Europa se rinde ante el Primer Arte de la Humanidad, Altamira. El Consejo de Europa y la Comisión Europea, a propuesta de la Asociación Europea ‘Caminos de Arte Rupestre Prehistórico’, han marcado esta fecha en homenaje al 117 aniversario del reconocimiento de la comunidad científica internacional de la autenticidad del arte de la cueva de Altamira.
Pedro Saura, autor junto a Matilde Múzquiz de las pinturas y grabados de la reproducción de la cueva de Altamira (Neocueva), desvelará en una conferencia algunos de los rasgos que identifican signos de autor de las figuras polícromas.
El 9 de octubre ha sido elegido por el Consejo de Europa y la Comisión Europea como Día Europeo del Arte Rupestre, una fecha muy vinculada a la historia de la cueva de Altamira. En ese día, de hace 117 años, está fechada la carta de Émile Carthailac, una de las más altas autoridades de la comunidad científica internacional, que expresaba, por primera vez, la aceptación oficial de las dataciones paleolíticas que Sautuola hiciera ya en 1880 en sus “Breves Apuntes”, de las capacidades intelectuales de los humanos prehistóricos y de la existencia del arte rupestre de los primeros europeos. En la misiva, Cartailhac definía la cueva de Altamira como «la más hermosa, la más extraña, la más interesante de todas las cavernas con pinturas».
El Día Europeo del Arte Rupestre se convierte así en uno más de los eventos que se integran en los Días Europeos del Patrimonio. Las distintas celebraciones se llevarán a cabo en cada uno de los sitios pertenecientes a la Asociación Caminos de Arte Rupestre Prehistórico, certificada en 2010 como Ruta Cultural del Consejo de Europa, una de las mayores redes de sitios arqueológicos, con 161 lugares entre los que se encuentran museos y centros de investigación, centros de interpretación, sitios con arte rupestre, etc.
El diseño y recreación de las pinturas y grabados de la Neocueva a partir de la cueva original narrados por Pedro Saura
‘El arte de Altamira y su recreación’ será el tema escogido para la conferencia que impartirá en el Museo de Altamira Pedro Saura que, junto a Matilde Múzquiz, fueron los encargados de reproducir en la Neocueva el arte que Altamira conserva en su interior y con el que se culminó un proyecto museológico en el que se concebía la reproducción del original como una sala especial de la exposición permanente del Museo. La Neocueva se convierte así en un instrumento de comunicación, un libro abierto con poco texto y mucha información científica gracias a una única ilustración en tres dimensiones, reales, no virtuales, en la que el visitante entra y se sumerge.
Saura y Múzquiz, desde un absoluto respeto a sus “colegas” pintores de la Prehistoria, afrontaron la reproducción de las figuras intentando meterse en la piel de quienes las realizaron, analizando sus gestos, la dirección de los trazos o la intensidad de los colores. Para Pedro Saura “a través del estudio riguroso del proceso seguido por los distintos autores que dejaron su arte en el techo de la Sala de Polícromos, conseguimos acercarnos, aunque sólo sea levemente, a su pensamiento, a las directrices que guiaron su cerebro y sus manos para conseguir unos resultados que atestiguan unas habilidades extraordinarias”.
En su ponencia hablará de la historia y del descubrimiento de la cueva, de cómo buscar detalles de autor en las distintas manos que trabajaron el techo de Polícromos porque, según explica Saura, “hablamos de artistas concretos, personajes únicos, que nos permiten, analizando rasgos, identificar en determinadas figuras signos de autor”.
Visita guiada a la exposición ‘El arte de reproducir el arte’
Los actos organizados en torno al Día Europeo del Arte Rupestre culminarán con una visita a la exposición ‘El arte de reproducir el Arte. Pared, pigmento, pixel’. Carmen de las Heras, subdirectora del Museo de Altamira y comisaria de la muestra, será la narradora que guíe a los asistentes por uno de los recursos culturales en pleno desarrollo en la actualidad, la reproducción de las cuevas con arte rupestre “entendida no como un elemento de conservación, sino como un ‘gran libro’ creado y escrito con rigor museológico, divulgativo y científico, con un lenguaje accesible, física e intelectualmente, para todos. Sin olvidar que es un recurso atractivo, motivador y estimulante, incluso emocionante” explica la comisaria.
Desde la inauguración del nuevo Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira en 2001, la Neocueva, ha sido visitada por una media anual de 250.000 personas, que hacen de este espacio uno de los mejor valorados por el público.