Han pasado cien años desde que se mostraba el arte rupestre de Altamira en una exposición «Arte prehistórico español» de 1921. Por primera vez en el mundo se dedicó una primera exposición al arte que nuestros antepasados nos dejaron escrito en las cuevas. Supuso un hito fundamental para la difusión del arte rupestre y el reconocimiento de su valor universal.
El Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira tiene abierta una exposición que conmemora el centenario de esta primera muestra que nos aproxima a la entrada del arte rupestre prehistórico en los museos y reflexiona sobre sus posibilidades de contextualización y exposición.
“La cueva de Altamira ha tenido un papel fundamental, no sólo por haber sido lugar del descubrimiento del arte rupestre, también porque su arte ha sido el protagonista en la evolución de las formas de exposición” ha afirmado la directora del Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, Pilar Fatás.
Con una museografía inspirada en las excavaciones arqueológicas, la exposición cuenta con más de 250 piezas procedentes de las colecciones del Museo Arqueológico Nacional y del Museo del Traje. Piezas que, en su mayor parte, proceden de los fondos ubicados en los almacenes del MAN. Entre estas piezas se muestran lienzos que reproducen algunas de las imágenes más representativas del arte rupestre español, expuestos por primera vez en 70 años, así como herramientas, ídolos, objetos cerámicos o estelas grabadas, procedentes del contexto arqueológico de dichas pinturas y que nos hablan del simbolismo, iconografía y de la vida cotidiana de los pintores y pintoras.
El descubrimiento e investigación del arte rupestre estuvo protagonizado por pioneros como Marcelino Sanz de Sautuola. Los sucesivos descubrimientos de lugares con arte rupestre zanjarán las conocidas polémicas por su autenticidad, y darán lugar a la creación de organismos que financiaron campañas de estudio, situando a España en la vanguardia en la documentación del arte de las sociedades prehistóricas.
Los esfuerzos realizados durante décadas cristalizaron en la exposición «Arte prehistórico español» de 1921, la primera en el mundo dedicada al arte rupestre, y celebrada ahora hace 100 años. Esta muestra marcó el hito fundacional de un camino que todavía seguimos recorriendo: la musealización y difusión del arte rupestre. Y es que, por primera vez, apareció el interés de dar a conocer el arte rupestre al gran público.
En este afán de hacer accesible el arte de nuestros antepasados, los organizadores de la exposición de 1921 encargaron siete lienzos que reproducían figuras de la cueva de Altamira, como la gran cierva del techo de Polícromos realizada por Benítez Mellado. Fue la primera vez que el público, acostumbrado a ver estas imágenes en blanco y negro, pudo contemplar las figuras a tamaño natural y en color.
Otro de los hitos que marcó la ya centenaria exposición, fue que por primera vez se presentaba el arte rupestre de toda la península, extendiendo el campo de interés hasta el arte levantino y esquemático. Para ello, Juan Cabré, uno de los descubridores de este arte, elaboró frisos que representaban las figuras de los abrigos levantinos.
Desde entonces, los museos han seguido recorriendo el camino de la difusión del arte rupestre. A mediados del siglo XX el MAN reforma su exposición permanente, retirando los lienzos de Mellado y Cabré y sustituyendo estos recursos por una nueva forma de ver el arte mucho más inmersiva. Fue entonces cuando se instaló la réplica del techo de Altamira en los jardines del Museo Arqueológico Nacional.
Y este camino que iniciaron algunos pioneros a finales del siglo XIX, ha llevado a que la UNESCO reconozca el Valor Universal de las primeras manifestaciones artísticas a través de sucesivas declaraciones de Patrimonio Mundial, con una larga relación de enclaves a lo largo del mundo, que en España se concretan en cuatro declaraciones.
La muestra ha sido comisariada por los técnicos del Departamento de Prehistoria del MAN. De este modo, los esfuerzos por afianzar y aumentar el conocimiento sobre las colecciones estatales se ven recompensados con su difusión a la sociedad. Juan Antonio Martos ha centrado su carrera en el Paleolítico Inferior, habiendo excavado yacimientos como Torralba y Ambrona. En el ámbito del Paleolítico superior, ha estudiado el arte rupestre en yacimientos como Domingo García. Eduardo Galán fue conservador del Palacio Real de Madrid, y actualmente es el conservador jefe del Departamento de Prehistoria del MAN. Especializado en la Edad del Bronce, ha estudiado aspectos relacionados con la metalurgia de ese período, así como sus manifestaciones artísticas. Ruth Maicas Ramos ha desarrollado su actividad profesional en el ámbito de la Arqueología prehistórica y de la Etnología, con especial atención a la industria ósea y cerámica de las sociedades del Neolítico y Calcolítico peninsular.
Datos de interés
Arte prehistórico, de la roca al Museo
Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira (Av. Sanz de Sautuola, s/n – Santillana del Mar -Cantabria)
Fecha: Desde el 14 de agosto 2021, al 9 enero 2022
Horario: De noviembre a abril:De martes a sábado de 9:30 a 18:00 h. Domingos y festivos de 9:30 a 15:00 h.
Días de cierre:Todos los lunes del año;24, 25 y 31 de diciembre – 1 y 6 de enero.
Aforo Reducido Ver
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