“Tornaviaje. Arte iberoamericano en España”, patrocinada por la Fundación AXA, cuenta una realidad poco conocida: que tras la conquista de América y hasta la Independencia llegaron a España más objetos artísticos de procedencia americana que flamenca o italiana, y que el tráfico de obras de arte entre ambos lados del Atlántico no fue solo unidireccional, de España a América, como suele señalarse.
Estos miles de objetos, muchos debidos a artífices indígenas o mestizos, presentan a menudo materiales, temas y técnicas desconocidos en la metrópoli, y su realización respondió a propósitos diversos: reafirmación del dominio de la metrópoli, aspiraciones identitarias de las elites criollas, o motivaciones documentales, devocionales y estéticas.
La exposición, que también cuenta con la colaboración de la Comisión Arte Virreinal de la Fundación Amigos del Museo del Prado, incluye más de un centenar de obras americanas conservadas desde hace siglos en instituciones culturales y religiosas españolas; piezas que se integraron en nuestra cotidianeidad y forman parte de nuestro patrimonio histórico y cultural, aunque a veces hayan perdido memoria de su origen.
Imagen de la sala de la exposición “Tornaviaje. Arte Iberoamericano en España”. Foto © Museo Nacional del Prado.Varias pertenecieron a la antigua colección real y colgaron en los mismos palacios donde lo hacían los lienzos de Rubens o Velázquez; sin embargo, el Museo del Prado ha ignorado hasta ahora esta realidad. Con esta exposición quiere paliar esa laguna y ofrecer una visión más rica y compleja de la circulación y recepción de los objetos artísticos en España en época Moderna.
El recorrido por esta exposición, que permanecerá en las salas A y B del edificio Jerónimos hasta el próximo 13 de febrero, ofrece al visitante la posibilidad de conocer la cultura de los virreinatos americanos, teniendo en cuenta sus valores simbólicos e iconográficos, así como aquellos que les otorgaron las sociedades receptoras.
63 prestadores nacionales y 3 internacionales han colaborado en la organización de esta exposición con el préstamo de 95 de las 107 obras expuestas, creadas en Perú, Colombia y México, entre otros, de las cuales 26 han sido restauradas para la ocasión. Prueba del carácter nacional de esta muestra es que hay obras provenientes de 25 provincias diferentes.
En palabras de Javier Solana, Presidente del Real Patronato del Museo Nacional del Prado: “Esta exposición marca un hito en el Museo del Prado, ya que en ella se pretende analizar toda una cultura artística, en este caso la americana de la Edad Moderna, como parte indisoluble de nuestro relato histórico nacional”.
Para esta exposición, comisariada por Rafael López Guzmán, catedrático de la Universidad de Granada, con la asistencia de Jaime Cuadriello y Pablo F. Amador, miembros del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM en México, y que cuenta con el apoyo de la Fundación AXA, se ha hecho un enorme esfuerzo por incluir obras diseminadas por toda la geografía española, a menudo procedentes de las mismas iglesias y conventos a los que llegaron siglos atrás, y una extraordinaria campaña de restauración de 26 piezas -pinturas, esculturas y piezas ornamentales-. “Una exposición así solo es posible por la suma de muchas voluntades. Por ello mi gratitud hacia todos los que la han hecho posible y muy particularmente a los innumerables prestadores. Mi último y mayor agradecimiento para la Fundación AXA, de nuevo comprometida en el patrocinio de una exposición que, para nosotros —y así lo han entendido—, es más que una exposición” ha afirmado Miguel Falomir, Director del Museo Nacional del Prado.
La exposición está compuesta por 107 piezas, de las cuales 95 están custodiadas en instituciones culturales, espacios religiosos o colecciones de nuestro país –hasta 25 provincias-, aunque también hay tres prestadores internacionales. El objetivo es conocer las razones del viaje durante la Edad Moderna de estas obras de origen iberoamericano -México, Perú, Ecuador, Bolivia, Guatemala, Colombia y Cuba-, objetos artísticos de enorme interés por sus cualidades técnicas, belleza, valores simbólicos y funciones sociales, que se abordan en su compleja integridad y no como curiosidades aisladas. Para Josep Alfonso, Director General de la Fundación AXA, se trata de una apuesta valiente “a la que, como en otras iniciativas de vanguardia cultural, la Fundación AXA ha querido sumarse para facilitar, en la medida de sus posibilidades, que este proyecto sea una realidad”.
La exposición se estructura en cuatro grandes secciones articulando la primera sala, a nivel simbólico, en torno al concepto de «plaza» como elemento urbanístico fundamental en la ciudad americana. A través de ella dialogan las dos primeras secciones, «Geografía, conquista y sociedad» e «Imágenes y cultos de ida y vuelta», en tanto que es en ese lugar donde confluyen el diseño de la ciudad, sus arquitecturas más relevantes, las gentes, los mercados y la iglesia, con todo lo que significa el proceso evangelizador y de hibridación cultural.
En la segunda sala el elemento articulador, a nivel museográfico, es la idea de los atrios conventuales americanos, lugares de interacción religiosa y educativa. En su entorno dialogan perfectamente los objetos viajeros que conforman ajuares domésticos y eclesiásticos, integrados en la sección «Las travesías del arte», y aquellos propios de la identidad indiana, centrando la atención en la materialidad con los nuevos temas y técnicas llegados tanto de Europa como de Asia, bajo el denominador de «Impronta indiana».
Foto: Los tres mulatos de Esmeraldas Andrés Sánchez Galque 1599 Óleo sobre lienzo. 92×175 cm. Madrid, Museo de América. Depósito del Museo Nacional del Prado