Procedente de una colección privada, la pintura Eneas y las harpías (ca. 1519-1520), de Dosso Dossi (c. 1486-1542), se ha incorporado al Museo Nacional del Prado, con ocasión del bicentenario de la institución celebrado en 2019, tras ser adquirida, a través de Christie’s, por el Ministerio de Cultura y Deporte. Se trata de la primera obra del autor italiano que entra en la colección del Museo Nacional del Prado.

Carmen Schjaer, Consejera delegada de Christie’s en España, comenta: “Es una gran alegría para nosotros que Eneas y las harpías forme parte del Museo Nacional del Prado, gracias a la adquisición del Ministerio de Cultura y Deporte en el bicentenario de la institución. Estamos convencidos de que este insólito hallazgo por parte de nuestros especialistas de Pintura Antigua y su nueva y prestigiosa ubicación contribuirán a un mejor y más amplio conocimiento de la obra de Dosso Dossi y de la Historia del Arte del Renacimiento”.

EL REDESCUBRIMIENTO DE ENEAS Y LAS HARPÍAS, DE DOSSO DOSSI

La reciente aparición, en una colección particular, de Eneas y las harpías es especialmente significativa. En un estado de conservación excepcional, es un extraordinario ejemplo de las cualidades artísticas de Dosso Dossi quien, asimilando las ideas y los conocimientos de los autores pioneros de su época, supo desarrollar un estilo propio y singular.

La escena representada podría ser un episodio del tercer libro de La Eneida, en el que Virgilio relata las andanzas de Eneas y los troyanos tras la caída de Troya. Sin embargo, como era característico en Dossi, la interpretación que hace de los hechos es enormemente libre, siendo difícil trasladar literalmente los acontecimientos narrados a cada escena representada, alejándose de los rigurosos cánones de representación historiográfica.

La procedencia del friso y de la pintura Eneas y las harpías está llena de incógnitas que se han ido resolviendo a lo largo de los años, al menos en parte. Se sabe que el conjunto permaneció en la colección de la familia D’Este hasta que el cardenal Scipione Borghese adquirió los diez lienzos, a principios del siglo XVII. En el inventario de las propiedades del palacio romano del príncipe Giovanni Battista Borghese, a finales de esa centuria, se mencionaba su existencia.

Según parece, el conjunto permaneció en la familia Borghese hasta que, a principios del siglo XIX, José de Madrazo y Agudo –pintor y director del Museo del Prado- adquirió una serie de obras de la colección –entre ellas, podría estar Eneas y las harpías- y las trajo a España. Al morir Madrazo, el Marqués de Salamanca adquirió su legado artístico y, a partir de ese momento, el lienzo quedaría definitivamente ligado a España para terminar, hace solo unas semanas, incorporándose al Museo Nacional del Prado.

Freddie de Rougemont, especialista en Pintura Antigua de Christie’s, Londres: “Encontrar esta pintura, hasta ahora en paradero desconocido, ha sido una experiencia inolvidable, máxime en el extraordinario estado de conservación en el que se encuentra. Se trata de uno de los encargos más importantes de la pintura renacentista italiana y que se reúna con dos de las obras maestras de Tiziano procedentes del camerino de Alfonso d’ Este, las bacanales del Museo del Prado, es especialmente emocionante”.

HISTORIA DE UN ENCARGO EXCEPCIONAL

El lienzo Eneas y las harpías fue parte de un encargo de Alfonso I D’Este, duque de Ferrara, destinado a su Camerino d’Alabastro, que comunicaba el palacio con el castillo familiar. Junto a otras nueve pinturas, componía un friso donde se representaban escenas de La Eneida de Virgilio; este conjunto se situaba sobre cinco grandes bacanales realizadas por Giovanni Bellini, Tiziano y el mismo Dosso Dossi. Hasta la fecha, de las diez pinturas que formaban el friso, solo se han encontrado siete, siendo este último el hallazgo más reciente y determinante, al conservarse en su formato original -el resto de lienzos hallados están recortados-, lo que permite establecer la medida en conjunto del friso. La decoración del camerino es uno de los encargos privados más importantes del Renacimiento y se considera una de las creaciones artísticas colectivas más célebres de Occidente.

Giovanni Francesco di Luteri, llamado Dosso Dossi, se formó brevemente con Lorenzo Costa. Inició su carrera bajo la tutela de Giorgione, en Venecia, donde realizó sus primeras obras conocidas, y, desde 1513, se instaló definitivamente en Ferrara. Aunque viajó a Roma, Florencia y Mantua y admiró y mantuvo contacto con artistas del resto de Italia – como Rafael, Tiziano, Miguel Ángel o Giulio Romano- y del centro y norte de Europa -Joachim Patinir o Albrecht Altdorfer-, su trabajo se desarrolló fundamentalmente en la Emilia-Romaña.

La primera referencia directa al friso del Camerino d’Alabastro, del que forma parte Eneas y las harpías, es una descripción que hace Giorgio Vasari en sus Vidas, en el capítulo dedicado a Tiziano. Sin embargo, su historia ha supuesto un enorme misterio en la historiografía del arte, puesto que las diez obras que lo formaban permanecieron en paradero desconocido hasta 1964, cuando dos de las telas -Eneas en los Campos Elíseos y Los troyanos en la costa de Libia- fueron adquiridas enLondres por la National Gallery de Canadá (Ottawa) y el Barber Institute of Fine Arts de la University of Birmingham. A la aparición de estas dos piezas, siguieron tres más: Los juegos sicilianos y La plaga en Pergamea, en 2000, ambas pertenecientes a una colección privada, además de una sexta en una colección particular en Roma, dada a conocer en 2004.

Pilar González de Gregorio, Presidenta de Christie’s en España, apunta: “No podíamos imaginar mejor final para este feliz descubrimiento. Formar parte del hilo que comunica el coleccionismo privado e institucional a través de una obra tan excepcional es una enorme satisfacción para nosotros”.

CHRISTIE’S Y LAS VENTAS PRIVADAS

Christie’s, a través de sus Ventas Privadas, ofrece un servicio específico tanto para coleccionistas de larga trayectoria como para nuevos coleccionistas o coleccionistas ocasionales. A través de esta vía de compra-venta de objetos artísticos, complementaria a las subastas, Christie’s puede ayudar a encontrar una pieza específica a un precio establecido, realizar la gestión de forma privada y hacerlo en un momento anual no determinado por el calendario de subastas. Las ventas privadas son una parte integral y complementaria del negocio global de Christie’s. El programa de exposiciones, la temporada de ventas y los eventos y las actividades organizadas para los clientes reúnen a importantes coleccionistas, académicos e instituciones. La primera venta privada realizada por James Christie se produjo en 1778, cuando Catalina la Grande de Rusia adquirió la colección Robert Walpole, que aún hoy se puede ver en el Palacio de Invierno de San Petersburgo.