Los centros del Institutos Cervantes en Pekín y Shanghái (China) empiezan a reanudar la actividad de manera paulatina con la incorporación presencial de algunos de sus trabajadores. Una docena de empleados o colaboradores del Cervantes pekinés han vuelto a sus puestos, si bien el centro se mantiene aún cerrado al público. Por su parte, la sede Shanghái, la Biblioteca Miguel de Cervantes, ya abre dos días a la semana, atiende previa cita y los socios de la biblioteca pueden devolver y pedir prestados libros.
Ambos centros del Instituto dan así los primeros pasos para volver a una relativa normalidad en el país donde estalló por primera vez la crisis del coronavirus a finales del pasado año. A medida que las autoridades sanitarias suavizan el confinamiento de la población, los Cervantes reincorporan a una parte de su personal para que realice presencialmente gestiones y actividades, mientras que otros continúan trabajando a distancia.
En el Cervantes de Pekín, más de una docena de trabajadores, bien de plantilla o bien colaboradores externos, acuden ya a la sede, entre ellos el administrador y el jefe de biblioteca. En cambio otros, como la nueva directora del centro, Isabel Cervera, el jefe de estudios o la gestora cultural, todavía no se han podido incorporar de modo presencial por diversos motivos.
Aún no se permite el acceso del público debido a las medidas de control que mantienen las autoridades sanitarias para evitar repuntes en los contagios del Covid-19.
Pekín y Shanghái tenían prevista su reapertura el pasado 31 de enero, una vez concluidas las vacaciones de Año Nuevo en China, pero se tuvo que retrasar por la grave emergencia sanitaria que después acabaría extendiéndose por todo el mundo. Las actividades docentes, culturales y bibliotecarias fueron canceladas o aplazadas, y se diseñaron programas alternativos online.
Ambos centros han implantado, desde el primer día de cierre, todas las medidas higiénicas y de prevención indicadas por las autoridades locales: limpieza, ventilación y desinfección tanto de los espacios de trabajo (despachos, aulas, aseos, zonas comunes…) como del material (pantallas, teclados y ratones de ordenadores, etc.).
Para la paulatina reapertura e incorporación al trabajo presencial, también han seguido las indicaciones y exigencias en cuanto a turnos, horarios, número máximo de personas que permanecen en el centro simultáneamente, distancias de seguridad, etc.
La enseñanza de español en el Cervantes de Pekín pasó a realizarse online a través de la plataforma ZOOM, una herramienta que se implementó hace unas semanas. A corto plazo, el centro prevé seguir reforzando las clases por internet para compensar la docencia presencial suspendida, así como ofertar descuentos promocionales a los alumnos de español.
Los cursos para niños han sido lo más afectados por el cierre y la imposibilidad de impartir clases presenciales, debido a la corta edad del alumnado, la dinámica docente específica para estos grupos y los requerimientos técnicos. Hasta que no se reabra el centro con normalidad, no se podrán impartir en su totalidad.
Las demás modalidades de cursos han experimentado un progresivo incremento de reanudaciones, sobre todo los cursos de fin de semana. Además, el centro de Pekín ha convocado y abierto hasta el momento ocho cursos nuevos, de los cuales tres son intensivos de la oferta general, y cinco son particulares.
En cuanto a la biblioteca, que lleva el nombre de Antonio Machado, se prepara para la pronta apertura al público con garantías de seguridad para el personal, alumnos y usuarios, siguiendo las recomendaciones de la Biblioteca Nacional de China.
Entre otras medidas, ha ampliado el plazo de devolución de libros, suspendido las sanciones por los retrasos, ampliado la caducidad del carné, cancelado las nuevas tarifas, mantenido el servicio de información y documentación y promocionado la alternativa de uso de la Biblioteca Electrónica.
Para este mes de abril, la biblioteca Antonio Machado prepara iniciativas relacionadas con el Día del Libro y con el premio Cervantes 2019 Joan Margarit, así como la participación en la lectura continuada del Quijote (23-25 de abril), un concurso de cultura en español y “Tertulia, que algo queda….”, una sesión del Club de lectura que estará dedicada el 23 de abril a Miguel Delibes (1920-2010) y su novela El hereje.
Shanghái: trabajo por turnos
Por su parte, Shanghái ha comenzado a abrir al público dos días a la semana, si bien se atiende a los visitantes previa cita y para determinados asuntos.
Parte de los empleados se incorporaron el pasado miércoles, 1 de abril, a la Biblioteca Miguel de Cervantes, ubicada en el Consulado de España en Shanghái. Su trabajo presencial, organizado por turnos, se centra en el funcionamiento administrativo interno. Atienden incidencias y gestionan asuntos relacionados principalmente con el diploma oficial de Español DELE y con el certificado de español SIELE.
La biblioteca del centro ha empezado a recuperar el servicio de préstamo y devolución de libros por los socios (con las medidas pertinentes: guantes, desinfección…), aunque por el momento la lectura en sala sigue cerrada.
Esta tímida apertura al público es posible gracias a la mejora de la situación en la ciudad más poblada de China, con unos 24 millones de habitantes. No obstante, las universidades, colegios, teatros, cines, etc. de la capital financiera del país siguen cerrados. Buena parte de la población continúa trabajando desde casa, y, si acude al lugar de trabajo, lo hace por turnos.
Entre las actividades destacables que mantiene el Cervantes en Shanghái a través de internet, cabe citar el evento literario Crónicas del Coronavirus, en el que seguidores hispanohablantes (chinos o de cualquier nacionalidad) envían relatos en torno al Covid-19. También, la proyección en redes sociales chinas del vídeo de Isabel Coixet Las golondrinas de la villa, con texto de Rosa Maria Sardà traducido al chino.
Se sigue trabajando en proyectos como la participación en la lectura continuada del Quijote que organiza el Círculo de Bellas Artes, una exposición virtual sobre el Inca Garcilaso o una especial celebración del Día E, para que la fiesta del español que coincide con el solsticio de verano represente la vuelta definitiva a la normalidad.
Y, para la segunda mitad del año, se avanza en iniciativas culturales como la edición de El caballero mágico, con texto introductorio de Luis García Montero; el Festival Tang Xianzu, con Andrés Trapiello, o la participación en el Festival de Jazz de Shanghái. Iniciativas que los responsables del Cervantes confían en llevar a cabo cuando el Covid-19 sea historia.