Los Reyes presidieron este mediodía la reunión anual del Patronato del Instituto Cervantes en el Palacio de El Pardo (Madrid), a la que asistieron Pedro Sánchez como presidente ejecutivo y los ministros de Educación, Pilar Alegría, y de Cultura, Miquel Iceta. En el año en el que se cumple el 30.º aniversario de su creación, el director del Cervantes, Luis García Montero, presentó el balance del curso 2020-2021 y avanzó los retos principales que aborda de cara a los próximos años.

El Rey destacó dicho aniversario en el discurso que pronunció tras la sesión. “El Instituto Cervantes –dijo– cumple 30 años y lo hace (…) en excelente forma, con nuevos planes en todos los ámbitos y con ilusión siempre recién nacida”. Don Felipe subrayó “de nuevo el compromiso de la Corona con una institución tan ligada a nuestra España democrática” y resaltó que es un organismo especialmente querido para la Reina y para él. “Tanto, –recordó– que quisimos que el primer acto público en solitario de la Princesa de Asturias fuera precisamente abriendo las celebraciones de este trigésimo aniversario de su fundación”.

En el brindis del almuerzo que ofreció al Patronato del Cervantes (del que es el presidente de honor) y los embajadores de los países hispanoamericanos, el monarca celebró “verles aquí, reunidos en torno a nuestro mayor patrimonio común, la lengua española” y el trabajo de estas tres décadas años “para difundir en el mundo nuestro idioma compartido, así como la cultura panhispánica y las lenguas cooficiales” de una España “abierta y sólidamente hermanada al otro lado del Atlántico”.

El director del Cervantes, Luis García Montero concretó en la sesión a puerta cerrada las cuatro prioridades del Cervantes para el próximo curso: “cuatro necesidades a las que responder para el prestigio del español en el mundo: África Subsahariana, Estados Unidos, Asia y la transformación digital de la cultura que estamos viviendo”.

La primera tendrá su epicentro en el nuevo centro de Dakar (Senegal), cuyas obras estarán terminadas en diciembre y del que depende la nueva Aula Cervantes abierta en Costa de Marfil. La segunda, EE.UU., se materializará con la apertura de un centro en la ciudad de Los Ángeles, donde ya se ha alquilado un edificio simbólico en Hollywood, porque “el futuro del español y su prestigio dependen de la capacidad de extender nuestra cultura en Estados Unidos y para demostrar que el español es una lengua de ciencia y tecnología”, para lo cual California “es una cita imprescindible”.

El tercer reto, la emergente Asia, acogerá, “si se aprueban los presupuestos”, la apertura de un centro en Seúl (Corea del Sur), donde hay un Aula Cervantes, así como la posible expansión del Instituto por diversas ciudades de la India aprovechando el tirón de Nueva Delhi, que es el que registra mayor número de matrículas de estudiantes de español.

Prioridad tecnológica y estratégica

La cuarta prioridad no es geográfica, sino tecnológica y estratégica: “la transformación digital de la cultura”. Para García Montero, la llamada inteligencia artificial es una “expresión que elude la responsabilidad humana de la programación y los algoritmos”, ya que “no hay más inteligencia que la de los seres humanos”.

No obstante, y dada su importancia, “el español entra en juego y en disputa a la hora de programar el lenguaje de las máquinas”. Y de este lenguaje, añadió, “no solo interesa que hablen en buen español cada vez que hagamos una operación” (…), “sino que sus programas respondan a una manera democrática de entender la vida”. Ese, explicó, es “el reto que asumen los proyectos puestos en marcha para la modernización, las aplicaciones y los procedimientos del Instituto Cervantes”.

Más de 116.000 matrículas

En cuanto a las cifras de la institución, que está presente en 94 ciudades de 47 países y cuenta con la colaboración de 197 centros acreditados, el director resumió los principales datos. En el último año académico se han puesto en marcha 14.428 cursos de español, y alcanzado 116.569 matrículas, sólo un 14% menos que en el curso anterior.

En cuanto a la certificación, y gracias a los centros examinadores en 122 países, ha habido 116.909 candidatos al Diploma de Español DELE, y 13.487 candidatos en el SIELE (Servicio Internacional de Evaluación de la Lengua Española). La prueba de Conocimientos Constitucionales y Socioculturales de España (CCSE) suma 529.269 personas desde que implantó en 2015.

Se han celebrado este año académico 7.315 actos culturales, un 32 % de ellos presenciales, y el resto en línea. Más de la mitad de estas actividades se han realizado en colaboración con instituciones y embajadas de otros países, sobre todo de Hispanoamérica. Se han alcanzado 2.582.480 participantes (125.955 presenciales y 2.456.525 en línea) y las 60 bibliotecas cuentan con más de 1,42 millones de volúmenes.

El director no olvidó citar a los tres patronos que han fallecido recientemente (Joan Margarit, José Manuel Caballero Bonald y Francisco Brines) y agradeció a los Reyes “su apoyo constante en estos años difíciles”, y al presidente del Gobierno “la apuesta por el Instituto Cervantes y su respeto a la independencia de una institución de Estado que pertenece a todos los hablantes de nuestro idioma”. “Estoy seguro”, concluyó, “que en los próximos 30 años iremos a más”.

Asistieron al Palacio de El Pardo, entre otros patronos, el director de la Real Academia Española, Santiago Muñoz Machado; los premios Cervantes Sergio Ramírez e Ida Vitale; el presidente de la Academia de Cine, Mariano Barroso; el secretario general de la Asociación de Academias de la Lengua Española, Francisco Javier Pérez; los rectores de las universidades de Salamanca, Granada y Nacional Autónoma de México (UNAM); los responsables de Centro Cultural Inca Garcilaso (Perú) y del Instituto Caro y Cuervo (Colombia), así como los presidentes de la Asociación para la Enseñanza del Español como Lengua Extranjera y del Foro de Marcas Renombradas Españolas.

Don Felipe entregó además el Premio «Ñ» en su primera edición a Barbara Fuchs, profesora de la Universidad de California (UCLA, en Los Ángeles), autora de numerosos libros y fundadora de una iniciativa para el conocimiento del Siglo de Oro español. El nuevo premio creado en 2021 por el Instituto Cervantes reconocerá cada año a una personalidad que se distinga por su labor difusora de la lengua española en el mundo.