La palabra bonsái es una derivación de pen-zin, antigua palabra china que significa árbol enano plantado en bandeja. Sin embargo, no es cualquier árbol plantado en una maceta. Un bonsái es una reproducción artística de un árbol en la naturaleza, pero en dimensiones reducidas, que se ha logrado empleando técnicas de jardinería oriental.
El bonsái o el arte de cultivar árboles en macetas se instaló en España en los años 80 del siglo XX y cada día toma mayor protagonismo. El cuidado de los bonsáis requiere conocimiento de las técnicas de jardinería oriental. China desarrolló desde muy antiguo una jardinería notable. Los emperadores, sacerdotes, nobles o comerciantes, tenían a menudo jardines cerrados donde disfrutar de su belleza y meditar. Los árboles, unidos al hombre, potenciaban sentimientos y creencias, al tiempo que se establecía un diálogo durante la meditación sobre la naturaleza. A finales del siglo XIX se trajeron bonsáis a Europa para las Exposiciones Universales.
Los coleccionistas de bonsáis buscan las macetas más propicias de tamaño y color para cultivar cada árbol o conjunto para formar bosques o paisajes de ensueño. Antiguamente los alfareros o ceramistas las moldeaban con arcillas especiales y cocían en hornos de leña, como el gres o la porcelana dura. Los artesanos las firmaban con su sello o su nombre, en la actualidad son muy apreciadas las realizadas por algunos alfareros de prestigio del Reino Unido.
Los mejores maestros japoneses, españoles y de otras nacionalidades han intervenido en la colección de bonsáis del Real Jardín Botánico. Se exhibe la colección de bonsáis más famosa y conocida de España. Felipe González Márquez, -entonces Presidente de Gobierno-, la había comenzado a reunir en el Palacio de la Moncloa desde el año 1987, y finalmente, donó al CSIC en 1996. Está compuesta por un centenar de árboles y arbustos cultivados por él y sus colaboradores según este arte oriental de jardinería. El maestro Luis Vallejo, fue quien participó más activamente en su formación y mantenimiento.
En 1998 se remodeló la zona alta del Real Jardín Botánico para la exposición de bonsáis y en 2005 comenzaron a exhibirse. Gracias a una donación de la Obra Social de Caja Madrid, en 2010 se incrementó la colección con 17 ejemplares de origen asiático.
Uno de los valores de esta colección es la integración de especies: acebuches, alerces, arces españoles y japoneses, arrayanes, bojes, cedros, encinas, ginkgos, hayas, madroños, majuelos, olmos, pinos españoles y japoneses, sabinas españolas y japonesas, tejos, tilos… Por las características de crecimiento se puede apuntar que los árboles tienen una edad mínima de 60 años, aunque algunos ejemplares son centenarios.
Los bonsáis del Real Jardín Botánico están colocados en tres zonas distintas, el Paseo de los Laureles, la Glorieta del Estanque y la Glorieta de la Noria. Están expuestos medio centenar de ejemplares. Según las distintas estaciones, cada ejemplar se va trasladando al lugar que se considera más adecuado por la insolación o la temperatura. Ascendiendo por el Paseo de los Laureles, se ven los ejemplares pequeños, que están colocados sobre pedestales de granito hasta llegar a la Glorieta del Estanque. En esta rotonda, se exponen, sobre una solemne bancada, -también de granito-, los dos grandes bosques, los ejemplares de gran tamaño y otros muy selectos. Al bajar cuatro escalones hacia el patio del Invernadero, a la sombra de un tilo se expone otro par de ejemplares de valor destacable. Desde la Glorieta del Estanque se disfruta de la mejor vista del Jardín, con el fondo del arbolado monumental, los invernaderos, la Puerta de Murillo, y más allá el Museo del Prado. Desde aquí se desciende a la Glorieta de la Noria, donde se exhiben más de una docena de bonsáis, sobre unos bancos de madera y mesas apropiadas.
Datos de interés:
Real Jardín Botánico. Bonsáis http://www.rjb.csic.es/jardinbotanico/jardin/index.php?len=&Pag=554
Plaza de Murillo, 2. Madrid