A partir de la crisis del COVID-19 adquirir piezas para los museos e instituciones será más complicado. La falta de presupuesto hará que se escapen piezas importantes para las colecciones estatales y autonómicas. El mercado del arte volverá a moverse en breve a su ritmo habitual, pero como las instituciones tendrán menos presupuesto, y el dinero manda en este sector, serán los coleccionistas privados los que podrán conseguir piezas sin rivales públicos.
Las adquisiciones pueden llegar a través de varias fórmulas como son: derechos de adquisición preferente (derecho de tanteo, derecho de retracto, oferta de venta irrevocable); ofertas directas de venta; asistencia a subastas en el extranjero; dación en pago de impuestos; y donaciones de bienes culturales.
La donación, después del depósito legal, se convierte en una vía de ingreso de fondos para los museos muy recurrente y a partir de ahora será una de las fórmulas más interesantes; hay que precisar que la donación de obras no debe entenderse como algo completamente altruista ya que comporta unos determinados beneficios fiscales, aunque en España todavía estamos pendientes de una ley específica de Mecenazgo, que estaba entre las prioridades de esta Legislatura.
Sin dinero y con deudas será difícil para las instituciones públicas competir para adquirir obras de arte. Los inversores y coleccionistas creen que serán operaciones singulares aquellas en las que el Estado imponga su derecho sobre alguna pieza importante en las subastas. Nos referimos a ejercer el derecho de tanteo sobre algún lote. En las subastas públicas la Administración General del Estado puede ejercer el derecho de tanteo mediante la comparecencia de un representante del Ministerio de Cultura en la subasta, el cual, en el momento en que se determine el precio de remate del bien subastado, manifestará el propósito de hacer uso de tal derecho.
Hace años era muy frecuente que el Estado pujara en las subastas internacionales o ejerciera el derecho de tanteo en las nacionales, hasta que llegó la crisis de 2008 y el poder adquisitivo del Estado menguó, tanto por presupuestos propios como por los ingresos que percibía a través del 1 por ciento cultural. En los últimos meses el Estado ha ejercido el derecho de tanteo en algunas subastas, adquiriendo piezas de interés para los museos a precios atractivos.
El Museo Nacional de Arte de Cataluña ha ampliado sus colecciones con varios dibujos que se han adquirido a través de las compras que el Estado ha realizado a propuesta de la Dirección General de Bellas Artes para la Generalitat de Cataluña. Cuatro lotes incluidos en la subasta de Fernando Durán del pasado 16 de diciembre de 2019 que se remataron por tres mil trescientos noventa euros (3.390 €).
De Pere pau Muntanya. Estudio para una decoración mural. Lápiz y tinta sepia a pluma. Inscripción con antigua atribución Estudios de D. Pedro Pablo Montaña. Medidas: 61,5 × 44 cm.
De Francesc Tramulles. Pasaje de la vida de San José Oriol. Lápiz y tinta a pluma y pincel. Medidas: 21 × 14,5 cm.
De Francesc Tramulles. Escena de la vida de San José Oriol. Lápiz y tinta a pluma y pincel. Medidas: 21 × 14,5 cm.
Buenaventura Planella. Alegoría de la Arquitectura c. 1803. Lápiz sobre papel. Firmado en el ángulo inferior derecho Bonav. Planella. Estudio para la Sala de Juntas de la Lonja de Barcelona. Medidas: 28,5 × 36,5 cm.
El Estado adquirió un óleo sobre lienzo (61×37,3cm) firmado por Isidoro Marín para el Patronato de la Alhambra y Generalife (Granada), con cargo a sus presupuestos en la sala Balclis de Barcelona, el día 4 de diciembre de 2019. El lote 506: una obra de la Escuela española. Principios del siglo XX. «Interior de una torre de la Alhambra». Se remató en dos mil setecientos euros (2.700 euros).
En la sala El Remate en Madrid, el Estado adquirió a propuesta de la Dirección General de Bellas Artes un documento para el Gobierno de Navarra, con cargo a sus presupuestos. Se trata de «Executoria de hidalguía por patente inserta sentencia de la Real Orden de este Reyno» Pamplona, en la imp. de la Vda. de Joseph Miguel de Ezquerro, 1792. Folio mayor, 105 p. realizado en pergamino de época con escudo heráldico dibujado en el plano anterior. Texto orlado. El documento se adjudicó por un precio de doscientos euros (200 €).