El poeta catalán recientemente galardonado con el Premio Cervantes 2019, ha recibido de manos de la Reina Doña Sofía el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.
La Reina Doña Sofía entregó del galardón de la XXVIII edición del “Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana”, que conceden Patrimonio Nacional y la Universidad de Salamanca, en el Salón de Columnas del Palacio Real de Madrid.
El objetivo de esta distinción es reconocer el conjunto de la obra de un autor vivo que por su valor literario constituye una aportación relevante al patrimonio cultural común de Iberoamérica y España. Dicho galardón se ha convertido en el más importante reconocimiento de poesía en español y portugués, con una dotación económica de 42.100 euros.
El jueves 21 de noviembre se presentó la edición de un poemario antológico del galardonado. Dicha obra antológica, englobada bajo el título “Viaje hacia la sombra”, la presentaron Alfredo Pérez de Armiñán, Presidente del Patrimonio Nacional, Efrem Yildiz, Vicerrector de Relaciones Internacionales de la Universidad de Salamanca, Joan Margarit, poeta galardonado, y Lina Rodríguez Cacho, antóloga del libro.
Los miembros del jurado pusieron de relieve el bilingüismo de un escritor que ha cultivado simultáneamente el catalán y el castellano, un aspecto que Pérez de Armiñán quiso subrayar, recomendando leer ambas versiones para adentrarse en la poesía de un escritor que, en palabras del Presidente, “aporta siempre una visión muy personal”. Por su parte, el Vicerrector destacó la importancia del Premio Reina Sofía como exponente de la riqueza integradora de la lengua común de Iberoamérica, promoviendo colecciones como la que recoge esta obra. A esta labor creativa también ha contribuido, en buena medida, la antóloga del libro, quien justificó la división de la obra en seis estancias debido a su deseo de que los poemas dialogaran entre sí, pues defendió que la poesía “debe tener una utilidad moral”.
Esta visión también es compartida por el premiado, quien recalcó que la cultura, y en concreto la poesía, “constituye la mejor herramienta de consuelo, que transita el camino de la belleza a la verdad, a fin de convertirse en un refugio ante la soledad y el dolor”. Unos sentimientos que el autor asoció al miedo, elemento omnipresente en la sociedad, y del que el progreso de la técnica tampoco puede salvarnos. Un aspecto que el poeta y también arquitecto conoce de primera mano, y por este motivo realizó una firme defensa de la inteligibilidad de la poesía, ya que toda creación artística debe “tener argumento y ser comprensible, o de lo contrario no consolará” Para finalizar, Joan Margarit realizó una lectura de uno de sus poemas en las dos versiones correspondientes, titulado No tires las cartas de amor. Un recital en dos lenguas que sirvió de colofón para una intervención en la que subrayó la importancia de escribir en la lengua materna, y en la que, en su alegato a favor de la verdad, sostuvo que “a veces no somos el país que nos cuentan”.