La sala 56 A del edificio Villanueva, dedicada al Bosco, y que ha permanecido cerrada desde que la emergencia sanitaria obligó al cierre temporal del Museo, vuelve a abrir sus puertas al visitante con un nuevo montaje museográfico que, concebido integralmente, permite una percepción más limpia de las piezas y una optimización del uso del espacio.

Además, la sala cuenta con un monitor profesional que permite la sucesión animada de detalles sorprendentes de las obras expuestas con un tamaño, en algunos de ellos, hasta 12 veces mayor que el original.

El Museo Nacional del Prado reabre al público, con la colaboración de la Comunidad de Madrid y el apoyo de Samsung como Protector tecnológico de la institución, la sala dedicada al Bosco con un nuevo montaje que supone una reforma radical desde un punto de vista técnico. Con este fin, se han fabricado soportes nuevos para tres trípticos, una mesa vitrina y se ha instalado un nuevo sistema de iluminación, gráfica nueva y una pantalla que permitirá admirar detalles ampliados de las obras.

En 2016, la exposición temporal que el Museo dedicó al Bosco superó las 600.000 visitas y marcó un récord histórico en la institución. En 2019, más de 7.000 visitantes al día pasaron por la sala del Bosco, acumulando un total de dos millones y medio de visitantes al año. El Jardín de las delicias es una de las cinco obras más escuchadas por los usuarios de audioguías del Museo, sólo por detrás de Las Meninas y durante el periodo de confinamiento ocasionado por la COVID-19, el vídeo más visto del programa online #PradoContigo fue el directo en Instagram dedicado a esta obra, con 1.344.240 impresiones. Observando estas cifras, el Museo Nacional del Prado ha querido responder a la gran demanda de visita que genera esta sala ofreciendo, con esta nueva instalación, la optimización del espacio y una mejora en la percepción de las obras.

Si bien se mantiene la ubicación de las piezas en la sala, el montaje anterior presentaba unas características formales que requerían una actualización y mejora, por eso, se modifica su presentación pública para ganar espacio de circulación para los visitantes, mejorar la accesibilidad a las piezas, personalizar la iluminación de los trípticos para enriquecer la percepción general de todas las obras expuestas y se contemplan las necesidades derivadas de la implantación del Plan de Protección de Colecciones ante Emergencias.

Actuaciones que mejoran la visita pública

La reducción del tamaño de los soportes, estéticamente más atractivos, permite ganar espacio de circulación para los visitantes que disfrutarán de mayor amplitud entre las obras expuestas lo que enriquecerá su contemplación.

La nueva gráfica, que aporta información sobre las obras del Bosco, consiste en textos explicativos individuales de cada pieza y un gran texto introductorio que, con un guiño al pintor, muestra su firma autógrafa como colofón.

La personalización de la iluminación de los trípticos mejora la percepción general de las obras expuestas y presta especial atención a la correcta visión del reverso de sus alas, todo un reto técnico por la limitación del ángulo de incidencia de la luz.

El nuevo color de la sala, un verde más oscuro que en el anterior montaje, realza la gráfica y los tonos de las pinturas e incide más en la iluminación.

Además, la sala cuenta con un monitor profesional de 65” de Samsung que permite la sucesión animada de detalles sorprendentes de las obras expuestas en un tamaño hasta 12 veces mayor que el original.

Foto: De izquierda a derecha: Alejandro Vergara, Jefe de Conservación de Pintura Flamenca del Museo Nacional del Prado; Marina Chinchilla, Directora Adjunta de Administración del Museo del Prado; Alfonso Fernández, Director de Comunicación y Relaciones Institucionales de Samsung; Mª Jesús Palencia, Ingeniera asociada al proyecto; Daniel Martínez, Viceconsejero de Cultura y Turismo de la Comunidad de Madrid; y Andrés Úbeda, Director Adjunto de Conservación e Investigación del Museo Nacional del Prado, durante la presentación. Foto © Museo Nacional del Prado