 y 1980
Con la participación de Mariana Botey, en conversación con Eliza Fuensalida
• Lunes, 22 de abril – 19:00 h / Edificio Nouvel, Auditorio 200
Indigenismos 3. Otros saberes para otro mundo: razón indígena versus razón colonial
Con la participación de Santiago Castro Gómez, en conversación con Montserrat Galcerán
Por otra parte, el programa Documentos del Museo Reina Sofía dedica una nueva edición al archivo de José Carlos Mariátegui (1894-1930), fundador de la revista Amauta, en relación con la exposición Redes de vanguardia. Amauta y América Latina, 1926-1930. Este archivo es una iniciativa de conservación, digitalización, organización, visualización y difusión de documentos y publicaciones vinculados al intelectual y crítico peruano.
• Lunes, 11 de abril – 18:00 h / Edificio Sabatini, 3ª planta, salas de exposición
Documentos 10. Interrogando el archivo José Carlos Mariátegui y la revista Amauta
Con la participación de José Carlos Mariátegui y Jaume Naulart Vilaplana
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