El Museo del Prado celebra el Congreso Museo, guerra y posguerra. Protección del patrimonio en los conflictos bélicos. El Ministerio de Justicia y el Museo del Prado celebran el acto de firma de un convenio de colaboración para la realización de este Congreso que se celebrará los días 9, 10 y 11 de octubre y estará dirigido por Arturo Colorado, Catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, especialista en arte visual, patrimonio y comunicación.

En virtud de este convenio, ambas instituciones ponen en marcha un proyecto de colaboración que plantea la conmemoración del 80 aniversario del regreso de las obras evacuadas con motivo de la Guerra Civil materializado en el Congreso Museo, guerra y posguerra. Protección del patrimonio en conflictos bélicos que servirá de base para una convocatoria internacional para promover la investigación, el debate y las aportaciones sobre el museo y el patrimonio en caso de conflicto bélico.

Además de las ponencias de los integrantes del Comité Científico del Congreso, contará con las intervenciones de personas descendientes de los responsables del salvamento del Museo del Prado y del patrimonio español durante la guerra y la posguerra: Carlos Pérez Chacel (hijo de Timoteo Pérez Rubio), Francisco de Sert y María del Mar Arnús, José María Ballester, funcionario internacional, periodista y crítico de arte (sobrino y colaborador de Juan de Contreras y López de Ayala, marqués de Lozoya), Ana María Macarrón Miguel, Mauricio Macarrón Larrumbe y Rita Gil Macarrón, Rafael Seco de Arpe y Fernando Seco de Arpe.

El Congreso

La conciencia patrimonial que existía en 1936 hizo que la salvaguarda de los bienes con valor artístico e histórico consumiera una gran dosis de preocupación y esfuerzo durante la guerra. Pocos días después del golpe de Estado se creó la Junta de Incautación y Protección del Tesoro Artístico, que tenía competencia sobre bienes públicos y sobre obras de propiedad particular. A finales de agosto el Prado dejó de ser visitable y se comenzó a proteger el edificio y sus colecciones, trasladando las pinturas a la planta baja y rodeando con sacos terreros las esculturas y otras piezas que permanecieron en el piso principal. Al anochecer del día 6 noviembre del 1936, nueve bombas incendiarias cayeron sobre los tejados del Museo.

En este contexto, al mismo tiempo que llegaban al Prado numerosas obras desde otras instituciones para su protección en los pisos bajos, se decidió evacuar un elevado número de piezas maestras, que iniciaron un periplo que las llevaría primero a Valencia y más tarde hacia Cataluña y la frontera francesa, para llegar finalmente a Ginebra en 1939.

Los setenta y un camiones fueron conducidos y cargados por las fuerzas republicanas, dirigida la evacuación por Timoteo Pérez Rubio y por los miembros de la Junta Central del Tesoro Artístico, con la colaboración de los miembros del Comité Internacional para el Salvamento de los Tesoros de Arte Españoles, constituido, a instancias del pintor José María Sert, por los principales museos del mundo democrático (Louvre, National Gallery y Tate Gallery de Londres, Rijksmuseum de Amsterdam, Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica, Metropolitan Museum of Art de Nueva York). Se trataba de un caso insólito de solidaridad internacional entre museos ante el grave peligro que padecía el patrimonio artístico español.

El grueso de las obras españolas evacuadas, tras el inventario realizado por el Comité Internacional, regresó a Madrid en mayo y junio de 1939, pero con una selección de 174 obras del Prado y 21 tapices de Patrimonio Nacional los franquistas organizaron una exposición en el Musée d’Art et d’Histoire de Ginebra. La muestra alcanzó –en los meses de junio a septiembre– un éxito inusitado en aquellos días de terribles presagios de un conflicto internacional. A las pocas horas de su clausura, estallaba la Segunda Guerra Mundial. El tren que transportaba las obras a su vuelta a España circuló por las vías francesas con las luces apagadas ante el temor a un posible ataque alemán, llegando a Madrid el 9 de septiembre de 1939.

La política activa de evacuación del patrimonio fue llevada después a cabo por numerosos países combatientes durante la conflagración mundial: Francia, Bélgica, Países Bajos, Reino Unido, Italia, Alemania…