La exposición supone una revisión de la modernidad internacional a través de esta práctica creativa, que reivindica su especificidad a partir de la segunda mitad del siglo XIX, cuando cobra un papel relevante en las innovaciones artísticas. Hasta el 5 de enero de 2020 en la Sala Fundación MAPFRE Casa Garriga Nogués.
Fundación MAPFRE ha presentado en Barcelona la exposición Tocar el color: la renovación del pastel, que profundiza en la historia del resurgimiento de esta técnica a partir de la década de 1830, cuando aparece el término «pastelista», hasta sus evoluciones en el siglo XX.
La muestra, comisariada por Philippe Saunier, analiza el lugar del pastel frente a la pintura al óleo, así como las razones que llevaron a diversos artistas de los siglos XIX y XX a recurrir a este medio y reivindicarlo. Para Saunier “con esta exposición hemos querido contar una parte de la historia del arte en la que habitualmente no se pone el foco y que durante tanto tiempo marcó y condicionó la creatividad de los artistas: la jerarquía de las técnicas”.
Articulada en diez secciones cronológicas, la exposición, producida por Fundación MAPFRE, pone de relieve los principales momentos y sus figuras más destacadas, aquellas que convirtieron el pastel en una forma de arte por derecho propio.
A lo largo de la historia, el pastel fue considerado una técnica a medio camino entre el dibujo y la pintura, y no fue hasta el siglo XIX cuando este arte reconquistó poco a poco su autonomía respecto a la pintura para llegar a su máximo apogeo. Para ello, autores como Jean Hélion o Jules Chéret miraron con nostalgia a su edad de oro, datada en el siglo XVIII como puede verse en Autoportrait [Autorretrato], 1980, del primero o en La Sérénade [La serenata], 1912 del segundo en la primera sección de la muestra.
Tradicionalmente, el pastel fue una técnica asociada a las artistas mujeres que conscientes de estar relegadas de los círculos académicos apostaron por este medio, manejable y económico, para encontrar un camino alternativo a las bellas artes, antes reservadas a los hombres. En la muestra pueden observarse obras de algunas de ellas como Mary Cassatt, Berthe Morisot, Louise Abbéma o Louise-Catherine Breslau.
Continuando con el recorrido expositivo se puede ver cómo los impresionistas encontraron en el pastel un medio que facilitaba el trabajo al aire libre y la captación del momento fugaz. Los pasteles de Edgar Degas escriben un capítulo fundamental en la historia del arte moderno: la espontaneidad y el color liberado (características propias de la técnica) toman todo el protagonismo en sus desnudos, retratos y paisajes.
Odilon Redon es el más destacado pastelista del cambio de siglo, clave en la evolución de la estética simbolista y de las vanguardias. A partir del ejemplo de sus atmósferas oníricas y enigmáticas y desde el tronco común de la estética simbolista, numerosos artistas del siglo XX -desde Joseph Stella o Theo van Doesburg hasta Joan Miró, María Blanchard o Hans Hartung– recuperan el pastel de manera libre y desprejuiciada. Personnage de Miró y T1963-K9 de Hartung, que cierran la muestra, son un claro ejemplo de ello.
En la presentación de la exposición han participado Philippe Saunier, comisario de la muestra y Nadia Arroyo, directora de cultura de Fundación MAPFRE, quien ha destacado que “la fragilidad intrínseca, la delicadeza en su conservación y la complejidad en el tratamiento de esta técnica hacen de esta exposición una ocasión única para poder observar estas obras. Son piezas que no se exponen habitualmente, que rara vez se prestan y que una vez vuelvan a sus orígenes deberán permanecer ocultas sin luz durante años».
Además, ha señalado que las exposiciones que se han organizado en torno al pastel suelen ser presentadas por un museo en torno a sus colecciones, por lo que esta es una de las raras ocasiones en las que reunimos obras de más de 65 prestadores y las ofrecemos al público”.
William Degouve de Nuncques .Intérieur de forêt, 1894 [Interior de bosque]
Pastel sobre papel Musée de l’École de Nancy, Nancy
Inv. L02 © Nancy, musée de l’Ecole de Nancy. Photo Studio Image