El diagrama Timeline (siglo X a 1881) de la intervención Habitando ausencias de María Gimeno, que se puede visitar al finalizar la exposición, tiene su continuidad en la performance Queridas viejas, que tendrá lugar el próximo día 9 de noviembre, a las 19:30 h, en el Auditorio del Museo del Prado. Se trata de un proyecto iniciado por la artista en 2014, cuyo propósito es constatar la ausencia de mujeres artistas en los manuales de historia del arte. Estas iniciativas se inscriben en el programa PradoEducación.
El próximo 9 de noviembre a las 19.30 h en el Auditorio del Museo del Prado, María Gimeno ampliará el contenido del libro de Gombrich mediante la introducción de nuevas páginas a golpe de cuchillo, para «hacer sitio» en la Historia del Arte a las mujeres creadoras en el lugar del que fueron excluidas y que les corresponde, junto a sus contemporáneos. Este manual, La Historia del Arte de Ernst Gombrich -una de las más consultadas, icono del canon establecido en Occidente de lo que es el Arte con mayúscula y que desde su primera edición en 1950 ha vendido más de 8 millones de ejemplares en todo el mundo- solo incluye a una mujer, Käthe Kollwitz, por petición del editor en 1966 en sus 688 páginas.
Desde que inició su proyecto Queridas Viejas, María Gimeno ha introducido en el libro a cerca de noventa mujeres artistas, desde el siglo XI -como la iluminadora española Ende, primera pintora europea documentada-, hasta el siglo XX. Los criterios de selección siguen las cuatro reglas que se impuso Gombrich: hablar solo de obras cuya imagen pueda mostrarse; hacer referencia en exclusiva a artistas con trayectoria profesional; mostrar únicamente verdaderas obras de arte, evitando en lo posible criterios personales y limitándose a obras que hayan sido corroboradas por otras historiadoras; y, por último, romper con cualquiera de las anteriores reglas, de considerarlo necesario.
Esta acción completa y complementa la instalación Habitando ausencias, de la misma autora, que se puede ver al final de la exposición dedicada a Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana, a quienes retrata bordando minuciosamente, en petit-point, los autorretratos de ambas artistas que presenta al revés, negando sus rostros, como la historia hizo con sus obras, a la mirada de quien se sitúa delante de ellos. Es preciso esforzarse, buscar su reflejo en el espejo del tiempo, para recuperarlas.
Junto a los retratos bordados de Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana, la instalación se despliega en el Timeline (siglo X a 1881), un extenso diagrama que incluye a setenta y ocho mujeres artistas en el relato oficial de la Historia del Arte, desde el siglo X a 1881, fecha del nacimiento de Picasso que divide las colecciones del Museo del Prado y del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
Con su instalación, María Gimeno desvela en su obra la invisibilidad de las obras realizadas por mujeres a lo largo de la historia proponiendo una historia sin exclusiones de género.