Esta iniciativa que apoya la labor de los artesanos se enmarca dentro de los generosos proyectos que el financiero y filántropo norteamericano, Richard H. Driehaus, lleva a cabo en nuestro país. El objetivo de estos galardones es promover los oficios tradicionales que utilizan técnicas menos contaminantes que los productos sintéticos, fomentan la economía local, especialmente necesaria en las áreas rurales tan afectadas por la despoblación, y además posibilita la conservación de los monumentos y conjuntos históricos.
Los galardones han sido concedidos a 4 artesanos de diferentes disciplinas premiados con 10.000 euros cada uno.
En la categoría de trabajos del vidrio, destacó el trabajo de la maestra vidriera Anna Santolaria. Anna es la fundadora del taller de vidrieras Can Pinyonaire, en Gerona. Combinó su formación en el oficio con sus estudios en las universidades de Barcelona y de York, especializándose tanto en la conservación y restauración de vidrieras como en la creación de otras nuevas, siempre en base a las técnicas tradicionales.
Entre sus obras destacan vidrieras en edificios como: la Casa Batlló, la Catedral de Naumburg (Alemania), las catedrales de Lichfield y de York (Reino Unido), la Catedral de Upsala (Suecia), o el Monasterio de Santes Creus, en Tarragona, entre otros.
Otro de los galardones ha recaído en el mallorquín Lluc Mir, especialista en la construcción de muros de piedra en seco típicos de Mallorca. Esta técnica, recientemente declarada por la UNESCO Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, requiere un gran dominio del oficio para la estabilidad de las construcciones. Hoy en día pocos conocen y practican este arte, por lo que Lluc cofundó y preside el Gremi de Margers de Mallorca, con el fin de proteger y transmitir este conocimiento, esencial para preservar la identidad de la región.
Por su parte, el ecijano Miguel Ángel Balmaseda ha sido premiado en la categoría de trabajos en madera. Balmaseda se dedica a la carpintería y la ebanistería. Como sus antepasados, destaca en la realización de las más bellas puertas y ventanas, y en particular, de las puertas con orejeras propias de la tradición de Écija. Así, se convierte en el último depositario de una técnica que ha dotado de una particular identidad a los más atractivos palacios y edificios de la localidad durante siglos.
El leonés, Luis Prieto se alza como ganador del premio en la categoría de acabados y otros trabajos de la construcción tradicional. Desde que completara su formación en Alemania, Bélgica y Francia, se ha dedicado a la elaboración de estucos y revestimientos artesanales además de a la realización de pinturas decorativas con pigmentos naturales. Hace frente así a la progresiva estandarización de los colores utilizados en las construcciones de todo el mundo. Entre su infinidad de obras resaltan las realizadas para la Casa del Greco, en Toledo, el Museo Nacional del Romanticismo de Madrid, el Museo Lázaro Galdiano, el Museo Cerralbo, el Palacio de Justicia de Madrid, el Congreso de los Diputados y el Monasterio de Yuste, en Cáceres.
Por todo ello, el jurado ha determinado que sea también Luis Prieto el maestro del aprendiz becado con 10.000€.
El jurado, formado por el Marqués de Santa Cruz, Medalla de Oro de las Bellas Artes, representantes de los Ministerios de Fomento, de Cultura y Deporte, INTBAU (International Network for Traditional Building Architecture and Urbanism) y el Premio Rafael Manzano, ha valorado la calidad y respeto a la tradición en los trabajos de los cuatro ganadores. Los Premios se entregarán el 12 de junio en una ceremonia en el Ministerio de Fomento.
Las obras de los artesanos premiados formarán parte de la exposición, abierta al público, en las Arquerías de Nuevos Ministerios del 12 de junio al 29 de julio.
Premio Hispania Nostra
Dentro de las iniciativas que la Fundación Richard H. Driehaus lleva a cabo en España también ha creado y desarrollado la ‘Red Nacional de Artesanos de la Construcción’, un directorio online con más de 400 artesanos que permite contactar con ellos y que se ha materializado también con la colaboración del IPCE (Instituto de Patrimonio Cultural de España).
Este proyecto ha generado un gran interés, por ello, ha sido distinguido con el Premio Hispania Nostra a las Buenas Prácticas. El galardón se concede en reconocimiento a las iniciativas que “promueven las intervenciones o los modelos de gestión de un bien cultural que, preservando todos sus valores patrimoniales, hayan promovido beneficios para los habitantes del entorno de la actuación y representado un impacto económico y social positivo y duradero”.